Ragnarok el regreso de Sigrid [Poseidón]

Capítulo 25

Sigrid y Beelzebub se dirigían a la sala de espera, este último, burlándose de la pelirroja por como termino siendo la esposa de Poseidón.

- Han pasado siglos y aun me cuesta creer que hicieras tal estupidez. – Comento mientras reía a carcajadas. – ¿Quién te manda a emborracharte en compañía de ese Dios? – Siguió riendo. Sigrid solo se limitaba a mirarlo con el ceño fruncido, dando a demostrar que no le estaba agradando el tema de conversación.

- Si ya entendí ¿Puedes dejar de burlarte? No le veo lo gracioso. – No le hizo caso y siguió riendo. – ¿Y tú desde cuando ríes tanto? –

- No tuve la oportunidad de reírme de ti en el momento, lo quiero hacer ahora. – aclaro sin dejar de reír. – Jamás pensé que todas tus estupideces fueran cobradas de esa forma. – La pelirroja rodo los ojos.

Cuando Beelzebub se enteró que Sigrid estaba esperando un hijo de Poseidón se sorprendió bastante, al igual que todos, debido a la relación que la Pelirroja tenía con el Dios del mar en ese entonces.

El pelinegro miraba a Hades en shock, a los ojos de la deidad del inframundo, parecía que este había muerto en vida, pues ni siquiera parpadeaba, hasta parecía que había dejado de respirar.

- Solo eso tenía que decirte, sé que hubo un tiempo en el que Sigrid y tu fueron cercanos, supongo que... sentí la necesidad de decírtelo. – otra vez, Beelzebub ni se movía.

Hades ya no dijo nada, y si retiro del lugar, dejado a un azabache todavía en completo shock, lo único que pasaba por la mente de este en ese momento era...

- "Sigrid...embarazada de... ¿Poseidón?" –

Las mismas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza. Y entre más las repetía, menos lógica tenía para él. Cuando todavía se frecuentaban cuan la nórdica, está en una ocasión le había mencionado de lo mal que se llevaba con el dios griego, en ese entonces, creyó que solo estaba exagerando, pero cuando los vio interactuar, se dio cuenta que Sigrid se había quedado corta con respecto a esa relación. Jamás en su vida, había visto a dioses que se llevaran tan mal como ese par.

En sus adentros, solo pudo sentir a Satanás inquieto, pero sabía que no era una inquietud cualquiera... este se estaba riendo a carcajadas por la reciente noticia, y cuando salió de su asombro, no pudo evitar contener sus pequeñas risas de burla.