—Yena, el desayuno está listo —Jungkook dijo fuera de la habitación donde la chica había dormido, golpeando suavemente la puerta que no había sido abierta desde la noche anterior aunque algunos pasos se escuchaban dentro, caminando de un lado al otro—. ¿Quieres comer aquí? —preguntó después de un corto silencio, esperando de pie hasta que Yena abrió la puerta con el cabello recogido en una coleta y un bolso colgando de su hombro.
—No, solo me estaba vistiendo para salir. Lo siento —sonrió amablemente, girando la cabeza hacia la cocina cuando escuchó una taza de cerámica sobre la barra de la cocina.
—¿Salir a dónde? —Taehyung preguntó mientras meneaba el té humeante con una cuchara antes de llevárselo de nuevo a los labios, mirando por el rabillo del ojo cuando su hermana se rió bajito y caminó hasta sentarse en la silla junto a la suya, recargándose en su hombro con una actitud mimada.
—Contigo, quiero ver dónde trabajas —dijo mientras se abrazaba a su brazo, observándolo con ojos grandes aunque su hermano tenía la mirada en el líquido oscuro de su taza. Yena giró el rostro hacia la pieza clave de su plan para convencerlo y le sonrió—. También quiero comer algo hecho por Jungkookie.
—Ya te hizo la cena y acaba de prepararte el desayuno —murmuró mientras le acercaba el plato junto al suyo, una de sus comisuras alzándose levemente cuando Yena lo miró de nuevo con un puchero.
—Pero quiero comer en el restaurante por primera vez, quiero verlo —se quejó antes de soltar al mayor para tomar el plato que le ofreció, mirándolo con ojos suplicantes aunque Taehyung no respondió y siguió bebiendo su té en silencio. Yena bufó bajito y tomó un bocado de su desayuno cuando Jungkook se sentó frente a ella, le sonrió cuando este la miró—. Gracias por el desayuno.
—No es nada —dijo con una dulce sonrisa, sus ojos bajando hacia su plato—. Y por mí está bien si quieres ir con nosotros, podría cocinarte lo que quieras.
Yena sonrió en grande y miró a su hermano con las cejas alzadas, satisfecha porque sabía que este ya no se opondría cuando lo vio presionar los labios que tenía sobre la taza. Taehyung era más propenso a ceder cuando involucraba a Jungkook y Yena descubrió que ese efecto seguía vigente.
—Entonces voy a apresurarme, no quiero que lleguen tarde por mi culpa —dijo con voz animada mientras sacaba el celular de su bolsillo, mirando las notificaciones mientras ingería su desayuno con una sonrisa.
Taehyung miró a Jungkook porque quería que se diera cuenta de lo que acababa de hacer, pero este solo le sonrió con las mejillas llenas de comida antes de tomar de su vaso con zumo de naranja, ajeno al suspiro que salió de sus labios cuando se llevó el primer bocado a la boca.
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—No se parecen en nada —Jiyoung murmuró cerca del oído de un Jungkook que seguía ocupado en la cocina, preparando el tazón para el último cliente que había entrado al restaurante—. Ni en apariencia, ni en personalidad. Ella es muy habladora y alegre, me dijo que le gustaban mis pendientes cuando le pregunté si le faltaba algo y me llamó por mi nombre. Si no me hubieras dicho que son hermanos, no lo habría notado.
