Introducción

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Cuando eres nuevo en una ciudad es algo complicado y en cierto modo algo tenebroso. Cuando digo tenebroso, me refiero al pensar a qué tengo que ir a una nueva escuela donde no conozco a nadie, y tendré que hacer nuevos amigos. Por otro lado, está el mudarme a una nueva casa, donde tengo que escoger una nueva habitación y conocer nuevos vecinos.

Pero también pienso en las cosas positivas que me podrían pasar, las cuales son; Empezar de cero en un lugar donde nadie me conoce, conocer nuevas personas, tener nuevas aventuras, y porque no, tener un romance.

Esos son los pensamientos que tengo desde que mis padres nos dijeron a mi hermano y a mí que nos mudaremos a una nueva ciudad. Para mis padres no será difícil acoplarse, ya que ellos se adaptan muy rápido a un nuevo empleo y se relacionan muy fácil con las personas. A mi hermano no le importa mucho el que tengamos que mudarnos, ya que en un año el entrara a la universidad. Pero si hablamos de cómo me siento yo, digamos que estoy muriendo poco a poco de nervios y de miedo.

Mi nombre es Leonardo Evans, pero me gusta que me llamen Leo, si se están preguntando que como soy, bueno, me voy a describir. No soy el típico chico de preparatoria, ¿Por qué? Para empezar, soy un chico que, por alguna razón del destino, en un accidente quede con una lesión medular, a lo que esto me lleva a usar una silla de ruedas, pero no de esas sillas grandes que se ven en los hospitales, la que uso se les llama activa, es blanca, y es mucho más pequeña, ligera y estética. Esto no ha sido impedimento para seguir con mi vida, al contrario, me ha hecho más fuerte.

Físicamente tengo buen cuerpo, ya que me encanta hacer ejercicio y estar siempre activo, muchas personas me dicen que soy atractivo, y si, si lo soy, tengo que reconocerlo. También las personas me dicen que aún tengo cara de niño, pero creo que exageran, bueno un poco. Mi cabello es rizado, pero hace unas semanas me hice un nuevo cambio de look, y me lo corte por completo. Apenas me está volviendo a crecer, y aunque ya no tengo mis rizos, me agrada como me veo con mi nuevo corte. Lo que más me gusta es mi sonrisa, saben, siento que puedo enamorar a las personas con ella.

Si hablamos de mis sentimientos, les puedo decir que soy una persona muy emocional, me gusta mucho ayudar a las personas que lo necesitan, tengo un corazón enorme, me agradan las personas que son sinceras, con buenos sentimientos y que tengan mucho sentido del humor. Por cierto, se me olvidaba decirles que soy gay, y estoy orgulloso de mí porque no tengo que ocultarlo, ya que cuento con el apoyo de mi familia. Para mí no tiene nada de malo tener una orientación sexual diferente o estar en una silla de ruedas, ya que todos tenemos derecho a ser libres y felices como somos, y creo que todas las personas deben empezar a respetar a los demás sin importar cual sea su condición física, preferencia sexual o su género.

Una historia de amor diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora