Cassie.
– Lo conocí hace un mes. Recuerdas esa fiesta a la que fui cuando aún seguíamos viviendo en la antigua casa; bueno esa noche lo conocí, tenías que verlo cassie iba vestido con ropa de marca, parecía un actor sacado de Hollywood, reloj y collar de oro, y con una sonrisa tan perfecta que no pude negarme cuando me invitó una copa y luego a bailar.– hace una pausa.– Esa noche terminamos en un hotel, recuerdo que le deje mi número telefónico en una servilleta y después me llamo para vernos otra vez, pero unas de mis amigas me dijo que era casado, le reclamé pero al final decidí darle la oportunidad, y aquí estamos saliendo, por eso no llego algunas noches. Te lo cuento así porque, ya estás grande hija y no vale de nada ocultarte este tipo de cosas.
Me encuentro en el patio trasero de la casa con mi madre explicándome su nueva aventura, después de yo pedirle una explicación de porque razón siempre se desaparece, y no sé si reír o llorar, por su auténtico descaro al contarme esto.
Me relamo los labios antes de mirarla, decidida a soltarle sus cuatro verdades.
– Vaya, mamá, ¿No te da vergüenza tal descaro?
La señora de unos 40 y algo de años me mira apretando su mandíbula.
– No me hables así Cassie, y ¿porque tendría que avergonzarme?, aún soy joven lo de tu padre paso ya hace un tiempo no me quedaría en la cama llorando por siempre como tú.
– No, no me refiero a que salgas con alguien nuevo. Me refiero a que en serio no sientes remordimiento de andar con un tipo casado, si sabes que le estás arruinando la vida a otras personas con esa acción ¿No?. Peor aún, vivías reprochandole a papá, según tú, que él te era infiel y lo terminaste engañando tú, arruinando por completo nuestra familia.— esto último me sale con la voz entrecortada.
Ante el silencio de mamá y de su mirada que me dice a gritos, <<no me arrepiento de nada>>
Me levanto de las escaleras donde estaba sentada y camino con el paso apresurado hacia mi habitación.
Tomo la Manilla de la puerta y la abro con mis manos temblorosas por la impotencia que tengo encima. Cierro la puerta de madera detras de mi, y me lanzo a mi cama con los ojos ardiendo, obligandome a no llorar, no otra vez, no por culpa de mi madre.
Cuando estoy por quedarme dormida, el timbre de mi celular suena en un mensaje de WhatsApp.
Me restrego los ojos con la manga de mi suéter y tomo mi teléfono en la pequeña mesa al lado de mi cama.
Cuando logro desbloquerlo, abro el mensaje y es... De Erick.
Que diablos.
Porqué le di mi número telefónico.
Oh. Se que se estaran preguntado.
"¿Qué, cassie en que momento compartió número telefónico con el chico salvavidas?"
"¿Es una alucinación?"
Pues, debemos regresarnos a unas horas antes, mmm exactamente a la madrugada de hoy.
1:30 AM aproximadamente:
Erick y yo ¡solos!, en un mirador en plena madrugada, si, así es. Loco ¿No?
El chico salvavidas me sonríe y me da su mano para bajar de la furgoneta. Sus ojos brillan en medio de esta oscuridad y su cabello está igual de revuelto que siempre.
Tomo su mano y bajo dando un tras pie, el tacto con su mano me hizo estremecer de una manera agradable, recuerdo que la primera vez que la toque estaba fría, y aún sigue manteniendo ese temperamento.
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Tal vez en otra vida.
Teen FictionCassie está rota, cassie no es feliz, aunque siempre tenga una sonrisa en su rostro... Hasta que aparece una luz en medio de su oscuridad: Erick un chico que tiene como objetivo hacerla feliz nuevamente, protegerla de todo lo que pueda lastimarla...