— ¿Qué tal te fue? — Preguntó Min, era el único que se había quedado a esperarlo; los otros dos se habían ido a conocer mejor al amigo de Rojo.
— Ah... Pues, debo, convivir... con él — Enunció detenidamente, desplomándose en el sofá, el irken se apresuró a darle un masaje de hombros, ganándose con cada acción su favor.
— Pues, qué bueno, ¿no? Conocerás a la competencia.
— Ah... ¿Dónde está Dina?
— Salió con su enamorado, y Ter se fue con ellos.
— Ah... — Gruñó, quitando al irken de encima — Justo cuando la ocupo, se le ocurre hacer algo de su vida. — Min saltó del sofá y se dirigió hacía un pasillo a unos cuantos metros.
— ¿Qué buscas? — Interpeló el pequeño Irken a Rojo, curioso, alejados de Púrpura.
—... Tú eres el amigo de Púrpura. — Se agachó un poco a su altura. — ¿Qué quieres?
— ¿Qué quieres tú? ¿Qué buscas? — Repitió, Rojo enderezó su postura, viéndolo frío
— Busco a mi amigo. ¿Lo has visto? Más o menos de mi altura... Aunque claro, no puede ser tanto. — Rio, vanidoso.
—... ¿Tu amigo se llama, "Jez"? De casualidad.
— De hecho sí
— Está con mi amiga. Te puedo llevar con ellos — Lo tomó de la mano y empezó a caminar rumbo a la salida.
Para este punto Púrpura apenas había captado la ausencia de su amigo, buscándolo con la mirada, no lo halló, así que decidió ir a su torre a descansar.
Min cumplió su palabra y dirigió a Rojo a con sus amigos, encontrando únicamente a la feliz pareja compartiendo una malteada de dos pajillas, románticamente. Rojo gruñó y sin reparos tomó a su colega para llevárselo de la escena.
— ¡Ey! — Exclamó la fémina, lista para hacer frente a cualquiera que le estuviera arrebatando a su cita, viéndose aún más encogida al toparse con la intensa mirada al rojo vivo, quien la vio con tanto desprecio como podía.
Jez quejó, sin embargo sabía que no había mucho qué hacer, dejándose llevar.
Dina salió de su trance y volteó a su lado, notando que Min ya comía su cereza.
— ¿Cómo te fue?
— ¡Idiota! Esa cereza la iba a compartir con él... — Hizo un puchero, con semblante triste.
— Perdón pero, ¿cómo negarme a la petición del futuro Alto? Quería a su amigo y yo sabía dónde estaba.
— ¡¿Ahora estás de su lado?!
— Ah... Realmente no, lo que en verdad quería es que tú fueras con Púrpura, está destrozado (de nuevo), al parecer no le fue bien con su contrincante. Te necesitaba y tú estabas noviando.
— ¡Ah! ¿No le fue bien? ¡Espera! ¡Era él! ¡Rojo! ¡Ah, si se ve terrible! ¡¿Viste como me miró?! ¡Ni siquiera me dirigió palabra que excusara el llevarse a mi cita! ¡Nefasto! Púrpura tenía razón, ¡y yo dejándolo solo en estos momentos por... ¡Ah! Un amorío! Llévame a con él
Min, con ese conocimiento tan exacto de cada uno, pudo reunir a todo el grupo e ir a la torre donde seguramente estaría su candidato, en dónde el pobre irken expresó entre gritos y desahogos lo mal que le trató, de cómo debería volver a hablar con él, ¡e inclusive, llegar a un acuerdo!
— ¿Y en serio quieres un duelo? — Preguntó Ter desconcertado, la chica lo miró fulminante y después procedió a acariciar la cabeza de Púrpura, quien yacía acostado en sus piernas.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro buen matrimonio improvisado
FanficEl mandato de Irk está dividido, el Más Alto murió y ahora resaltan dos candidatos con la misma estatura. Existen varias formas para solucionar este contratiempo, pero lo que no esperaban los abogados y burócratas, era que ambos llegaran un día e in...