Nueve

182 36 21
                                    

Aún no había pasado ni la mitad del día, y Jungkook ya estaba buscando en lo más recóndito de su ser aunque sea un poco de paciencia para no tener que sacar a Jimin a patadas durante su primera visita sorpresa, porque por muy exagerado que sonara, realmente estaba considerando hacerlo.

En serio.

Y lo peor de todo, es que Jungkook ya sabía que Jimin iba a comportarse de esa manera , porque cuando los papeles estuvieron invertidos y él fue quien le visitó en su primer empleo, le hizo exactamente lo mismo y quizás de una forma un tanto más molesta que él. En ese momento creyó que sería divertido.

Tras unos cuantos años de estar esperando por una venganza que tenía más que asegurada, se arrepentía de su comportamiento tan infantil que quizás debió de haberse pensado dos veces.

Ugh.

—Oh, así solo por esto es que esperé tanto tiempo —Jimin arrugó la frente y la nariz en un intento de aparentar un disgusto que en realidad no sentía, porque aún así, con todo y sus quejas, no se contuvo de darle un gran sorbo a la limonada con fresas que se veía deliciosa, con una presentación impecable que supo apreciar a penas la tuvo al alcance.

No lo diría en voz alta porque debía mantenerse en su papel, pero casi se molestó consigo mismo al notar que de hecho sabía aún mejor de lo que aparentaba.

La espera de hecho había valido la pena.

—Pues si no te gusta entonces no te la tomes. Igual la tienes que pagar —Jungkook bufó con molestia antes de tomar el menú que supuso que Jimin ya no iba a utilizar, destensando un poquito sus facciones en el momento en el que la campanilla de la entrada sonó y anunció la llegada de un nuevo cliente que le sacó una pequeña sonrisa apenas sus ojos entraron en contacto.

Oh, ese tipo de cosas.

Quizás Jungkook estaba intentando no alardear al respecto para no abrir la boca de más, pero la verdad es que sí que había notado que últimamente iban más personas al restaurante, especialmente durante la tarde.

Cada vez habían más.

Y eso no podía tenerle más contento.

—¿Disculpa? —Jimin intentó hacerse el ofendido con un molesto tono de voz que buscaba llamar su atención de nuevo, pero fue casi imposible evitar que su semblante serio vacilara un poco al ver lo rápido que Jungkook cambió su expresión a una amargada en cuanto lo miró—. ¿Qué? ¿De esta forma es como tratas a tus clientes usualmente? Porque de ser así, creo que tendré que quejarme con el dueño del lugar antes de que esto escale a mayores. Que sepas que no lo dejaré pasar. Nunca se sabe quién podría ser el siguiente.

Jungkook podía jurar que su párpado tembló solo de oírle.

—Ojalá pudiera contestar así a clientes molestos como tú —se acercó a decir en un tono más bajito para que nadie más escuchara y Jimin sonrió satisfecho por molestarle—. Y para tu información, el dueño del lugar que mencionad no puede atenderte en este momento, ¿ves? —Jungkook señaló con la mirada hacia la mesa al fondo, en donde Taehyung se encontraba sentado frente a una chica que a penas conocía, los dos sumidos en una conversación que se mantenía ajena a ellos, lo suficientemente relevante como para no notar que les miraban—. Esta haciendo una entrevista de trabajo, así que no puede distraerse con un viejo compañero de clases. Solo baja un poco la voz si es que no quieres meterme en verdaderos problemas.

Uh.

—¿Meterte en problemas? —Jimin le alzó una ceja y Jungkook simplemente asintió—. ¿Pero quién aquí podría hacerte algo? ¿Hmm? Si te he estado viendo desde hace un rato y tú prácticamente eres el encargado de este lugar también.

From Your Point Of View | TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora