En un mundo post pandemia, en la sexta cárcel más hacinada del mundo, El Bangkok Hilton, como lo llaman los extranjeros, está por ser liberado un chico que lleva aquí algo más de 2 años y que nunca podrá volver a sentirse libre.... o eso creía él ha...
Ya ha pasado una semana desde la sesión de fotos en Phuket, en Bangkok todo se siente rutinario un miércoles por la mañana, Ya había recibido la paga por el trabajo temporal y había sido buena, pero necesitaba algo estable si quería permanecer por fuera de la cárcel. Su desespero no podía traer nada bueno, por algo dice el refrán "El diablo sólo tienta, a aquel con quien ya cuenta."
- Hola Kao, ¿cómo estás? Up está en la oficina, haz olvidado que él no es una criatura nocturna como tú? - Gulf estaba intrigado por la razón de la llamada del atractivo Barman pero no se esperaría lo que escuchó
- Claro que sé que Up no está en casa, por eso aprovecho para llamarte, veo que no has encontrado empleo, así que tengo algo para proponerte... mmm puedes venir al bar? no quisiera hablar de esto por teléfono. - Kao no estaba seguro de incluir a Gulf en sus negocios por debajo de mesa, pero uno de sus clientes había visto en sus redes sociales una foto con Up y el bello chico de cabello castaño y pestañas largas, y lo había convencido de que sería bueno para el "negocio"
Gulf sabía que nada que lo que le fueran a proponer debía ser algo de dudosa procedencia, por el misterio con el que Kao le había hablado por teléfono, pero también tenía claro que haría lo que fuera por no volver al infierno del que de milagro salió vivo.
- Señor Nattopol, éste es el chico del que le hablé - Dijo Kao apuntando con sus manos hacia Gulf que entraba al Bar, mientras hablaba con un hombre de tez ligeramente morena, cabello negro asabache, ojos igual de negros y una sonrisa mordaz.
Pero, quién era ese hombre de mirada enigmática, vestimenta impecable y que observaba a Gulf como si estuviera viendo un suculento bistec? Era nada más y nada menos que el reclutador principal de una red de prostitución masculina que suple las "necesidades" de los clientes VIP del mundo del entretenimiento y la política de Bangkok.
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Max Nattapol, 34 años, todas las autoridades saben exactamente a qué se dedica, pero entre las más poderosas ramas del poder se encuentran sus más fieles clientes así que es prácticamente intocable. Lo que quiere siempre lo consigue y se ha propuesto ingresar a Gulf a sus filas de mercancía, está tan impresionado con su belleza que ha venido él mismo a buscarlo. Gulf no sabe que se ha metido en la boca del lobo y Kao no tuvo opción tuvo que acceder a llamarlo, pues le debe dinero al "Diablo" como todos llaman a Max cuando éste no escucha.
- Hola Kao, perdona la tardanza pero debí hacer algunos pendientes antes de venir aquí, si me hubieras dicho que alguien más esperaba hubiera salido directamente hacia acá, ¿Usted es..? - Dijo Gulf fijando su mirada en el hombre que lo observaba de la cabeza a los piés. Ese día Gulf iba vestido con unos jeans justos que acentuaban su delgada cintura y una camisa de seda desabrochada hasta el tercer botón que dejaba ver su tatuaje si hacía ciertos movimientos con sus manos.
- Max Nattapol, su futuro empleador señor Kanawut - Dijo Max con voz firme pero serena, digna de su confianza en sí mismo y fiel a la reputación que le precedía.
- Eso depende del empleo que me ofrezca y de que yo acepte trabajar para usted señor Nattapol - Kao tragó en seco cuando escuchó la respuesta de su amigo, carraspeó un poco para interrumpir a los dos hombres que se miraban como si ya fueran enemigos y les ofreció un trago.
- Los negocios no pueden hacerse con la garganta seca, siéntate Gulf y escucha por favor lo que el señor Nattapol te quiere ofrecer, te garantizo que la paga es buena - Dijo Kao tratando de dejarle claro al "Diablo" que estaba cumpliendo con lo acordado al traerle a Gulf e intentar que acepte su propuesta.
- Iré al grano señor Kanawut, mi trabajo es proveer a hombres de las grandes esferas de la sociedad de "diversión" digna de su compañía y quiero que usted haga parte de mi selecto grupo de "acompañantes" para mis clientes. Sé quién es usted, sé que vive en un rincón del apartamento de su mejor amigo y sé que aún hacen falta tres meses para que termine su libertad condicional y sé que no encontrará un empleo mejor pagado que el que le estoy ofreciendo. Nadie en la ciudad lo contratará si quiere cuidar su reputación pues nadie contrata ex-convictos- la media sonrisa con la que terminó esa frase dejó helados a Kao y a Gulf, ambos sabían que eso era más que una afirmación, una amenaza.
- Veo que está bien informado señor Nattapol que estoy desesperado sino consigo un empleo estable pronto puede que deba volver a la cárcel, pero si algo me enseñó la vida es que no se deben hacer tratos con el Diablo, muchas gracias por su oferta, pero mis circunstancias actuales sólo empeorarán si ejerzo ese tipo de actividad, pues que yo recuerde no es muy legal que digamos - Dijo Gulf mirando con satisfacción la cara de incredulidad que estaba haciendo el arrogante proxeneta.
-Gulf, pero .. - Dijo Kao con el rostro pálido a causa del miedo
- Gracias Kao - interrumpió Gulf - sé que me llamaste con la mejor de las intenciones para conseguir un trabajo para mí, lamento no poder aceptarlo- alcanzó a decir Gulf antes de darse la vuelta para dirigirse a la salida - Sr Nattapol, Kao, si me disculpan tengo que irme, un desempleado no se puede dar el lujo de beber a media semana y aún tengo currículos que entregar.
- No te van a contratar Kanawut, te lo aseguro- Dijo Max dejando claro que cumpliría su amenaza
- Pues de hambre no moriré señor Nattapol, gracias por su preocupación - El castaño hizo una reverencia y salió del lugar.
A Gulf le aterraba la idea de volver a la cárcel, pero sólo imaginarse teniendo sexo con algún sucio miembro del gobierno lo hacía sentir náuseas. Llegó a casa con el corazón latiendo a mil por hora, era consciente que el hombre que lo acababa de amenazar era de temer.
Gulf sólo pensaba en cómo huir del obsesionado señor Nattapol, qué le dirá a su amigo sobre la emboscada que organizó su querido novio para que se vendiera al proxeneta más cruel de Tailandia, cómo podría huir y dejar de reportarse con su supervisor de libertad condicional?, El señor Suppasit, Mew, quisiera pensar en él y sólo recordar su rostro enfurecido antes de acertar el golpe en su cara, pero al instante de llegar esa imagen, también llegan los flashback de su noche juntos, todos los besos, los gemidos, su pecho sudoroso, su rostro relajado iluminado por los rayos de sol que entraban a través de su ventana, no podía olvidarlos y se odiaba por eso. Todas estas cuestiones se juntaron en los ojos de Gulf en forma de lágrimas y no pudo evitar dejarlas caer sobre sus mejillas, sentado en el pequeño sillón de un puesto que tenía colocado junto a la ventana de su habitación. Parecía que su vida nunca estaría tranquila nuevamente, nunca podría "volver a empezar" pues cada vez que intentaba hacerlo se encontraba con un gran muro de concreto que se lo impedía.
El joven atribulado seguía inmerso en sus pensamientos cuando escuchó sonar su teléfono celular, al mirar el nombre que se presentaba en su pantalla dudó en contestar, no estaba de humor para hablar con nadie y menos con un número desconocido.
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Cuéntenme quién creen que esté llamando a Gulf?
Cómo se escapará nuestro chico de las garras de Max?
Quiero conocer sus teorías, déjenme saberlas en los comentarios. Les amo.