• ¿Aclaraste Tus Sentimientos? • ~ Genmui ~

Capítulo 17

Con el paraguas abierto y tapandolos ambos se sonrieron.

Genya inclino levemente, solo unos milímetros, su cabeza hacia un lado.

Sus ojos no dejaban de ver los pequeños y, tenia que decirlo, suaves labios de Muichiro

El día anterior no había podido disfrutarlos por los nervios que le causaban ambos hermanos de ellos.

Pero ahora no había nadie.

No importaba que sus amigos estuvieran casi a un lado, no los estaban viendo como Sanemi y probablemente Yuichiro los vieron el día anterior.

El mundo, el lugar, el tiempo y el espacio era solo para ellos en este momento.

No había hermano, amigos, profesores.
Nadie ni nada.

Solo ellos a nada de besarse.
Ya habían aclarado sus sentimientos, ya se habían declarado, ya eran pareja oficial.
No tenía que importarles lo que dijeran los demas de ellos.

Sus hermanos prácticamente ya habían aceptado su relación. Aún si Sanemi no había hablado correctamente con Genya, sus actos fueron suficientes para que Genya entendiera que Sanemi lo apoyaría en todo, incondicionalmente.

Sus amigos no habían hecho por interrumpirlos por más que quisieran, solo observaban, incomodandolos un poco pero entendiendo que ellos también los aceptaban tal y cómo eran, con todo y sus personalidades raras, sus gustos, y sobre todo, con todo y sus decisiones.

Solo tenían que pensar en que no había nadie, y difrutar de ese momento hecho solamente para ellos.

Había dejado de sujetar el paraguas para dirigir su mano hacia el pequeño mentón de Muichiro, acariciando con su pulgar los labios de este mismo.

Los bellos ojos turquesa no dejaban de mirarlo.
Cada acción, cada gesto.

Estaba seguro de que Muichiro estaba aguantando las ganas de cambiar de lugar y besarlo, como había hecho el día anterior.
Pero ahora le permitiría a Genya tomar la iniciativa.

¿Se estaban tardando mucho o el tiempo parecía tan lento cuando estaban ellos dos juntos?

Un suspiro y sus ojos fueron a parar a los ojos turquesa de, su ahora, novio.

No los dejo de ver.

Junto lentamente ambas bocas y cuando por fin estuvieron completamente juntas en un tierno beso, ambos simplemente se dejaron llevar.

Nada les hiba a prohibir disfrutar de las caricias, besos y su inicio de relación.

NADA.

No importaba que rato después sus amigos los invadieran con miles de preguntas.
No importaba que sus hermanos hicieran lo mismo e incluso los regañaran por no confiar en ellos y también por la forma en la que ambos habían escapado de la escuela.
No importaba que al día siguiente los maestros los observaban para saber que paso entre ellos, ni tampoco importaba si los regañaban por haber corrido por los pasillos.

Beso tras beso.

No les importaba nada ahora mismo.

No había sol hasta ese momento.

Había estado nublado hasta que ambos habían juntado sus labios.

Era como cosa hecha adrede por el destino.

Solo unos rayitos de sol, flores a los alrededores, césped debajo de sus cuerpos y ellos dándose un beso.

Era todo lo que necesitaban y habían estado tan ciegos creyendo que sus latidos acelerados, sus pequeños y poco notables celos y su felicidad se debía a su amigo, cuando solamente necesitaban aclarar sus sentimientos entre ellos dos.