Capítulo 1: Regreso

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Bajo del autobús cargando conmigo una maleta pequeña, el aire me golpea haciendo que mi vestido de flores flote con el aire al igual que mi cabello. Mis pasos son lentos, vivir con mi abuela Chiyo fue hermoso hasta el día en que ella partió de este mundo y el pensar en que jamás la volveré a ver es algo con lo que no deseo lidiar. Tampoco quiero pensar en el hecho de que ya no tengo familia y ahora estoy sola.

Mi madrastra me llamó después de enterarse de la muerte de mi abuela y decidí aceptar su oferta. Acepte por que ya no me queda nada mas que aquel sentimiento, esa semilla que después de perder todo, brota sus raíces como una hierba mala que solo crece y crece por más que intentas cortarla a diario. Una palabra dura y cruel: "venganza".

Mis pasos son lentos, automáticos, mis pensamientos dispersos, volveré de nuevo a aquella casa, aquella casa de las que tantas veces desee escapar después de la muerte de mi padre cuando tenía doce años, Kushina no es mi madre, solo una extraña. Pero era la esposa de mi fallecido padre, así que legalmente tenia derecho sobre mí, aun así  después de aquella noche un día posterior a mi cumpleaños número quince, escapé, huí, deteniéndome por un momento a observar hacia atrás. Dudando, temiendo y quizás llorando también.

Me presente a los guardias, y las grandes puertas son abiertas, la mansión que después de la muerte de mi padre recupero el nombre de los Uzumaki, siendo una niña de seis años dejando mi casa de dos cuartos y de pronto llegar a un lugar con piscina de alguna forma me recuerda que en su tiempo me había deslumbrado, al igual que tener una nueva mamá y hermanos. Tres hermanos, Naruto el sonriente niño que siempre le buscaba el lado bueno de las cosas, Menma su mellizo todo lo contrario a Naruto malhumorado y cruel, e Ino, menor para nosotros con un año, y que luego se convirtió en mi mejor amiga. 

Camino despacio por el sendero de rocas en medio del gran jardín lleno de estatuas y fuentes donde es usual ver a las aves tomando agua. Me veo jugando con mis hermanos, correteando despreocupados hasta cansarnos y entonces me detengo. Por un momento quizás pienso en dar la vuelta, por escasos segundos, pero los recuerdos de aquel día, el dolor por haberlo perdido todo me hacen continuar.

Soy recibida por aquella mujer que no reconozco, vistiendo los comunes uniformes de sirvienta.

- Bienvenida a casa, Señorita...-

- Sakura.- Mencione mi nombre ingresando a la casa siendo seguida por ella.

- Señorita, Sakura. Me indicaron que le pregunte si desea su antigua habitación o requiere una nueva.-

- Nueva.- Dije llegando al comienzo de las escaleras.

La casa se ve diferente, nuevas obras de arte adornando la pared, otras esculturas en el paso, el gabinete de las bebidas ya no esta cerca del comienzo del salón, han pasado dos años después de todo. Y ese repentino deseo por que mi padre aparezca y me reciba muere al instante al recordar que hace unas semanas mi abuela fue enterrada junto a él.

Finalmente me detengo en el segundo piso, y sostengo la llave mientras escucho los pasos de la empleada de servicio alejarse.

- Sakura.- Aquella voz debería hacerme reaccionar, sin embargo mis ojos se mantienen en la llave siendo ingresada en la cerradura de la puerta.- ¿Por qué te fuiste?-Dejo que mis ojos verdes se enfrenten a ese color azul que me recuerda al mar, más alto de lo que podía recordarlo, un poco más de cabello también, despeinado, y con aquella cadena colgando encima de su camiseta blanca, que no es muy apretada pero deja ver a la perfección aquellos músculos ahora más trabajados que antes.- Intente localizarte. Lo de esa noche.

- Lo olvide, y tú deberías hacer lo mismo.-Ingrese en la habitación y mi cuerpo pronto termina encima del colchón, cubro mis ojos con mi antebrazo y lágrimas silenciosas resbalan por mis mejillas.-Padre estoy de vuelta.-

.........

Mantengo mis ojos fijos en la ventana del auto, ella vive en una casa igual de grande que la de los Uzumaki, y sobre ella carga el legado de los Hyuga. Famosos empresarios dedicados a la exportación.

Naruto abre la puerta del asiento de copiloto y ella ingresa en el vehículo, su sorpresa es instantánea y después de eso la veo salir y abrir la puerta de mi lado, sus brazos se cierran a mi alrededor y correspondo, sintiendo extraño el imaginar que mis manos volverían a tocarla de forma amistosa.

-- No puedo creerlo, Sakura.- Se aleja un poco de mí, y veo sus ojos vidriosos.- Ha pasado tanto tiempo, todos estuvimos muy preocupados por ti.-

- Lo sé. Luego te contaré la historia. Ahora sube al auto, no quiero que lleguemos tarde en mi primer día de clases.-

Ella se sienta a mi lado, y noto los ojos azules de Naruto observando en nuestra dirección. Él intentó conversar conmigo antes de que lleguemos a casa de Hinata, pero no dije ni una sola palabra. Logre escucharlo decir que Menma estaba de viaje participando en el torneo de natación del instituto y que Ino había viajado con Kushina a Londres.  Pensé que todo seria más fácil, ya que ahora se supone que no puedo sentir nada.

Intento conectarme con la conversación de Hinata. Pero mis pensamientos divagan y flotan a la deriva.

-- Eres hermosa, Sakura, tan suave.-

-- Me gusta el color de tus ojos.-

Ellos tenían clase de inglés así que me dirijo a historia, me detengo en mi nuevo casillero y aligero un poco el peso de mi bolso dejando algunos libros que no necesitare hasta después del almuerzo. Cuando cierro el casillero la sorpresa inmediata hace que me quede quieta y sus ojos se encuentran con los míos.

-- Molestia.- Su voz es igual a como la recordaba, pero también soy más pequeña que antes para él. Mi garganta esta seca y cuando quiero decir algo, cierra su casillero y veo su espalda mientras se aleja.

Viniendo de Sasuke no me sorprende que no  quiera indagar en las razones por las cuales me marche sin decirle algo.

Pienso en el resto del día, en las miradas insistentes de algunos que no dejan de caer en mí, en el resto de personas que seguro si querrán explicaciones, imagino todos los rumores que se inventaron sobre mí. 

Quizás pensaron que estaba muerta.

-- Sakura.-

Volteo para encontrarme con él.

-- Debemos hablar. Por favor.-

Mis dedos sujetan con fuerza las tiras de mi bolso, y asiento con la cabeza así que él empieza a caminar y lo sigo, observo su cabellera rubia. Algo en mi estomago se esta moviendo.

Sentados en su auto las gotas de agua empiezan a caer, entonces arranca, observo sus dedos sujetando el volante, aquel gato que saluda con su mano en cada movimiento, que yo se le regale, aún descansa en el tablero del auto.

Las gotas de agua caen con más intensidad y su estaciona junto a un parque que muchas veces visite con él.

-- Si lo hubieras olvidado todo seria como antes, Sakura. No lo olvidaste y yo tampoco lo hice.-Las palabras que alguna vez  pensé decirle después de aquello se enterraron en lo más profundo de mi alma.- Sé que debí detenerme. Sé que no debimos beber tanto. No sabes lo culpable que me he sentido todo este tiempo. Es mi culpa que te marcharas, Sakura.

-- No es tu culpa.- Lo veo y detecto desesperación y tristeza en él.- Yo te pedí que continuaras. Volví por que quiero que todo sea como antes. Así que ambos tenemos que olvidarlo. ¿Alguien lo sabe?.

-- No, Sakura.- Afirme con la cabeza sin mirarlo y le brindo una sonrisa ligera.- Hay algo que necesitas saber.

-- Es malo, supongo.- Respondo de inmediato.

-- Sasuke esta saliendo con Ino.

Conduzco mi mano a la parte de mi tórax donde se encuentra mi corazón, sus latidos fuertes me recuerdan que estoy viva y entonces sin poder evitarlo termino sonriendo.

-- Mi ex novio y mi mejor amiga.

-- Muchas cosas han cambiado, Sakura.

Lo sé.

Yo también, cambie.

.............

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