Capítulo 7

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Sigrid se encontraba viendo al Dios de los mares y al padre de la humanidad, los analizaba con sumo detalle.

- El parecido es ridículo. - comento, Adán la miraba con su típica expresión desinteresada y su esposo con cansancio.

La sala se ilumino por la intensa luz verde, anunciándoles el final de la pelea, vieron al dios de cabellos naranjas, el cual miraba a su alrededor con confusión, sin entender el cómo había llegado a ese lugar.

Al ver a su tío se sorprendió, ya que pensaba que había sido asesinado en el combate anterior, el rubio ignorándolo fue a tomar asiento, no sin antes tomar un libro de los que anteriormente le había llevado Sigrid.

- Qué bueno que te encuentras bien. - miro a la que le había hablado, esta le extendía su mano para poder ayudarlo a levantarse, la acepto con gusto poniéndose de pie. - me alegra saber que Jack no vio el broche. - dijo tomándolo y haciéndolo desaparecer.

- No entiendo que está pasando. - comento confundido y miro al rubio, el cual leía su libro. - Poseidón. - llamo - ¿me podría decir por favor que está pasando? - este no le respondió, solo cambio de página ignorándolo completamente.

- Eso te lo explicarán las Valquirias. - agrego la pelirroja. - con gusto te lo explicaría yo misma, pero, tengo que irme. - miro a las hermanas y estas asintieron. Poseidón cerro su libro y lo dejo en la mesa, esta lo miro.

- Esta vez te acompañare y no protestes. - dicho eso, tomo una capa negra que había por ahí y se cubrió, para después salir de la habitación, Sigrid resoplo, no tenía caso hacerlo cambiar de opinión, miro al de cabellos naranjas.

- Nos vemos luego. - dicho eso, salió tras su esposo.

La pareja se encontraba caminando en dirección a la sala de espera del próximo concursante, los dos se encontraban en silencio, aunque eso no duro mucho.

- ¿Cómo es que sigues con vida? - pregunto el de mayor altura, esta no respondió. - habla. - ordeno demandante, por ahora, se había olvidado del cariño hacia la pelirroja y toda la felicidad que sentía al tenerla de nuevo con él, lo que quería ahora eran respuestas.

- Al morir...deje mi alma en un estado de espera. - explico. - pero no podía volver de la nada, necesitaba un conducto que me trajera de vuelta a este lado, así que...no tuve más opción que esperar. - poseído seguía viendo hacia el frente sin dejar de caminar. - gracias al Ragnarok pude volver. -

- ¿Cómo mantuviste tu alma en espera por tantos años? -

- puedo hacer más de lo que aparento. - eso no era necesario decirlo, lo tenía bastante presente, el rubio se detuvo, Sigrid también lo hizo para mirarlo, creyó que la iba a regañar y a reclamar, pero no se esperó que este la sostuviera de la cintura y la abrazara, no tuvo que pensarlo para corresponder al abrazo.

- No tienes idea de cuánto te extrañe, no sabes las veces que Njörðr pregunto por ti. -

- Los escuche hablar...- confeso. - ¿por qué se culpa a él mismo? - pregunto preocupada.

- Una vez escucho a un par de dioses hablando sobre ti y tu muerte, tenía diez años, dijeron que habías muerto por culpa de Njörðr, y por eso mismo él se culpa de lo sucedió, sobra decir que no vivieron. - explico el rubio recordado aquel día. - y no fue por mi mano. - aclaro - se parece mucho a mi casi siempre, pero tiene tu alegría, no le importa casi nada, los asuntos que se le hacen irrelevantes simplemente los ignora. - Sigrid rio. - pero no cuando se trata de ti, el tema ya era delicado para él antes, después de eso...empeoro. -

- Dime... ¿en qué panteón es reconocido? - pregunto separándose del abrazo para mirarlo a los ojos.

- Nórdico. - ante eso, Sigrid se separó totalmente de Poseidón y comenzó a levitar celebrando por eso.

Ragnarok el regreso de Sigrid [Poseidón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora