CAPÍTULO XXIV

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MARATÓN, Capítulo 2 de 3.  

Cuando terminaron de desnudarse, se acercó poco a poco al cuerpo desnudo del policía. Primero acercó su cara a su cuello inhalando ese aroma a madera y cítricos que tanto le brindaba paz, luego acercó su pecho y sus pezones duros y sensibles al pecho de Mew, haciendo círculos en el pectoral del policía, por último acercó su pelvis, el policía tiró su cabeza hacia atrás y tomó la polla de Gulf para frotarla con más rudeza con la suya.

¡Manos atrás! - la voz de Gulf ya estaba ahogada por el placer, el gruñido de Mew hizo sonreír al chico. recogió la corbata de Mew del suelo y con ella amarró las manos del policía dejándolo sujeto a la gran columna de madera.

- Suéltame y te follaré tan duro que te arrepentirás de haber aceptado éste juego - La amenaza de Mew llegó a los oídos de Gulf como un afrodisiaco, haciendo que su cuerpo entero se estremeciera.

- Ruégame que te deje follarme - La cara de desesperación de Mew realmente estaba volviendo loco de placer a Gulf.

- Gulf eso no va a pasar - Gulf esta vez soltó una carcajada, buscó entre los cajones de la habitación algo que le sirviera para castigar a Mew y lo encontró, tomó otra corbata y cubrió los ojos del teniente.

- Ahora no podrás tocarme ni verme, ¿Cuánto más soportarás sin rogar? - Gulf lamió la clavícula de Mew y apretó entre sus dedos índice y pulgar uno de sus pezones, haciendo que el placer en el cuerpo del policía fuera tal que casi vio como sus rodillas fallaron.

- ¡Apostemos! Si yo te ruego tú elegirás el destino de nuestra luna de miel, si yo gano y soporto tus torturas, tendrás que hacer lo que yo te pida por una semana completa - la voz confiada y la sonrisa de autosuficiencia de Mew retaron al chico.

Gulf volvió a rozar su pene endurecido con las piernas de Mew, contra su ingle, pero no permitió que tocara su polla que estaba sobreestimulada y goteando.

- Mm estoy tan duro Mew, tu abdomen se ve precioso con mi pene recostado en él, ¿sientes la humedad que mi punta deja en tus abdominales? si tan sólo pudieras ver lo húmero, rosado- Gulf apoyó su propia erección sobre los músculos del abdomen de Mew, moviendo su cadera para crear círculos de líquido preseminal, mientras besaba la manzana de adán del policía que vibraba por los gemidos salían de su boca.

Gulf se dio la vuelta y tomó entre sus manos la polla de Mew, pasándola por sus glúteos, haciéndola palpitar con su coxis, aferrándose a las caderas del teniente para mover las suyas de arriba a abajo y en círculo pero evitando que lo penetrara.

- Aún no, tienes que pedirmelo - Mew gruñó y Gulf aprovechó el momento para pasar su lengua por la punta del glande del policía, haciendo que el gruñido se convirtiera en gemido y que su cuerpo se arqueara hasta quedar apoyado en la punta de sus pies. Luego pasó su lengua por los testículos duros y cargados de Mew, que empezó a temblar con desesperación.

- ¡Joven amo, por favor, por favor, te necesito! - Fue un susurro lleno de urgencia

- Ruégame Mew, ruégame que te deje follarme! - Gulf también estaba a punto de correrse, pero quería ganar la apuesta. El policía se quedó en silencio así que Gulf profundizó su ataque besando sus labios mientras con sus manos pellizcaba ambos pezones del teniente Suppasit. Ambos parecían querer comer sus bocas, sus lenguas se peleaban por el dominio del beso, Gulf aprovechó la cercanía a la cama y se subió en las caderas de Mew poniendo su peso en los pies sobre la cama. Ahora su pene estaba entre su abdomen y el pecho del policía, y la polla de Mew rozaba peligrosamente su entrada.

- Por favor joven amo, déjame follarte- La voz de Mew apenas y se pudo escuchar en el oído de Gulf.

- Más fuerte Mew, sé que puedes decirlo más fuerte - Gulf sabía que todo ésto tendría que pagarlo en cuanto liberara las manos de Mew, pero de eso se encargaría después.

- Por favor joven amo, permíteme follarte, te lo ruego - Esta vez Mew gritó a todo pulmón, haciendo que Gulf casi se corriera de placer al escuchar ese grito. Gulf estiró los brazos alrededor de Mew y soltó sus manos pero aún le dejó la corbata en los ojos.

- De rodillas Mew, te necesito de rodillas - El hombre maduro que se enfrentó a sus padres para ejercer la profesión que deseaba, el que nunca dio su brazo a torcer ante nadie, cayó de rodillas ante el chico de casi 23 años delgado y "frágil". 

Gulf se acercó a Mew y puso su polla en la boca del policía, éste inmediatamente abrió su mandíbula para él, dejándolo entrar hasta que sintió su vello púbico haciendo cosquillas a su nariz. El chico enredó sus dedos en el cabello de Mew y lo sujetó con fuerza.

- Chúpame - La orden fue acatada de inmediato, Mew chupó, lamió, succionó y jugó con el pene de Gulf al ritmo que imponían los movimientos de la mano del chico en su cabeza, haciéndose cada vez más profundos y rápidos, hasta que sintió su boca llenándose de semen, lo tragó con tanto gusto y con tanta ansiedad que Gulf sintió que su orgasmo nunca terminaría.

- ¡Siéntate!- Las órdenes de Gulf hacían palpitar la polla de Mew. El policía se sentó en la orilla de la cama y jaló a Gulf por la cintura. El chico se inclinó hacia la cara de Mew y limpió con su lengua un poco de su propio orgasmo que chorreaba por su barbilla, luego lo besó sintiendo su propio sabor en su boca, liberó sus labios, se sentó a horcajadas sobre la vara de carne que salía de la entrepierna de Mew, y se acercó a su oído.

- Te doy permiso de follarme Mew - De inmediato Mew lo tomó de sus nalgas y lo clavó en su pene haciendo que el chico gritara de dolor y se arqueara de placer al sentir la polla del policía tocar su próstata. 

Mew tomó una gran bocanada de aire, movió un poco sus caderas para que Gulf se acostumbrara a su erección dentro de él, y también para ahogar las ganas de correrse que le produjo sentir su pene dentro del chico. Cargó en sus brazos a Gulf y lo puso sobre la cama,necesitaba ver su rostro excitado, tener los ojos vendados fue casi una tortura por no poder ver las expresiones de su chico mientras disfrutaba del juego. 

- ¿Quien te dio permiso de descansar?, Ven aquí y follame o no te dejaré tocarme el resto de la noche- Las palabras de Gulf volvieron a sacar a flote el instinto animal de Mew, lo puso boca abajo y se subió sobre él, puso un poco de su saliva sobre el orificio del chico y entró en él dándole estocadas lentas que se convirtieron rápidamente en embestidas; sus manos sujetaban la cadera de Gulf dejando marcas rojizas y en la habitación se escuchaban los gemidos del chico suplicando por más. Ambos llegaron al clímax  casi que al tiempo, Gulf sintió cómo su cuerpo era bombardeado por el semen de Mew en cálidas oleadas, 5, 6, no pudo contar cuántas eran, su mente estaba nublada por el placer y veía luces aún con los ojos cerrados. 

La noche transcurrió entre órdenes de Gulf, orgasmos de ambos, sudor, semen, el chirrido de la cama que anunciaba la rudeza de su sexo. al final del último éxtasis ambos estaban temblando sobre cama desordenada, dormidos, abrazados y satisfechos. 

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