Capítulo XIX

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- Señor First, el auto ya lo está esperando - Uno de los guardaespaldas que tenía El Diablo custodiando a First le dio el aviso para que salgan a otra de sus "reuniones con clientes". El chico se terminó de organizar el cabello y salió sin saber que éste sería un trabajo diferente.

- Hemos llegado, su reunión será en el último piso, los escoltas de su cliente estarán esperándolo en el ascensor, por favor llámeme cuando termine para llevarlo a casa - First salió del auto y entró al lujoso edificio.

Ya estaba acostumbrado a que iba a lugares llenos de lujos y con servicio VIP, pero en este caso era un poco más llamativo que los clientes anteriores, así que First de inmediato se dio cuenta que lo había solicitado alguien de mayor rango. Caminó hasta el ascensor y se quedó paralizado al ver quien era el guardia que lo esperaba.

- Señor First, pase por acá por favor, no debemos hacer esperar a los jefes - Era Ja, el guardaespaldas del juez Chanthara, que se veía más guapo que nunca.

- Vaya señor Pachara no pensé que podía ser tan educado, la última vez que nos vimos no tuve una muy buena primera impresión de usted - Le dijo First para ocultar el terror que le produjo verlo ahí y saber que si tendría que acostarse con el malnacido del Juez, sería asqueroso para él y seguramente estará su vida en riesgo.

Ja se giró para contestar al insulto elegante que le hizo First pero en ese momento se cerró el ascensor y el perfume que Fist usaba inundó el lugar. Ja sintió que un escalofrío recorrió toda su espina dorsal al sentir ese delicioso aroma y sintió el impulso de acercarse un poco más.

El rostro de First palideció al ver que Ja se le acercaba, automáticamente dió un paso atrás y lanzó una advertencia.

- ¡No puedes tocarme maldito bastardo! hasta el Juez Chanthara sabe de lo que Máx Nattapol es capaz si dañan su mercancía - Las palabras de First petrificaron a Ja, quien no sabía por qué le afecta tanto que el joven periodista le tema.

- No pienso hacerle daño señor Chalongrat, sé bien que no se me permite tocarlo, también son órdenes de mi jefe - Ja intentaba seguir explicándole a First que estaba a salvo pero en ese momento se abrieron las puertas del ascensor.

- Es una fiesta, y usted es un regalo de mi jefe para sus invitados, al igual que los chicos que están en esa mesa - Dijo Ja señalando una mesa que se encontraba llena de chicos y chicas con hermosa apariencia que tomaban y sonreían.

First sintió un gran descanso cuando vio que no estaría solo con la basura que hizo que lo violaran, aunque sabía que podía pasar aún no estaba preparado para estar a solas con el Juez Chanthara y no asesinarlo. Se acercó a la mesa, saludó a algunos de los chicos que ya distinguía por otras fiestas a las que los envió Máx juntos y empezó a analizar a los invitados a la fiesta. Necesitaba acercarse a alguno que fuera realmente importante y que su caída fuera significativa para que el gobierno no pudiera negar el problema de las redes de prostitución y trata de blancas.

Empezó a descartar entre los presentes a los peces gordos y se enfocó en coquetear con dos hombres mayores. Uno tenía apariencia de ser un hombre de autoridad, quizás juez o policía. El otro parecía más un político en campaña, sonreía a todos pero nadie se le acercaba pues sus guardaespaldas sólo le daban acceso a quienes él mismo llamaba.

Dio algunas vueltas por el lugar buscando la atención de aquellos hombres, pero sólo recibió la invitación de otro de los invitados del Juez Chanthara, pero cada tanto sentía la mirada del hombre de confianza de ese desgraciado, parecía que Ja había recibido la orden de vigilarlo cuidadosamente pues su mirada se sentía como un escrutinio continuo.

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