Cuatro

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—Hey —Jungkook alzó la vista del suelo tras la voz que llegó junto al sonido de la campanilla, deteniendo sus manos sobre la escoba cuando notó a Taehyung acercándose a él con una sonrisa chiquita en el rostro y las manos en los bolsillos de la chaqueta—. Terminé.

Muy bonito.

A Jungkook le encantaba verlo sonreír, aunque fuese así de poquito.

—¿Todo bien, hyung? ¿Ya te las dieron? —dejó la escoba contra una de las mesas y aprovechó la libertad de sus manos para limpiar el sudor que resbalaba por su cuello con la manga del suéter—. No suelen tardar mucho si ya tienes una copia.

Y dicho y hecho, porque Taehyung hurgó en el bolsillo trasero de su pantalón bajó la atenta mirada de Jungkook y sacó de ahí una llave idéntica a la que le había prestado el domingo por la madrugada.

—Solo les tomó unos minutos y ya. Creo que me tardé más yo en hablar que ellos en hacer su trabajo —giró la llave alrededor de su dedo y la apresó en un puño, alzando la mirada hacia Jungkook para captar la forma en que volvía a tomar el palo de la escoba y lo presionaba entre sus manos, sin hacer ningún movimiento en específico, solo jugueteando con él—. Solo falta que me entreguen la tarjeta de crédito y el fin de semana iré a la sucursal para recuperar mi identificación.

Y en el momento en el que Taehyung le vio descender la mirada al suelo con una sonrisa chiquita, paró de decir. Sus cejas se alzaron cuando notó la forma en que sus labios se presionaban y se limitó a solo esperar mientras le veía distraerse con sus manos inquietas, porque no necesitaba más que eso para saber que Jungkook quería decirle algo.

Lo sabía.

—Si se te complica ir por tu credencial por la distancia o algo así, yo podría llevarte... Si quieres —comentó en un murmullo que apenas salió de entre sus labios y Taehyung no supo si eso era lo que le tenía así de nervioso o si solo estaba divagando—. No suelo usar el coche para trayectos pequeños para ahorrar gasolina. Prefiero caminar porque me gusta más, pero si está muy lejos, yo puedo llevarte. No tengo nada que hacer, así que podría llevarte.

Sí, definitivamente estaba divagando.

—Okay, lo consideraré. Gracias —dijo con el mismo semblante sereno pero sin apartarle la mirada con cierta duda, no sabiendo si preguntar o si dejar el tema ahí porque Jungkook seguía en la misma posición.

No hablaba, pero parecía querer hacerlo. No se iba de ahí, pero tampoco parecía tener intenciones de volver a lo que estaba haciendo antes.

Taehyung solo lo miró con curiosidad desde la entrada mientras se cruzaba de brazos, esperando aún más en silencio hasta que le vio mordiéndose el interior de la mejilla, su vista viajando de un lado al otro en el suelo.

Entonces tuvo suficiente.

—¿Hay algo más que deba saber? —dijo para no quedarse con la duda y al parecer eso era justo lo que Jungkook esperaba de él, porque de inmediato alzó la mirada con cierta impresión, y al conectarla con la suya sonrió un poquito apenado, rascándose el brazo nervioso al mismo tiempo que las mejillas se le teñían de un suave color rosado, como era bastante normal en él.

¿Okay...?

—En realidad, sí... —relamió sus labios cuando los sintió secos y Jungkook se recargó contra una de las mesas cuando la atención sobre él le puso nervioso—. Sí hay algo que traigo en mente desde hace poco más de una semana, pero después de lo que pasó, no supe si era una buena idea. Quizás no sea momento...

—¿Qué es? —preguntó casi al instante y Jungkook se sorprendió por su interés, pero al ver el rostro serio de Taehyung con las cejas apenas alzadas logró tomar algo de valor.

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