Me encontraba en la sala de mi casa sentada en el piso en posición de indio con mis libretas y libros regados por la mesa de vidrio que adornaba el salón rodeado de muebles, revisaba mis apuntes del instituto, hoy es domingo, osea que en unos minutos debe llegar Er...
El timbre de la puerta principal de mi nueva casa sonó. Me levanté y camine hacia la puerta y al abrir vi a un sonriente Erick.
– Hola, ¿Llegó tarde?– me sonríe con su boca ladeada y sacudiendo su cabello negro con corte de librito.
– Hola, oh, no, no te preocupes llegas justo a tiempo, ya estaba por comenzar el análisis.
Me mira con sus lindos ojos entrecerrados.
– Osea que pensabas empezar sin mi, y yo al llegar me iba a sentir como un inútil por no ayudar en el trabajo.
– Pues, pensé que hasta te quitaría un peso de encima, ya sabes, todos los chicos son unos flojos y siempre le dejan a su compañera hacer todo ella sola.
Abre su boca en forma de O.
– ¿Qué dices?, Me crees igual que a todos los demás chicos, pues te equivocas.– suelta ofendido.
Yo entro a la casa y él me sigue.
– Obvio amigo, todos son iguales.
Sin poder presentirlo, Erick se posiciona detrás de mi, pegando su pecho a mi espalda.
No puedo moverme, volteó hacia atrás y debo levantar la cabeza para poder verlo a los ojos. Aunque eso me ponga mucha más nerviosa.
– Cassie, te demostraré que no soy igual a los demás. Y se que esa frase la escucharás cliché, pero soy y seré el único chico que siempre va a dejar una marca en cada persona que se cruze en mi vida, y tú no serás la excepción.– Susurra, viéndome directamente a los ojos, y siento una sensación que no había sentido antes en mi piel, mi estómago se retuerce, pero... De una forma extrañamente agradable.
Él retrocede, y me siento muy estúpida al no poder mover ninguna de mis extremidades.
Cuando reaccionó digo:
– Woao que profundo, deberías con esas palabras escribir una canción.– estoy usando un tono sarcástico, mientras lo veo con burla.
– Lo tendré en cuenta.– dice siguiendome el juego.
– Bueno, deberíamos ya empezar la tarea.– me remuevo incómoda.
– Haré la portada.– se ofrece Erick.
El chico salvavidas se sienta en la alfombra de la sala, estirando sus largas pierna mientras toma un lápiz, y saca de su mochila, unos lentes y se los pone.
Esperen. ¿Erick usa lentes?, Ni yo me lo creo, se ve...
Como un empresario jodidamente sexy de esos que te follarian encima de su escritorio.
Ok, que conciencia tan cochina con la que tengo que lidiar todos los días
Mi sorpresa debe ser muy evidente porque Erick de repente dice:
– Vale, no me dejas concentrar mirándome así.– Suelta una carcajada tan ronca y divertida.
Yo me sonrojo.
– ¿Qué?. Yo no te estoy mirando, solo no sabía que usabas lentes, es todo.– pongo mi cara de culo.
– Si, es raro no?, Los uso desde los 14 años y bueno mírame cada día más ciego, ya sabes es la edad.
– Lo miro divertida.– ¿La edad? Que dramático, debes tener unos 1...
– 17, casi 18, seré mayor de edad el 20 de agosto.
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Tal vez en otra vida.
Teen FictionCassie está rota, cassie no es feliz, aunque siempre tenga una sonrisa en su rostro... Hasta que aparece una luz en medio de su oscuridad: Erick un chico que tiene como objetivo hacerla feliz nuevamente, protegerla de todo lo que pueda lastimarla...