Amigo

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— Que nombre tan tonto y repugnante... — Se cruzó de brazos

— Tú te llamas Rojo — Respondió otro Irken, amigo del último mencionado, a quien ya habían dejado subir para hacerle compañía, estaban sentados en la punta de la gran plataforma con los pies colgando.

— Rojo es genial, Púrpura... uhm, no — Opinó después de pensarlo dos segundos.

— Bien, pues lo escucharás los siguientes días, sabes que tendrán que solucionar esto, ¿verdad?

— Claro que lo sé — Lanzó una roca hacia el frente de puro coraje, riendo al ver que sí había atinado a un Irken, más pequeño claramente. — Pensé que esto sería el final de mis problemas

— ¿Aún le debes trabajos al comandante?

— Siete — Contestó con su cabeza entre manos, expresando ambigüedad en su rostro, parecía desilución junto a cansancio, no quería ni pensar en que existía la posibilidad de volver a su vida sin ningún cambio en ella

— Pues, ¿qué hiciste?

— Según él, trampa

— Ah, ¿amarraste los cerdos radiactivos juntos?

— ¡Era sólo para llevarlos hasta el corral! ¡Uno por uno se tarda más!

—  Pero es como se debe hacer

— Lo había estado haciendo y no pasó nada, sólo hasta que él se dio cuenta — Refutó arrogante y con obviedad

— Todo es legal mientras no haya un policía cerca, ¿no? — Rojo sonrió leve, pero después volvió a su expresión dividida, ahora parecía pensativo además. Suspiró

— No sé qué haré — Confesó

— Bien, ahora tienes un lugar, eres el Más Alto que está luchando por su puesto, aprovéchalo tanto como puedas e intenta ascender a Más Alto, si no serás sólo el idiota que trató de ser gobernante por tener antenas grandes — Burló, golpeando su hombro amistosamente

— ¡Así suben todos los Altos, no ofendas a mis antenas! — Regresó el golpe, pero con un poco de más seriedad.

—¡Bien! Pero, si lo logras, ¿me das un puesto? — Le sonrió de oreja a oreja, fingiendo súplica, logrando hacer reír a su amigo

— Claro que sí — Le tomó de la mano, como cerrando un trato

— ¡Perfecto! ¡Tienes todo mi apoyo si haces una campaña de votación!

— No, odio ese sistema, la votación, la odio — Señaló, para dar continuidad a más bromas, intentando subirse el ánimo.

Nuestro buen matrimonio improvisadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora