Capítulo 24

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Mis párpados se abren de golpe cuando escucho los golpes en la puerta, observo a Naruto dándome la espalda, es tarde, debe ser Menma, salgo de la cama con rapidez. Recuerdo que luego de abrazarnos me dedique a realizar mis tareas y el trajo su laptop para hacer sus deberes conmigo, después él se canso primero y se recosto en la cama, no fui capaz de levantarlo y termine acostándome a su lado.

Abrí la puerta para efectivamente ver al pelinegro.

- ¿Has visto a Naruto? Kushina llegó y quiere hablar con él. Estoy seguro que no lo vi marcharse ayer.

- ¿Y el instituto? - interrogo viendo que no lleva uniforme. No es que muera de ganas por ir, pero no le daré el gusto a Tayuya de esconderme como ella espera.

- Sábado, Sakura -Dice sacando su celular, veo que mira la pantalla, y después lleva el celular a su oreja. El sonido del celular de Naruto suena dentro de mí habitación. Menma lo está llamando y cuando me percarto, evito mirarlo y abro en totalidad la puerta.

- Nos quedamos estudiando hasta tarde y se quedó dormido.

Menma entro a la habitación mientras guarda el celular en su bolsillo. Se acerca al rubio.

- Mueve tu culo -Dice golpeándolo con su puño en el hombro- Levanta- Dice golpeando con más fuerza, el rubio se mueve algo desorientado, y se incorpora cuando ve a Menma. Después me mira a mí.

- ¿Qué pasa?

- Kushina quiere hablarte, trajo al psicólogo.

- ¿Ahora? -pregunta estirando sus brazos.

- Muévete, joder, muévete -Menma parece estar enojado con el rubio.

- Gracias por ayudarme con las tareas -Dice antes de salir de la habitación.

Afirmo con la cabeza y Menma se queda en el marco de la entrada, me dirijo hacia él y es cuando caigo en cuenta que llevo una blusa de tiras, un escote no tan pronunciado en mis pechos, pero que tampoco me llega hasta el cuello.

¿Qué más mierda puede pasarme? Aunque las fotos seguramente circulan en los grupos de WhatsApp, sin necesidad de que él los viera de forma presencial.

- No le tengas compasión -Dice Menma serio-. Él te pedirá que no lo delates, dirá que no necesita ayuda y luego lo veras en un hospital intubado por sobredosis.

Se marchó sin dejarme responder, haciendo que me sienta herida sin necesidad de que me hiciera algo físico. Me dirijo al cuarto de baño y me observo en el espejo, las manchas están adquiriendo una tonalidad más amarilla, lo que significa que pronto desaparecerán.

Quizás pueda quedarme encerrada todo el día y leer las materias para los exámenes que están a nada de empezar. Eso haré, me servirá para despejar mi mente.

..........

Me acerco a la puerta casi de forma inconsciente cuando escucho voces conversando de una forma nada amigable, reconozco la voz de Naruto y Kushina. Están discutiendo.

- ¡Qué más puedo hacer por ti, Naruto!

La escucho murmurar entrecortada.

¿Me preguntó si esta llorando? Sé que la situación es mala, aún así, siento algo de satisfacción al escucharla.

- Estoy bien, Kushina. No necesito estas tonterías.

- No lo estas, Naruto. Escúchame.

Escucho el portazo y me mantengo en el mismo lugar uniendo mi frente a la puerta. Aunque me alegra oír a Kushina desesperada, es la vida de Naruto la que estan en juego, ella sabe que el rubio no se encuentra bien, y al menos eso alivia un poco el sentimiento de culpa por esconder lo de aquella noche en el bar.

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