Ragnarok el regreso de Sigrid [Poseidón]

Capítulo 24

Al llegar a la sala de espera, Beelzebub pudo ver a todo los anteriores concursantes, y entre ellos, pudo ver al que había sido su oponente, escribiendo algo en la pared, y algunos pocos a su alrededor viéndolo con rareza.

Sigrid solo mostro una sonrisa y se acercó al científico.

- ¿Tal vez un choque eléctrico? ¿Algún fallo de mi traje? – La pelirroja toco el hombro del hombre de cabellos castaños. Este sobresalto al tanco de la pelirroja, pues estaba tan sumido en su mundo que no se percato de quien estaba a su alrededor. – Pelirroja. – menciono refiriéndose a la Diosa Nórdica. – Dime, como es que no... -

- ¿Te volviste polvo? – Termino la oración. – El broche no era precisamente para ayudarte a ganar. – esta le quito el broche y se lo mostro. Tesla tomo el broche analizándolo, buscando algún mecanismo el cual le permitiera a ese pequeño objeto poder reconstruir las almas después de ser destruidas.

- ¿Me lo puedo quedar? – Sigrid asintió

- Claro, no hay problema. – dicho eso, se alejó del científico, el cual no despego su vista de ella ni por un segundo.

- Que mujer... - suspiro.

- Verdad. – concordó Hades.

La puerta se abrió, dando paso a Brunilda y Goll, Sigrid al verlas se acercó a ellas.

- Apolo será el siguiente. – Comento la mayor de las Valkirias. – Ya tenemos a quien luchara contra él. –

- Conque Apolo, he... - Brunilda noto como Sigrid miraba a un punto fijo pensativa, después de unos segundos esta suspiro. – tengan. – Les dio el broche a las Valkirias. – pónganselo al siguiente particípate. Cielo. - llamo a su esposo. - Las podrías acompañar por favor. – El soberano de los mares la vio con el seño fruncido, no le agradaba la idea de tener que acompañar a esas mestizas y no a su esposa, se iba a negar, pero Sigrid volvió a hablar. – Por favor. – pido nuevamente, el rubio y ella se quedaron mirando por unos segundos, en una batalla de miradas. Batalla que puso un poco tenso el ambiente de aquella sala, los demás presente solo miraban esa batalla con atención, en espera a ver quién cedía, aunque, el dios del Inframundo ya sabía quien será el ganador. 

- Está bien... - Cedió el dios del mar descontento, aunque lo supo ocultar bien tras esa mirada estoica. Hades sabia, que la debilidad y el detonante mas grane de su hermano, era su esposa.

- Gracias Cielo. – La pelirroja miro a Beelzebub, el cual había iniciado una conversación con su oponente. – Bell, ¿me acompañas? – pidió y el de cabellera negra asintió.

- Entonces ¿conoces a Apolo? – Pregunto el señor de las moscas.

- Lo llegue a conocer... - menciono la pelirroja. Cual al ver la cara que su amigo estaba haciendo movió la cabeza rápidamente, negando lo que el pelinegro estaba pensando. – ¡No de esa forma! – aclaro, para luego suspirar. – Lo conocí antes de que fuera reconocido como el dios del Sol. – Conto al pelinegro.