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-No vamos a robar un dron, lo cogeremos prestado. -le comentó por octava vez John B al moreno, que seguía temiéndose lo peor, como que nos denunciaran o nos llevaran a la cárcel y perdiera su beca.
John B conducía, Kie iba de copiloto, JJ apoyado en el respaldo de Kiara mientras se armaba un porro, Pope sentado en un mueble y con la espalda apoyada en el respaldo de John B, y yo al lado de Pope, sentada en el mismo cajón.
Ese "cajón" en realidad era un mueble hueco de madera con una tapadera para poder guardar cosas dentro, y le habíamos puesto un almohadón granate para que fuera más cómodo sentarse en él.
Observé algo hipnotizada como los dedos de JJ se movían ágilmente para hacerse aquel cigarro de marihuana y cómo pasaba su lengua por el papel para que quedara pegado y se formara un cilindro.
-"El ser humano es el único animal que distingue la fantasía de realidad". -mencionó Pope.
-¿Esa frase es tuya? -le preguntó John B mirando al moreno de reojo.
-No, de Albert Einstein, pero se aplica a esta historia de la búsqueda del tesoro.
-Ah. -respondió sin más el de ojos verdes.
-Pope, tío, relájate... -le pedí-. Tú piensas en esto como algo que nos llevará directamente a la cárcel, pero ¿qué dirás después, mientras estés surfeando con una tabla hecha de oro, eh?
-¿Qué es? -preguntó Pope, ignorándome, como siempre-, ¿fantasía o realidad?
-¿Por qué eres tan raro, Pope? -abrí la boca y emití una sonora carcajada debido a las palabras del rubio.
-Es fantasía, pero podría ser realidad -le contestó Kie al de piel chocolate.
-Realidad -respondió decidido John B, sin dejar de mirar la carretera.
-Realidad virtual -susurró JJ para después meterse el cigarro en la boca. Cogió un mechero para prenderlo, y justo cuando pretendía hacerlo, Pope se movió ágilmente y agarró el porro. Seguidamente lo tiró hacia los asientos de atrás.
-Mantente despejado -le advirtió el de tez oscura, no quería que pasara lo mismo que en el cementerio, o que se pusiera a ladrarle a las cosas.
John B frenó la furgoneta, y Kiara y yo bajamos de ésta, para luego dirigirnos hacia el coche de la Kook.
-Oye -nos llamó John B antes de alejarnos-, tranquilas, vosotras podéis.
-No estamos preocupadas por nosotras -dijo Kie y yo señalé la parte trasera del vehículo, en la cual estaban JJ y Pope discutiendo.
Nuestro plan era montarnos en el coche de Kie e ir al desguace, distraeríamos al guardia con algún "fallo técnico" para que los chicos pudieran colarse y robar el dron.
