𝗔𝗗𝗩𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔: Este capítulo contiene menciones de maltrato infantil y descripciones de violencia física. Se recomienda discreción y responsabilidad en la lectura.
7 de julio.
—Alba, ¡préstame atención! —insiste Teo, intentando que su hermana se concentre—. Esto es importante.
Alba ríe, tomando la situación como un juego. Teo sabe que tiene que usar una dinámica divertida, o de lo contrario, sus intenciones serán demasiado obvias. Levanta su mano en el aire, y repite una de las tantas señas que lleva casi una hora entera explicándole a Alba lo que significan según lo que él asignó.
—Si yo hago esto con mi mano —cierra su puño—. ¿Tú que haces?
—¡Grito! —responde Alba alegremente.
Teo sonríe, asintiendo con su cabeza.
—Muy bien, y, ¿si hago esto? —pregunta ahora, moviendo sus dedos en un orden en específico que Alba asocia a lo que ha estado viendo.
—¡Corro!
Alba vuelve a responder correctamente y Teo sonríe aliviado de que su tutoría no haya sido en vano. Confía en que su hermana tiene una buena memoria y recordará las señas y las pocas palabras que conoce a largo plazo. Confía en que su sistema de emergencia será efectivo.
—Solo si soy yo quien las hace tienes que seguir ordenes, ¿de acuerdo? No obedezcas a nadie más, solo yo conozco este juego.
Alba solo ríe, estirando sus manos para jugar con las de él.
Teo se siente obligado a enseñarle a su hermana cómo debe actuar en caso de que se encuentren bajo peligro, precisamente, porque Guillermo está perdiendo la paciencia y dejando que su frustración y su estrés recaigan más fuerte que nunca sobre ambos hermanos. Elvira es la única que ha presenciado lo que realmente sucede dentro de la casa de los Moya, luego de aquella extraña secuencia que vivió junto a Teo ya no se siente tan tranquila al dejarlos solos. Si ella no hubiera estado en la casa esa tarde tal vez las cosas se hubieran salido de control. Guillermo tampoco se siente tranquilo con la presencia de su vecina, y por eso cambió la llave de la puerta. Ya ni siquiera le importa que los hermanos arruinen su búsqueda, los encierra cada mañana en la casa prefiriendo que se queden solos antes de que Elvira los cuide y les llene la cabeza de esa misma mierda educativa que Leonor quería inculcarles.
Pero obviamente Elvira no permitió que eso se convirtiera en un obstáculo para seguir viendo a los hermanos. La única razón por la que está trabajando de niñera es por Leonor, y no le fallará a su amiga incluso aunque su padre quiera impedírselo. Cada vez que Guillermo parte para trabajar ella se acerca a la casa como lo ha estado haciendo desde que Leonor se fue. Le enseñó a Teo cómo burlar la cerradura con un cuchillo, y eso es exactamente lo que él hace cada vez que ella llama a la puerta.
Ayer, por primera vez desde que cuida de ellos, Elvira fue quien recibió a las visitas que tuvieron. Sospechó que se trataba de algo importante tan pronto vio a través de la ventana de la cocina y notó a los hombres uniformados recorriendo los senderos. Se quedó analizando sus movimientos, viéndolos ir de casa en casa y esperando a que se acercaran a la puerta de los Moya para saber de qué se trataba. Pensó en cobranzas, pensó en una búsqueda policial e incluso pensó en alguna venta privada, pero no acertó en ninguna de las opciones. Se encontró con dos hombres queriendo interrogarla para saber en qué estado se encontraba la familia viviendo en esa casa. Elvira fue muy ágil y astuta, vio los atuendos pertenecientes a Zalá y supo de inmediato que se trataba de la familia real, así que no dudó en recibir la ayuda que se le estaba ofreciendo a los hermanos. Pensó en que ese sería su único medio para comunicarse con Leonor, así que también lo aprovechó para sacarles información a los caballeros que solamente estaban haciendo su trabajo. Fue discreta, preguntó quién los había mandado y de dónde venían para tener algún tipo de indicio que la ayudara a saber si su amiga estaba detrás de esto. Se decepcionó bastante al no obtener la respuesta que esperaba, pero aun así consiguió provisiones que Guillermo nunca les hubiera dado a los hermanos por su cuenta.
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ALMAFUERTE © ORIANA CORRIDONI
Novela JuvenilAris nunca pudo dejar atrás su primer amor. Leonor, una escritora amateur que aparece en su camino, reconstruye el pasado del príncipe con una de sus novelas. Ella sueña con trabajar de lo que ama y escapar de su abusivo estilo de vida, y él se conv...