Capítulo 6

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Fueron en busca de la siguiente hermana, a la pelirroja casi le dio un ataque de diabetes al ver tantos peluches y cosas tiernas.

- Tu eres la siguiente Hlökk. – aviso la mayor y la menor la miro con espanto.

- ¿Eres estúpida o algo así? – dijo esta con miedo – ¿¡¡Por qué debo ser yo la más hermosa, estar emparejada con ese asesino serial tuyo!!? – Brunilda solo la vio cansada y Sigrid con los ojos bien abiertos. – incluso, si me lo preguntas hermana...yo... no quiero. – sentencio – Además... para que un humano y una Valquiria consigan un Volund, se necesita que sus dos corazones resuenen ¿verdad? ¿Acaso eso va a pasar entre yo y un chico así? Lo siento, pero ve a buscar a alguien más. – ordeno la menor, pero la mayor solo respondió una negativa a su orden. - ¿¡acaso no me escuchaste!?¡definitivamente eso no pasara, en absoluto...- se detuvo al sentir algo terrorífico acercarse a ella, giro para ver al humano que estaba detrás.

- ¿oh...así que tú serás mi compañera? Una señorita bastante linda...- hablo el humano.

- Que... - se limitó a decir nerviosa la Valquiria menor. El humano solo le extendió su mano con amabilidad. – acaso piensas que yo tomare... - no pudo terminar de hablar, ya que la tomo del cuello para después levantarla.

- No te preocupes, simplemente hare que nuestros corazones se vuelvan uno. – Sigrid se asustó.

Como diosa de las almas era capaz de ver estas, podía ver la bondad y la maldad de la misma, y sin duda, lo único que desprendía el alma de ese humano, era pura maldad.

- Ayúdame...hermana...- suplico nerviosa sin embargo la mayor no hizo nada. – Sigrid...- la pelirroja quería ayudar a la menor, sin embargo, tenía el presentimiento que esos dos Arián buen equipo.

- Ohh... ¡te has convertido en un color tan maravilloso! Y ahora... ¡conviértete en el más puro de los colores! ¡VOLUND! –

- NOOO – eso fue lo último que se escuchó de la Valquiria antes de que esta se convertirse en unos guantes.

- Buena chica... - el humano miro a la Valquiria y a la Diosa, la pelirroja no podía estar más aterrada y la pelinegra, miraba todo con neutralidad.

- Sigrid. – llamo la Valquiria, esta se sobresaltó un poco y miro a la de cabellos oscuros, sabía el porqué de su llamado, miro otra vez al humano, el cual ya se encontraba frente a ella mostrando una sonrisa, Sigrid se sobresaltó nuevamente al tenerlo tan cerca.

- T-Ten. – dijo nerviosa para darle el broche, este lo recibió gustoso y lo observo de cerca.

- Que obsequio tan encantador. – dijo para después ver a la diosa, la cual, al encontrarse con los ojos del humano se le pusieron los pelos de punta. – es el primer regalo que me dan. – confeso mientras le sonreía con amabilidad, esta se tranquilizó un poco al darse cuenta de que esa sonrisa era sincera, y así esta le devolvió la sonrisa, pero se alteró al ver que se lo colocaba a plena vista.

- Oye. – llamo – ese broche es lo que te salvara si pierdes, no creo que sea buena idea dejarlo a plena vista. – comento la pelirroja, pero Jack solo le sonrió.

- Es tan bonito que sería una lástima no mostrarlo al mundo, no se preocupe my lady, lo cuidare muy bien. – no estaba muy segura de ello, pero de igual forma no tuvo de otra más que aceptar.

Sigrid se retiró de aquella sala de espera, ahora le tenía que poner el broche a un tal Heracles, después le preguntaría a Poseidón sobre él, pues... por lo que había escuchado, era hijo adoptivo de Zeus.

Estaba frente a su carruaje, suponía que entraría con él. "sí que les gustan las entradas épicas" pensó mientras recordaba las entradas de los dioses, su hermano teletransportándose con todo y un trono de piedra, Zeus con su melodía, un baile y fuegos artificiales, su esposo separando las aguas y ahora él en un carruaje, y mejor no hablaba de la entrada de los humanos, Lu bü con todo y banderas, Adán con canticos angelicales y animales, y Sasaki como hombre misterioso con sabiduría infinita, solo se podía imaginar las entradas de los demás.

- ¿Hay algún problema? – la voz de Heracles interrumpió sus pensamientos, esta lo miro y negó bajando del carruaje.

- Solo una cuerda mal sujetada, pero ya me encargué. – se excusó.

- Muchas gracias. – agradeció con una radiante sonrisa, la chica asintió y se retiró, no sin antes ponerle el broche en un lugar donde estaba segura de que ni él ni Jack lo verían, pues no confiaba para nada en ese asesino.

Mientras en la sala donde se encontraban los que habían perdido su batalla, se encontraba un dios rubio irritado.

Mientras en la sala donde se encontraban los que habían perdido su batalla, se encontraba un dios rubio irritado

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- ¡No estamos jugando damas! – alego el pelinegro una vez más.

Los pondré en contexto.

Cuando la pelirroja se fue, Poseidón se fue a sentar para esperar la siguiente batalla y así poder verla, pues no tenía nada que hacer, los únicos presentes en esa habitación eran las Valquirias y los Humanos, tampoco quería hablar, y ni siquiera tenía algún libro para distraerse, así que lo único que podía hacer era sentarse y esperar, pero segundos después fue llamado por el padre de la humanidad para que se acercara, en ese momento recordó las palabras que su esposa le dijo antes de irse.

"sé amable con ellos ¿sí?"

Suspiro y se acercó a ellos, le pidieron de favor si les podía explicar el juego, no sin antes preguntar si él lo sabía jugar, y efectivamente si sabía, les explico el cómo se jugaba y después el cómo se movían las piezas, Lu bü entendió sin problema, pues en su mente lo había visualizado como un violento y sanguinario campo de batalla, mientras Adán...estaba más perdido que antes, más de una vez confundió el juego con otro que para colmo no tenía nada que ver, el que más se había acercado eran las damas, pero sobra decir que tampoco sabía jugar eso.

Lu bü estaba cansado de siempre repetir que no era el juego que él pensaba y Poseidón estaba irritado y solo sujetaba su cabeza para intentar no perder totalmente la paciencia.

- ¿Por lo menos sabes cómo se llama este juego? – pregunto el dios.

- ¿Domino? – y con eso basto para que el rubio se levantara y volviera al sofá en donde antes se encontraba sentado.

La puerta fue abierta, todos miraron a esa dirección y vieron a la pelirroja cargando unos libros, Poseidón al notar que estaba a punto de caerse por la torre de libros que cargaba, antes de que esta impactara contra el suelo, este la sujeto.

- Gracias, cielo. – asintió y entre los dos comenzaron a recoger los libros que anteriormente Sigrid sostenía. – supuse que te aburrirías, así que traje unos libros. – al recogerlos, los llevaron a una mesa para poder dejarlos.

- Gracias, pero debes de tener más cuidado. –

- Sabes que ya no estoy embarazada. – comento con una pequeña sonrisa.

- Si tengo que embarazarte para que tengas cuidado con gusto lo hago ahora. –

- ¡Poseidón! – reclamo. 

"eso seria todo por esta noche, espero que les allá gustado, nos vemos en la próxima"

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"eso seria todo por esta noche, espero que les allá gustado, nos vemos en la próxima"

Ragnarok el regreso de Sigrid [Poseidón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora