El Arte de La Luna

La noche.

Pov. Calle

Tener en mente que las cosas a veces no salen como uno espera ha sido algo que me ha tenido pensando. No sé qué hago esta noche pero sé que si la tengo de mi mano tengo mil oportunidades. La miro y tengo una sensación que me hace querer tenerla cerca, abrazarla pero sé que mi ser no tiene tanto valor para solo hacerlo.

-¿A dónde me llevas? No quiero que conduzcas en estado de ebriedad.

-Poché, lo único que puede hacerme daño eres tú. Puedo cuidarnos- le digo sin quitar la mirada del camino, quizás estoy equivocada al haberla ido a buscar -Solo quiero que vengas esta noche conmigo... A mi casa- sé cómo suena esta propuesta pero juro que no se acerca a algo sin pudor.

-Juliana debe estar ahí... Sabes que no pueden vernos de esta manera.

-¿De qué manera? Me vas a decir que ahora no pueden vernos juntas en lo absoluto y pensar que solo somos amigas- digo de mala gana.

-¿Te parece que somos amigas? ¿SOLO amigas?.

-No he obtenido una propuesta de tu parte para ser tu novia- hablo segura. ¿De verdad quiero eso? ¿Qué tal y ella no me lo pide nunca?.

-Eso sería apresurado... Y ya hablamos de eso, estoy disfrutando del momento, me gusta y quiero que todo fluya de la mejor manera. No hay que forzar nada. Juliana no puede vernos.

Suspiro ante tal argumento, pero por supuesto que la podían ver con Yael ¿O no?. Ella es atractiva, alta, pelinegra, es linda y se defiende pero... No, con ella no estaría bien definitivamente. Además, de qué momento se supone que está disfrutando si no está pasando nada, si siempre que nos vemos se siente tan raro.

-Ella ya no está ahí.

-¿Cómo estás tan segura?.

-¡Por que la acabo de ver llegar en su auto a su casa!- levanto un poco la voz, ambas después de eso guardamos silencio. Suspiro arrepentida por haberle gritado, solo bajo del auto y camino hasta su lado para abrirle y ayudarla a bajar. No me gusta sentirme así pero... Quizás sí es parte del proceso, al final somos personas distintas.

-Ven, vamos.

Le digo de manera dulce como si tratara de compensar mi previa actitud.

Ella asiente y me acompaña hasta dentro de la propiedad llevándome la sorpresa de que estaba impecable, creí por un momento que todo estaría hecho un desastre pero vaya... Debo felicitar a Juliana.

-Juliana me habló de una chica.

Decide romper el silencio cuando ambas caminamos hasta la sala de estar. Yo la miro, no me sorprende que Juliana quiera presentarnos a las personas con intención de que surja un vínculo amoroso y/o sexual.

-¿De verdad? Supongo que Yael tendría más competencia contigo aunque claro, quizás también quieras usarla para aclarar tus dudas.

-Me habló de una chica la cuál acabas de conocer y supuestamente es tu amiga. ¿Desde cuándo? Y ¿Qué me quieres decir con usarla para aclarar mis dudas, Daniela?- escupe molesta.

-¿No puedo tener amigas? Y lo que quiero decir es que... No sé si estoy dispuesta a soportar el que me uses.

-No te estoy usando, en cambio tú parece que eres la que no sabe lo que quiere porque la manera en la que ella me habló de esa supuesta amiga me entiendo que hay algo más.