Seis

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—No intentes estafarme, Jeon Jungkook —se escuchó a través de la línea y en un claro intento de reprocharle—. Te recuerdo que sé en dónde vives.

Jungkook casi jadeó ofendido.

—Ni siquiera lo pienses, tía Jun. Sabes que no te lo pediría si no fuera estrictamente necesario —se llevó el dedo pulgar a la boca con cierto nerviosismo que supo ocultar, y mordió con cuidado la yema cuando escuchó un suspiro pesado entre todo el ajetreo que se oía de fondo. Jungkook esperó entre paciente y al mismo tiempo ansioso, aunque pronto se vio orillado a insistir cuando lo único que recibió fue silencio, frío silencio—. Por favor, tía Jun, en serio lo necesito. Me están pidiendo el dinero de la renta para hoy y me falta muy poco para completarlo, de verdad, es casi nada. Usualmente lo habría completado con mi salario y nada más, pero me salió un gasto urgente.

Urgente...

Bueno... Eso último había sido bastante relativo considerando que cada quien tenía un concepto diferente de lo que significaba una urgencia.

Para Jungkook, invertir en el mejoramiento del restaurante definitivamente lo era. No tenía que pensarlo dos veces antes de gastar su dinero en él.

Aunque quizás debió suponer desde antes que su tía no iba a pensar lo mismo, porque aún si ya llevaba varios minutos en la llamada intentando convencerla, solo terminó por obtener más y más silencio de su parte. Jungkook tuvo que empezar a pensar en más alternativas mientras aguardaba y casi se le sale un quejido cuando se dio cuenta que sus únicas dos opciones aparte de su tía, era su madre o un préstamo en el banco que de seguro terminaría dejándolo en la ruina por los intereses.

No quería recurrir a ninguna de esas opciones, pero si no había de otra...

—Dices... que ya tienes un trabajo estable, ¿cierto? —escuchó la voz bajita y dudosa de su tía.

Jungkook solo necesitó de eso para sonreír en grande, emocionado solo con saber que en serio lo estaba considerando.

Ese era el primer y más importante paso antes de hacerla ceder.

—Sí, ya tengo un sueldo fijo que me permite cubrir todos mis gastos, así que no te preocupes. Trabajo en un restaurante —comenzó por decir, alterando un poquito la realidad porque lo consideró necesario—. Soy amigo y ex-compañero del dueño, así que muy, muy pronto te regresaré el dinero. Solo es un pequeño apuro circunstancial que no se va a volver a repetir, tía Jun, en serio. Muy pronto nos irá incluso mejor que ahora y te compraré lo que tú quieras. Tú sabes que así es cuando empiezan los negocios.

Y en eso Jungkook no mentía.

El problema de haberlo mencionado, es que omitió el hecho de que el estado del negocio era el mismo desde hace más de un año y que apenas estaban probando si había alguna oportunidad de que no cayera en la ruina.

Jungkook le veía esperanza de recuperarse y crecer, pero aún nada era seguro. Tanto Taehyung como él se estaban arriesgando demasiado al seguir apostando en Vanvan, porque aunque en teoría sí había cierto grado de mejora, aún habían días con pérdidas lo suficientemente grandes como para no dejarles descansar. Aún había muchas cosas por cambiar.

Pero eso Jungkook no se lo mencionaría a su tía Jun. Todavía tenía confianza y también tenía fe en que ambos lograrían hacer que las cosas funcionen, así que estaba bien si alardeaba al respecto. Se lo merecía por el crecimiento que habían logrado, por muy pequeño que sea.

Lo único que deseaba, era que se mantuviera así. Por mucho, mucho tiempo.

—Jungkook —su nombre fue dicho en un tono tan serio y bajo, que la simple mención le hizo salir de su nube de pensamientos—. Aceptaré prestarte algo de dinero hoy mismo, pero con la única condición de que me des toda la información que tengas de ese lugar en el que trabajas. Necesito confirmar que lo que dices es cierto, necesito verlo de alguna manera.

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