𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗜𝗙𝗧𝗘𝗘𝗡

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Ciertos apresurados pasos hicieron un eco entre las gruesas paredes, dos siluetas se correteaban una a la otra entre los medianamente oscuros pasillos hasta la planta baja de aquella Finca. Los fuertes gritos resonaban por el lugar en compañía de las infantiles risas que gozaban de la situación completamente mientras el dueño de estas mismas continuaba escapando de su baño mañanero de todos los días.

El silencio que anteriormente había estado presente se había visto ocupado por los fuertes gritos e insultos que eran causado por uno de los adultos que se encontraba presente en la finca del agua, quien con mucha molestia se dedicaba a perseguir a un pequeño niño de a penas cuatro añitos entre los oscuros y desolados pasillos bajo la atenta mirada de su acompañante que siquiera movía un dedo para ayudarle.

━━¡Maldito mocoso!. ━━se volvió a escuchar un fuerte insulto provenir del Pilar del viento, que con la poca paciencia que le quedaba volvía a perseguir al niño entre el salón principal desordenado todo a su paso.

Los oceánicos ojos del Pilar del agua observaban curiosamente como aquellas dos figuras se desplazaban de un lado a otro totalmente desnudas, sus pálidos cuerpos brillaban con la poca iluminación que ingresaba desde la única ventana que se encontraba abierta mientras corrían escapando uno del otro, cosa que con toda la paciencia del mundo le hizo suspirar resignado antes de continuar preparando el desayuno sin darle mucha importancia al desastre que se estaba creando en el salón principal de su finca.

Era increíblemente sorpréndete como el tiempo pasaba tan rápido, desde entonces se habían cumplido unos tres años y no tenía absolutamente nada de lo que quejarse durante el periodo de tiempo que había pasado, todo lo contrario, en esos años las cosas habían sido tranquilas pero a la vez emocionantes. Ver como su pequeño crecía había sido una de las mejores cosas de su vida, no olvidaba sus primeros pasitos, cuando dijo su primera palabra y las entretenidas mañanas en las cuales se despertaba teniendo a cada lado tanto a Sanemi como a Ethan, mismas mañana que aún seguían repitiéndose varias veces a la semana pero que a los ojos de la persona que solían rodearlos no pasaban.

Ethan se había convertido en un pequeño algo introvertido, era fácil darse cuenta de que el niño había sacado el temperamento de ambos padres y no solo hablando de su forma de ser algo sería y poco amable, si no que también poseía ese carácter agresivo y competitivo de Sanemi, mismo carácter que muchas veces lo había guiado al rincón de castigos en donde Giyuu solía ponerlo de rodillas durante unas horas por hacer cosas indebidas, mismo rincón en donde Sanemi también le había acompañado un par de veces. Y es que de tal palo tal astilla, era difícil lidiar con ambos Shinazuwaga, pero vamos, se había acostumbrado a ello y hasta más fácil se le hacía controlarlos a ambos.

Pero claro, habían momentos en los cuales Giyuu no sabía si desaparecerlos a ellos o desaparecer él mismo. A veces las cosas no eran color de rosa, lidiar con dos Shinazuwaga cuyos temperamentos eran casi iguales no era para nada fácil y menos cuando estos se andaban matando por cada rincón de su finca como en esos momentos; en donde el sonido sordo de algo rompiéndose en el salón principal llamo totalmente su atención haciéndolo asomar entre el marco para apreciar como los pedazos del jarrón que su maestro le había regalado tiempo atrás se encontraban tirados por cada centímetro del salón.

━━.... ━━un pequeño silencio inundó el lugar tras el objeto haberse roto, las grisáceas miradas de los causantes de tremenda atrocidad fueron dirigidas a la dirección del propietario de la finca mientras sudaban frío y deseaban internamente cavar un agujero y enterrarse tres metros bajo tierra.

Y bueno, así se definían una de las entretenidas pero estresantes mañanas por las cuales se tenía que pasar aunque sea una o dos veces a la semana.

━━¿Por qué todavía están desnudos en la sala?. ━━cuestionó cruzando los brazos sobre su pecho mientras se preguntaba internamente el como conseguiría un jarrón igual al que le había dado su maestro para reemplazar la ausencia del que se acaba de romper.

𝐁𝐀𝐁𝐘 「SaneGiyuu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora