17 // Animago

480 28 4
                                    

— ¡Ayúdenme! — fue lo último que se escuchó antes de que Ron desapareciera debajo de las raíces del sauce boxeador.

Una rama golpeó a Harry, Hermione y Lydia, causando que cayeran al suelo. Sin embargo, estos de levantaron lo más rápido que pudieron con la intención de entrar por donde Ron lo había hecho hace tan solo un par de segundos.

Sus ramas intentaban de golpear a los jóvenes, pero estos eran más rápidos.

— ¡Agachense! — gritó la pelirroja. La de rizos la escuchó y ordenó, pero su hermano no, causando que una rama lo golpeara. Debido a la caída en seco, Harry perfil sus lentes, generando que su vista se torne borrosa.

Varias ramas amenazaban a las niñas, pero estas lograban esquivarlas. Sin embargo, de un momento a otro, vio a Granger volar por los aires sujetada de una.

La ojiverde, al saber que estos averiguarían una forma para salir de esta, aprovecho la desconcentración del sauce y rápidamente se acercó al lugar por el cual Ron había desaparecido, y se tiro por allí.

Unos pocos segundos después, ambos siguieron a Lydia.

— ¿Donde creen que llegue esto? — indagó Hermione.

— Tengo una corazonada — comentó el de lentes, comenzando a dar pasos hacia delante — pero ojalá esté equivocado.

El pasillo era oscuro, angosto, cosa que ponía un tanto nerviosa a la pelirroja.

Caminaron y subieron escaleras hasta llegar a una casa, bastante polvorienta, vieja y desgastada.

— Estamos en la casa de los gritos — reconoció Granger — ¿Verdad?

— Vengan — Harry comenzó a subir unas escaleras, hasta llegar a una habitación de la cual gritos de Ron provenían.

— ¡Ron! — Lo diviso el de lentes.

— ¿Estás bien? — indagó la de rizos.

— El perro, ¿donde esta? — exigió una respuesta la ojiverde.

— ¡Es una trampa! ¡El es el perro, es un animago! — Habló Fon bastante exasperado, mientras señalaba con su índice a alguien que se escondía detrás de la puerta abierta.

Lydia admiro el piso, donde varias patas de perro estaban decorando el piso debido a la cantidad de polvo acumulado allí.

Un hombre con bigote, cabello más largo de lo normal, por los hombros, ojos oscuros como el Grim, del mismo color que su cabellera y piel pálida, algo arrugado y manchada, como si de cenizas se tratara.

El que había visto...

El día que la profesora Trelawnley se había comportado extraño.

Lydia admiro al hombre mientras se colocaba adelante de Ron, Harry y Hermione. El hombre vestía unos pantalones, camisa y abrigo muy desgastados, todos del mismo color, con agujeros y manchas por doquier.

— ¡Para matar a Harry, tendrás que matarnos a todos! — habló Granger en un tono más alto que lo normal.

— No. solo uno morirá hoy. — respondió dando medio paso hacia adelante, acercándose hacia los chicos.

— ¡Entonces serás tu! — Harry empujo a las dos jovenes debido a su ira acumulada, y se aproximó a Black para luego poner sus manos alrededor de su cuello y arrojarlo al piso. Sacó su varita de su abrigo y le apuntó justo en el medio de su frente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El hijo de mi enemigo [Matheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora