Rabieta

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Pov. Poché

-Ya sé que soy pequeña pero con tu pijama me siento el doble de diminuta- le digo entrando al comedor con ella mientras le muestro, realmente es grande, a ella le gusta usar ropa una talla más grande de la que es, así que no dudo lo tierna o graciosa que puedo verme. Es algo que ocurría cuando mamá me compraba ropa nueva pensando que sabía a la perfección y siempre, enserio siempre me quedaba grande así que tenía guarda ropa para largo.

-Awww, mira qué tierna te ves- dice entre tiernas risas mirándome tan enternecida que me hacía sentir pequeña.

-Es enorme- reí y le ayudé sirviendo la pasta en nuestros platillos para después sentarnos una al frente de la otra en la mesa de cristal que tenía.
Los macarrones hueles delicioso, hace mucho que no los como, la última vez creo que fué cuando iba en secundaria, recuerdo estaban muy "de moda", mis primas los pedían todo el tiempo.

-Voy a admitir algo, de ti esperaba una cena digna de un restaurant con un chef ganador de un Michelin- comí el primer bocado, mi paladar deleitándose porque esto era mil veces mejor al sabor que recuerdo, jamás pude hacer unos, cuando lo intenté solo batí todo arruinando mi desayuno.

-Mmm mija si quieres eso puedes ir a buscar un restaurant que la puerta está muy grande eh- ambas reímos.

-Lo digo porque este lugar es increíble- le echo un vistazo a todo su comedor con detalles elegantes, Juliana tiene razón y es que Daniela tiene muy buen gusto -Pensé eras más quisquillosa.

-Mi comida es buena, además dudo mucho que pruebes mejores macarrones que estos- presume mirándome, puede que tenga razón pero no voy a darle el gusto de aceptarlo, hay que hacerla dudar un poquito.

-Yo no estaría tan segura.

-Lo estoy, tan segura como que digo que hasta nuestros hijos van a disfrutar más de mi comida que de la tuya y los hijos de nuestros hijos también- dice entre risas.

-¿Nuestros hijos?- frunzo el ceño.

-Ujum- dice con el bocado en la boca, se limpia con su servilleta -Bueno, yo no estoy tan segura de querer hijos- sonríe - Digo que no es algo que me he plateado del todo, creo que no sería una gran madre así que preferiría estar así, quizás casarme pero es algo que solo sucede- se encoge de hombros.

Yo no puedo imaginarme a Daniela como madre, quiero decir que puedo imaginarla teniendo a un bebé en sus brazos, o a un pequeño con ojos avellana así como los de ella pero no tengo una idea clara de cómo sería en el papel de madre, su educación, su amor, su calidez, es algo de lo que no podría estar segura.

-Pero estoy segura que tus hijos sí amarán la comida de la tía Calle- sigue molestando sacándome de mis pensamientos, ahora que lo pienso, tampoco estoy segura de querer tener hijos pero tal vez el tiempo nos haga cambiar de opinión, a lo mejor conocemos a un hombre que rompa toda expectativa y con quién formar una familia, aún no lo sé ¿Realmente quiero formar una familia? Sé que es algo con lo que muchas personas sueñan pero... ay no María José, tienes diecinueve años, tranquilízate y deja de atormentar con eso.

-Yo tampoco estoy muy segura de lo que pasará con mi vida- continúo mi comida.

-Pff... Somos muy jóvenes- mira a la nada -Un día estaremos teniendo esta conversación siendo todas unas mujeres adultas llenas de preocupaciones, estrés y responsabilidad.

-¿Tú creés que sigamos siendo amigas para en ese entonces?- ambas nos miramos generando un breve silencio de no más de 5 minutos.

-Claro que sí- me sonríe tan segura de sí misma que incluso yo doy por hecho eso.

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