Troubled Teachers

Capítulo 14

Nuevo capítulo. Disculpen los errores y feliz lectura.

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Cuando Regina se despertó, fue recibida una vez más por el techo familiar de la habitación de invitados de Emma Swan. Se dio la vuelta y hundió la cabeza en la suave almohada, bostezando al hacerlo. Se sentía exhausta, estuvieron en la comisaría hasta bien pasada la medianoche, llenando el informe del incidente, completando las entrevistas y llenando un sinfín de papeleo para el allanamiento. Emma había insistido en que se quedara en su casa y ella no tenía energía para discutir.

Una risa familiar del exterior la hizo fruncir el ceño. Sentándose en la cama, se arrastró sobre el colchón y corrió las cortinas. Su ventana daba a la calle y mientras miraba, Emma se apoyó en el capó del coche del detective Nottingham junto al hombre, ambos bebiendo tazas de café. Así que el policía realmente había cumplido su palabra y permaneció afuera como guardia toda la noche. Algo desconocido punzó dentro de ella mientras miraba, no sabía lo que era. Dejándose caer de nuevo en la cama, gimió suavemente, ella no quería eso, no quería nada de eso. Toda la molestia que estaba causando a tanta gente. Tal vez hubiera sido más fácil si se hubiera quedado con Robin después de todo...

Un golpe en la puerta la sacó de esos pensamientos peligrosos.

—Adelante.

—Hola – saludo Henry – Pensé que querrías un poco de café.

—Gracias, querido – sonrió Regina – Lamento mucho todo esto. Apuesto a que pensaste que cinco días con tu profesora de historia era una tortura más que suficiente para un descanso de medio trimestre sin que yo volviera a estar contigo sin previo aviso.

Henry negó con la cabeza – Nada de esto es tu culpa. Mamá y yo solo queremos que estés a salvo y si el lugar más seguro es con nosotros, entonces estoy bien con que te quedes.

—Eres muy dulce. Gracias.

—No hay problema. Me voy a hacer mi tarea ahora, así que solo avísame si necesitas algo – sonrió el chico antes de cerrar la puerta detrás de él

Justo cuando Regina estaba vaciando su taza de café quince minutos después, Emma llamó a la puerta y entró en su habitación.

—Oye, ¿cómo dormiste?

—No muy bien – admitió Regina – ¿Tú?

—Igual – dijo, sentándose en la cama y palmeando el bulto debajo del edredón que era la pierna de Regina – Pero Keith dijo que no vio nada en absoluto.

—¿De verdad va a ser nuestro perro guardián personal para siempre? – preguntó, con un leve chasquido en su tono.

Emma frunció el ceño — Él quiere que estemos a salvo – respondió – Y hasta que atrapemos a Robin, sí, tendremos un oficial fuera de la casa.

—¿Todavía no hay señales de él?

—No – dijo, sacudiendo la cabeza – La casa de Mifflin Street está cerrada con llave y su pasaporte ha sido señalado en todos los aeropuertos, estaciones de tren y puertos de ferry. No puede salir del país, así que eventualmente lo atraparán. El circuito cerrado de cámaras del B & B lo tiene y su equipo, claro como el agua, entra en tu habitación y luego sale de ella con todas tus cosas. No hay forma de que salgan cuando finalmente vaya a juicio.

—Tienen que atraparlo primero – apuntó sombríamente.

—Y lo haremos – aseguró Emma – Keith tiene a sus mejores hombres y...