𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗘𝗟𝗘𝗩𝗘𝗡

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Un ligero tintineo resonó por la espaciosa habitación en compañía de las leves risas emitidas por el único niño presente en la finca del pilar del agua. Giyuu admiraba en silencio desde la ventana como las verdosas ramas de los árboles eran movidas al compás del aire mañanero que recorría los alrededores mientras buscaba pacientemente algo de ropa que ponerle a su pequeño e imperativo hijo tras haberle dado su primer baño diario unos cuantos minutos atrás.

Habían pasado algunos días desde que por cosas de la vida había terminado confesando ciertas cosas a Sanemi sobre Ethan, en esos mismos días no había tenido tanto contacto con el pilar del viento puesto que este mismo había tomado la deliberada decisión de tomarse un tiempo para pensar las cosas y aclarar su mente después de haberse enterado que era padre; una decisión que muchos podían considerar algo estúpida y poco sana, sin embargo Tomioka estaba más que de acuerdo con ello, debido a que él también necesita un tiempo para aclarar sus pensamientos y aceptar que desde aquel entonces ya no serían solamente él y Ethan, si no que habría un tercero en sus vidas y que aunque la idea no le gustase mucho debía de aceptar que era lo mejor tanto para él como para su hijo.

━━Estate tranquilo, pequeño revoltoso. ━━regaño soltando un ligero suspiro a la par que apreciaba de reojo como su energético pequeño quería acercarse a su Nichirin haciendo el intento de impulsarse hacia adelante con sus piecitos sin mucho éxito en su misión. Aún era temprano pero parecía que Ethan se había despertado con sus energías a tope y quería sacarle el mayor provecho a eso, sin embargo, para Giyuu eso solo significaba más tormento, es decir, Ethan se la pasaría haciendo travesuras el día entero. ━━¿Que te di de comer ayer como para que te despiertes de esa forma?. ━━sonrió levemente mientras alejaba su katana del futón y escuchaba a su pequeño chillar ante su acción.

Ignorando totalmente los berrinches de su hijo solo se limitó a ponerle la ropita que había sacado de su armario, ese día no tenía planeando hacer muchas cosas y no tendría muchas misiones a las que asistir durante un determinado tiempo, así que tendría el suficiente tiempo como para darle atención a su pequeño y de paso visitar a la niñera del mismo para comprobar que todo estaba bien puesto que habían pasado unas semanas y está no daba señales de vida por ningún lado, y eso le había tenido preocupado los últimos días aún a pesar de que no la estuviese necesitando cuando para el cuidado de Ethan había de tratarse, pero aún así tenía que saber que estaba pasando.

━━También tengo que comprar suministros... ━━murmuro para si mismo mientras terminaba de abotonar los últimos botones del mameluco de osito que había elegido para el niño antes de simplemente levantarlo y dejar un par de besos en sus mejillas, haciendo reír al pequeño, risa que fue contagiada para si mismo y no pudo evitar sonreír.

Giyuu se sentía malditamente completo mientras tenía a su hijo consigo. Ethan le transmitía una calma eterna y a pesar de su comportamiento medio imprudente, era la luz de sus ojos y por quien daba la vida sin importar como o cuando, no importaba lo que las personas pudiesen llegar a decir de él por mimar tanto a su hijo o por cumplir cada uno de sus pequeños y simples caprichos, a él solo le importaba el bienestar y la salud de su pequeño, y si de casualidad se tenía que preocupar por algo, ese algo sería el futuro puesto que era lo único desconocido que temía que pudiese llegar a dañar a su pequeño retoño, pero después, no había nada que le preocupara, o por lo menos eso era lo que quería pensar; El futuro era algo que nadie podía predecir y por ello no se sabía lo que traía consigo, más en esos momentos solo quería vivir en presente e intentar dejar en segundo plano lo que sería el futuro, puesto que aún no se consideraba listo para hacerle frente.

Al cabo de unos simples segundos dejo salir todo el aire que tenía acumulado en sus pulmones en un tranquilo suspiró que fue seguido de un bostezo cansado. No entendía como diablos podía estar cansado en esos momentos cuando a penas y la mañana se estaba haciendo presente, pero claro, aquel cansancio tenía su causante y no era nada más ni nada menos que aquel pequeño niño de meses que ese día se había despertado más temprano en busca de comida para alimentar sus energías y hacer travesuras lo que restaba de día. Aunque por un lado se alegraba de que estuviese imperativo, eso demostraba que estaba bien de salud y agradecía internamente que esos fueran uno de los días en los cuales Sanemi tomase el deliberado tiempo para pasar unas horitas con el pequeño, jugando con él o haciendo cualquier otra actividad que entreteniese al crío.

𝐁𝐀𝐁𝐘 「SaneGiyuu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora