1 // El Zoológico

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Lydia's POV:

Abrí mis ojos cuando mi preciosa tía Petunia empezó a golpear la puerta de la alacena bajo las escaleras como loca para intentar de despertarnos.

Me revolví entre las viejas sabanas de la cama compartida mientras Harry, mi hermano, se colocaba sus lentes. Justo después de esto, nuestro primo, Dudley, empezó a saltar sobe las escaleras, logrando que polvo cayera encima de nuestra cama.

Ya harta de esto, me intente de levantar y salir de donde estaba, pero Dudley me empujó y me cerró la puerta en la cara.

Me levante rápido y furiosa dispuesta a enfrentarlo, pero unos particulares hilos verdes se posaron alrededor de mi puño cerrado. O eso es lo que creo ver. Sin embargo, un pequeño Pat de segundos después desaparecieron como si dichas líneas nunca hubiesen existido.

— ¡Feliz cumpleaños, hijo! — fue lo primero que escuché cuando entré a la cocina.

— ¿Por que no haces el desayuno, y tratas de no quemar nada? — me dijo con asco y de mala gana.

— Si tía Petunia — respondí agarrando la sartén sin quejarme para que no se ponga como loca, para luego servirle a Vernon el bacon recién hecho.

— ¡Apúrate, y tráeme mi café!

— Ahí voy, no puedo hacer dos cosas a la vez — respondí en voz alta, pero lo último en un susurro.

La sala de estar, que comúnmente eran unos simples muebles de tonos gastados, ahora era una habitación repleta de regalos coloridos por el cumpleaños de Dudley.

— ¿No son maravillosos, corazón? — cuestionó esperando la aprobación de su hijo.

— ¿Cuantos son? — preguntó con superioridad.

— 36, contados por mi mismo — respondió alzando un dedo, orgulloso.

— ¿36? — exclamó asqueado — ¡Pero el año pasado me dieron 37! — explicó mientras empezaba un berrinche.

Mientras Harry servia el café, y yo el bacon a Vernon, compartimos miradas mientras aguantábamos la risa.

— Si, pero hay unos muchos más grandes que los del año pasado — se excusó.

— ¡No me importa que tan grande sean! — respondio con la cara levemente roja y los puños cerradas.

— Basta, basta — Ordenó su madre — Dudley, mírame. Cuando salgamos, te compraremos dos regalos más — intento de remediarlo — ¿Está bien, mi amor? — preguntó a su hijo mientras ponía una mano en su pecho.

Harry miro para abajo, y yo le puse una mano en su hombro. Levantó su mirada y nos sentamos en la mesa.

⎈ ⎈ ⎈

Omnisciente:

En el momento que Dudley y Petunia subieron al auto, Vernon, el tío de los Potter, los aparto del vehículo y les cerró la puerta antes de que los mellizos pudieran entrar. Acto seguido, los señaló con las llaves del auto y les advirtió;

— Se los advierto ahora, niñitos. Hacen cualquier cosa rara, cualquiera... y no comerán por una semana — comentó antes de hacer una breve pausa — súbanse — ordenó.

Ya en el zoológico, en la casa de los reptiles para ser exactos, estaban admirando a una serpiente, que para los ojos de Lydia, era muy bella. Pero el momento se arruinó cuando Dudley habló con su voz chillona.

— ¡Haz que se mueva! — le ordenó a su papá. Este se acercó y golpeó unas cuantas veces el vidrio, pero la serpiente seguía sin siquiera mirarlos.

Luego de eso, Dudley golpeó todavía más fuerte el vidrio y gritó "muévete".

— ¡Está dormida! — explicó un poco harto de su primo.

— Es aburrida — dijo para luego darse media vuelta a ver a los otros animales.

Luego de que Vernon, Petunia y Dudley se fueran, Harry y Lydia se quedaron en frente del animal.

— Discúlpalo por eso, no entiende que es estar ahí acostado, día tras día, viendo gente acercando sus carotas — la serpiente movió levemente la cabeza y la pelirroja casi pudo asegurar que les guiñó. Harry y ella compartieron miradas, impactados.

— ¿Puedes oírnos? — cuestionó dudosa — la serpiente saco su lengua y asintió disimuladamente.

— Lo que pasa es que... nunca habíamos hablado con una serpiente antes — hizo una pausa — acaso tu... ¿hablas a menudo con la gente? — el reptil volvió a sacar su lengua, pero esta vez, negó.

— Eres de Birmania, ¿verdad? — la ojiverde la miro con una leve sonrisa dibujada en su rostro — ¿Era bonito allá? ¿Extrañas a tu familia? — la serpiente movió su cabeza apuntando a un cartel que decía "criada en cautiverio".

— ya veo... a nosotros nos pasó lo mismo. Nunca conocimos a nuestros padres — admitió algo melancólica.

Pero como siempre, tuvo que aparecer Dudley y arruinarlo todo. Esta vez vino corriendo por detrás de Harry y logrando empujar a este y luego Harry se lo hizo a Lydia y ambos cayeron al piso.

Harry's POV:

Dudley vino corriendo por detrás de mi y me empujó, y después sin querer empuje a Lydia y ambos caímos al piso.

— ¡Mami! ¡Papá! ¡vengan a ver lo que esta haciendo esta víbora! — grito, poniendo sus manos en el vidrio.

De repente vi una especie de luz verde, y cuando me giré, me di cuenta que venía de los ojos de mi hermana.
Lo que antes era verde con una leve capa de celeste y amarillo alrededor del iris, ahora era un verde intenso que irradiaba ira. Lydia se dio cuenta de esto y cerró sus ojos.

Omnisciente

Cuando la ojiverde abrió sus ojos, se encontró con el mejor escenario que vio en lo que iba de su vida. Dudley estaba adentro de la "jaula" de la víbora, con su suéter deshilachado debido a una rama y su cabello mojado, ya que había caído al lago que se encontraba donde había caído pocos segundos atrás.

La serpiente fue lentamente saliendo de su contenedor y se marchó, pero no sin antes dedicarle un "gracias" a los Potter.

Cuando los hermanos volvieron a dirigir la mirada hacia donde Dudley estaba, el vidrio había vuelto a aparecer, dejándolo encerrado allí adentro.

Este y Petunia comenzaron a gritar como locos, logrando que se le escapara una pequeña risa a la joven pelirroja, pero su mueca de risa se transformó en una seria cuando vieron a Vernon mirarlos fijamente.

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🫶🏼

El hijo de mi enemigo [Matheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora