Capítulo 9

4K 324 72
                                    

Emma:

Algo que no especifique, es que Brad es lindo. Es apuesto, buena persona y prácticamente el novio u esposo que cualquier chica que esté en las iluminadas y siga al altisimo, lo desee como suyo.

Cualquiera menos yo.

Y ahora no sabia como decirle formalmente, que rechazaba su propuesta de ser novios.

—Brad...tú me agradas y...y eres buena persona, pero ahora no puedo pensar en tener un novio. Tengo deberes como iluminada, ayudo a mi madre y a mi padre, y resulta que ahora me pusieron de tutora de alguien, así que lo siento.

El procesa mis palabras y luego sonríe, —Esta bien, lo entiendo. Te esperare lo que tenga que esperar.

No, no me esperes, a pesar de que lo hagas nunca te querré para mi, pienso, pero no lo digo.

Le sonrió, —No tienes que hacerlo, si así lo deseas, puedes ir a pedirle esto a alguien más. Mi labor como iluminada no es negarte tus libertades.

El acaricia mi mejilla, —Eres tan perfecta.

Si, y si no me dejas de tocar te cortaré la mano ahora mismo con cualquier tijera al alcance, pienso.

Le sonrió, —Me lo dicen a menudo.

El viento de la ventana abierta choca contra mi cara, haciendo mi cabello a un lado.

Volteo a ver la ventana, confundida ¿que Frey no la había cerrado? ¿O yo me confundí? Hum, que raro.

[...]

—¿Y que quieres que haga ahora?

Mamá sigue limpiando el gran mesón, luego me ve.

—¿Puedes limpiar las habitaciones?

Asiento con la cabeza y mamá me ve orgullosa.

—Muchas gracias por ayudarme, así de una vez prácticamente todos tus deberes cuando te cases.

Si es que algún día llego a hacerlo.

Sonrió, —No te preocupes mamá, ese futuro es muy lejano.

—Si, pero no olvides que como mujeres es nuestra obligación servirles a los hombres, ellos trabajan afuera y nosotras adentro.

Asiento y subo las escaleras, para empezar a limpiar la habitación de mamá y papá, la de Leigh, y luego la mía.

Al entrar a la mía, la habitación semi-oscura me recibe con un frío que me eriza la piel. Siento una mirada en mi nuca y me volteo, tragando en seco.

Gracias a que la ventana volvía a estar abierta, conforme se emitía y se colaba la luz del día por ella, podía ver a alguien perfectamente en la silla junto a mi cama.

Tomo unas tijeras de mi mesita al lado de la puerta, y la coloco bajo el pliegue de mi falda.

—Tu habitación se está haciendo cómoda, pero quería preguntarte, si a la próxima podría estar deliberadamente en ella, es aburrido estar solo sentado.

La voz fría, sin ganas de ser amable de Frey se hace presente, suelto un suspiro, dejando salir el aire que retenía retenía mis pulmones.

—Podías haber dicho que estabas aquí desde el principio— digo ahora, caminando hacia la ventana y cerrando la cortina.

—¿Te gusta estar a oscuras?

Ruedo los ojos, —No me gusta que vean a chicos en mi habitación— corrijo.

Tentaciones [Frey Stein Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora