Capítulo 18

3.4K 265 85
                                    

Actualización seguida 5/5

Emma:

Brad estaba raro. Estaba más apegado a mi, no me deja respirar. Me asfixiaba.

—¿Qué...es?— digo desconfiada.

El sonríe, —Agua con azúcar.

Veo el vaso que contenia un color amarillo, supongo efecto del azúcar. Indecisa tomo el líquido y luego le sonrió.

Sabe mal. Sabe diferente. Sabe raro.

Si tan solo hubiera puesto atención a las mínimas cosas queBrad mostraba sobre el, hubiera podido pararlo o si quiera no salir así de herida.

Al tomarlo y pasarlo por mi garganta, el líquido fresco al principio, luego se convierte en ácido. Líquido ácido. No le presto atención y termino de tomarlo.

Mi vista poco a poco se empieza a nublar y dejo de prestar atención a lo que Brad decía.

Estábamos en su casa. Ambos. Solos. Y por alguna razón eso me ponía nerviosa.

Me empieza a doler la cabeza y siento como poco a poco una capa de sudor frío empieza a estar en mi frente.

—¿Estas bien?

Dice. Lo escucho tan lejano, tan...diferente. Lo último que puedo ver antes de que solo vea negro, es a Brad sin inmutarse en ayudarme.

[...]

—Brad...— digo sin palabras.

Si creía que Frey era un problema, pues estaba en lo equivocado. Brad era el problema más grande.

El chico que yacía frente a mi me da una sonrisa torcida. Muy impropia de el. Mis manos atadas al igual que mis tobillos, no me permiten moverme.

Brad se recarga en un mueble y me ve, —Ahora si hablaremos bien.

La expresión en su rostro era sería, por alguna razón, sabía que se aproximaba algo malo. Lo presentía.

—¿Hablar? Despierto y lo único que veo es que estoy amarrada a una silla, en tu habitación. ¿Aún así quieres hablar?

El sonríe, —Sabía que no gritarías. Nunca lo hiciste cuando ese Stein entraba en tu habitación ¿no?

Me quedo callada.

El sonríe aún más, —¿Te cuento un secreto?

Se acerca a mi hasta incarse frente a mi al frente de mis piernas, sus ojos negros me ven penetrandome hasta en mi alma. Y por alguna razón, desde que he vivido en Wilson, no me siento agitada.

Cada que pasaba algo siempre la ansiedad ganaba, descontrolada mis emociones y pensamientos. No era coherente. No pensaba con la cabeza fría y solo hacía estupideces, muchas, muchas estupideces. Pero el que ahora no lo este, me da algo de ventaja para pensar bien.

—¿Te gusta amarrar a sillas a tus novias?

El ríe, —También soy un psicópata. Te gustan de esos ¿no?

Ruedo los ojos, —¿Cómo se que lo eres?

La actitud ruda de Brad me hacia saber que esto ya no era un juego. Podía sacar mi lado verdadero, y si el me daba la oportunidad, lo haría.

Empieza a pasar su dedo por mi pierna, por encima de la tela dela falda.

—Mmmm, no lo sé ¿Qué hace un momento tenia un cuchillo en la mano y viste como decapite a alguien?

Si, si lo había visto. Pero no fui consciente en ese momento, en mi defensa; estaba en shock, ver a alguien hacer eso es...impactante. Más porque con ello me había machado a mi la cara y el también. Asi que ahora ambos parecíamos locos.

—Esta bien. Eres un psicópata ¿y qué? ¿Me matarás? ¿Me culparas?

El se queda viéndome fijamente, —Mmm, no lo sé. Tal vez no haga nada de eso si te alejas de Frey ¿Sabes? Los psicópatas podemos llegar a ser muy posesivos.

Se acerca a mi hasta acorralarme y poner ambos brazos a los lados de mi cuerpo, —Y ya que tú eres mía, no quiero que nadie más te toque.

Me quedo en silencio, y luego le escupo en la cara.

—No soy tuya ni de nadie, consientemente, ¿Crees que alguna día aceptaría tu propuesta? No. No somos nada, ni lo seremos nunca. Acéptalo de una puta vez.

Su sorpresa al oírme decir una palabra es tan evidente. Con esto cabo mi propia tumba, que bonito.

—Me encargaré de que aceptes. ¿Qué debo hacer? ¿Traer al Stein y matarlo frente a ti? ¿Sacarte de este pueblo y nunca volver? ¡Dime que tengo que hacer para que seas mía!

Y enojada, le vuelvo a escupir, —¡Primero deja de gritarme, idiota! ¡Si te crees que me drogaras, ataras a una silla y me luego me gritaras, estas muy equivocado!

El tensa su mandíbula pero luego se relaja, —¿Necesitas que lo aleje de ti para quererme? ¿Es eso?

—¡Lo primero que necesito es que me desates, estúpido! ¿Acaso en tu cabeza de mierda no cabe que no te amo? ¡¿No te has dado cuenta?! ¡No te amo, no te amo, no te...!

Mis palabras son calladas por una cachetada que el me dio, —¡Respetame! ¡Soy el hombre y tu la mujer! Supongo tu mamá te enseño que debes respetarme ¿no?

Volteo mi rostro, y levanto la barbilla sin mostrarle que me intimida, —¿Eres un hombre? ¿Te consideras un hombre al golpear a una chica inofensiva, atada a una silla? Vaya tipo de hombre...

La sonrisa de satisfacción se expande por mi cara al ver que el tensa su mandíbula.

—Soy mucho más hombre que el...

Río, por primera vez en la conversación, sintiendo el dolor de mi mejilla, río abiertamente.

—¿Tú? ¿Mejor que el? Por favor, al menos el nunca se atrevería a ponerme una mano encima sin mi permiso.

Eso aprece herirlo, —¿Crees que podría tocarte sin tu consentimiento?

—Considernado que me acabas de dar una cachetada mientras no me puedo defender, si, si lo creo.

El tensa la mandíbula, —Pues bien, ¿has odio hablar sobre el síndrome de Estocolmo? Es cuando alguien secuestra a otra persona y ella con el tiempo se enamoran de su secuestrador. — el se acerca a mi hasta quedar frente a frente —. Y te dejare salir hasta que tengas el síndrome.

Con eso, se aleja y se va. Dejándome en la habitación.

[...]

Nota de la autora: O-o.

He subido todos estos capítulos porque no se si cuando reseteen mi celular, de guarde. Así que mejor asegurar.

¿Cómo están? ¿Bien? ¿Mal? ¿Medio?

Muchísimas gracias por leer esto <33.

Adiós O-o.

Tentaciones [Frey Stein Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora