Troubled Teachers

Capítulo 15

Nuevo capítulo. Disculpen los errores y feliz lectura.

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—¡Mira, es por eso que no tienes vecinos! – gritó Emma por encima de la música que resonaba en la casa.

Regina se rió mientras se servía otra copa de vino. Tenía que admitir que el sonido que palpitaba en el aire la hacía sentir más viva, le encantaba ir a conciertos con Daniel cuando era más joven, pero desde que estaba con Robin, su exposición musical se había reducido a piezas clásicas y de ópera. No es que no le gustaran, pero el bajo resonante que reverberaba a través de su cuerpo era un sonido nuevo y refrescante para ella. El iPod de Emma, por supuesto, proporcionó la banda sonora de la noche. Quizá fue una bendición en términos de fiestas que su cabaña estuviera ubicada en un camino rural, a varios cientos de metros del vecino más cercano.

Al principio, se había mostrado algo renuente a mudarse fuera de la ciudad, pero dado que la escuela estaba ubicada cerca de las afueras de Plymouth, solo le tomaba quince minutos conducir hacia y desde el trabajo. La tienda de su pueblo local vendía leche, pan y algunas otras necesidades básicas y no se había dado cuenta de que echaba de menos las comodidades de la ciudad. Además, el aire más fresco, el entorno más tranquilo y el estilo de vida relajado era exactamente lo que necesitaba para pasar el último mes. Eso y Emma, por supuesto.

Con su copa de vino repuesta y su amiga a su lado, dejó de recordar su reciente mudanza y se volvió hacia sus invitados. La sala de estar estaba llena, con la mayoría del personal de la escuela que había ido a celebrar su nuevo hogar. Bueno, también era una semana antes de Navidad y había decidido que el tema de su fiesta encajara con la temporada festiva, de alguna manera, Emma la había convencido para que también fuera una noche de disfraces. Era la única razón por la que llevaba un gorro de Papá Noel. Como era de esperar, la rubia había hecho todo lo posible y estaba vestida como un elfo, con las mejillas rojas, las orejas postizas y los zapatos con punta rizada, lo que significaba que ya se había caído tres veces.

—Vamos, mi pequeña ayudante – se rió Regina mientras Emma tomaba su enésima cerveza – Vamos a mezclarnos.

Y lo hicieron, con bastante éxito, toda la noche. Subconscientemente volvían la una con la otra cada media hora más o menos para registrarse, pero Regina se las arregló para hablar con cada uno de sus invitados y Emma usó a varios amigos como un amortiguador contra los constantes avances de Sebastian Jefferson. Sin embargo, Ruby, vestida como un reno sexy, fue completamente inútil, ya que Elsa finalmente había ido a un evento sin su hermana menor y las dos pasaron la mayor parte de la noche enredadas en un sillón, con los cuernos descartados junto con la corona de Reina de las Nieves de Elsa, Rose fue igualmente inútil ya que ella y Killian querían que ella y Sebastian se reunieran para poder tener una cita doble. La rubia simplemente les frunció el ceño a los dos cuando volvieron a mencionar el tema y les preguntó por qué estaban vestidos como Campanita y el Capitan Garfio.

Finalmente, conversó con Belle, la esposa del Sr. Gold a quien rara vez veía fuera de la biblioteca de la escuela, Aurora Morris, que había estudiado geografía junto con su amado francés en la universidad. Los Nolan eran su señuelo menos preferido porque desde que se anunció el embarazo de Mary Margaret, la mujer parecía incapaz de hablar de nada más que de bebés. Y su esposo nunca fue tan interesante para empezar.

No, Regina era sin duda la favorita de Emma de evitar el coqueteo del hombre y fue a ella a la que se dirigió cuando Sebastian hizo su movimiento final de la noche, acercándose a la rubia ebria poco después de la una de la mañana con una ramita de muérdago colgando, de la punta de sus dedos.