CAPITULO 7- Charlotte y Mia

156 6 0
                                    

Siento eso en mi pecho. Puedo sentir como mi corazón brinca de emoción con tan solo verlo, debajo de la sombra de este árbol puedo presenciarlo bien y eso me encanta. No quiero otra cosa más que estar junto a él, entre sus brazos ¿Por qué? ¿Es esto llamado amor?

Charlotte... ese es mi único nombre. No tengo hermanos, mis padres nunca están en casa por lo cual no se puede decir que seamos una familia muy unida.

Desde que estaba pequeña a alguien a quien puedo sentirme allegada es a mi prima, es mi mejor amiga. Su nombre es Mia. Ella y yo hemos compartido miles de momentos juntas desde nuestra infancia, al tener la misma edad podemos entendernos casi a la perfección. Puedo decirle con libertad todo aquello que me aqueja o me hace feliz. La quiero porque me soporta.

Ella es la que me ha escuchado cuando le hablo de mi único amor.

Hay un chico, un chico del que me enamore desde la escuela primaria, a decir verdad vivimos cerca y lo conozco desde que eramos muy pequeños.

Por alguna razón no puedo olvidarle, si me habla aunque sea un poco soy feliz durante el resto del día. Si me saluda, pasa a un lado mío, si sonríe, si nuestras miradas se cruzan... todo eso es un detonante de mi alegría. Estoy perdida, perdida y enamorada.

Eso es cursi, eso es extraño, sin embargo es algo que no puedo evitar sentir y es algo que se ha arraigado en mi corazón.

La sombra es fresca, yo continúo ahí sentada observándolo. Su rostro, el movimiento de sus dedos al tocar ese acordeón. Quisiera llevar su apellido... Donaire.

Cada tarde vengo a verlo, sé que él no me mira a mí, sé que ni siquiera se percata de que estoy a distancia viendo lo que hace, sé que no significo para él lo que el significa para mí, sin embargo, amarlo... es algo que no puedo evitar.

Alguien me chasquea los dedos en la cara

-¡Charlotte!

Reacciono. Es Mia, sigue sentada junto a mi debajo de la misma sombra

-¿Qué pasa?

-ay ¡hasta que reaccionas!

-ya sabes que yo me atonto viendo a Mishelle

-pues sí, pero a veces exageras

¿Por qué será que cuando te enamoras hasta tu mente se adormece a tal modo que no puedes coordinar bien?

Mishelle termina de tocar y procede a guardar el acordeón, se encuentra solo. Sin embargo, no estará solo por mucho tiempo, puedo ver como se viene acercando su hermana Angel.

Algo llama mi atención:

Angel no viene sola, trae consigo a una chica... ¿Quién es?

No puedo escuchar lo que hablan, solo veo que sonríen y articulan palabras que no alcanzo a comprender. Están los 3 juntos, la chica se ve apenada por alguna razón.

De pronto el corazón me da un vuelco enorme. Mishelle toma dulcemente la mano de la chica, le da un tierno beso y...

No puedo ver nada, volteo la cabeza hacia otro lado, y me pongo de pie para alejarme rápidamente del lugar. Mia me sigue de inmediato, me observa fijamente en silencio y con la boca entre abierta. En su rostro hay preocupación hacia mí

-¿Quién es esa chica?- el nudo en la garganta no me permite hacerle bien la pregunta

-no lo sé, si lo supiera te lo diría

-nunca la había visto

-quizás sea familiar de los Donaire

-no, eso lo sé porque conozco perfectamente a esa familia y esa chica no forma parte de ella

-bueno, quizás sea una pariente lejana

Ya no sé qué pensar ¿Por qué me duele tanto el pecho? ¿Por qué me siento así? Y lo peor es que no puedo reclamarle esto a nadie, mucho menos a Mishelle ya que... no somos nada

¡Qué difícil es un amor unilateral!

Encontrar el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora