El hijo de mi enemigo [Matheo Riddle]

5- Misión Especial

ACLARACION: (Lydia tiene como 12 años y los demás tipo 13)
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Los segundos pasaban a minutos, luego horas, días, meses y finalmente años.

Casi dos se habían cumplido desde que la pelirroja había llegado a la academia.

En esta le enseñaron varios idiomas, como el español, francés y algo de italiano y latín. Sorprendentemente, por alguna extraña razón, el latín le había parecido sumamente fácil. (Inglés ya sabía ya que tomó en cuenta que la saga de Harry Potter sucede en Londres, por lo cuál los personajes hablan en Inglés).

En este tiempo, su pelea cuerpo a cuerpo fue mejorando, y se volví la mejor de todos, hasta se podría decir.

Sus poderes también iban genial. Por ahora tenía;

Telequinesis: Levantar objetos o personas por el aire con la mente, o en este caso, los hilos verdes.

Telepatía: Leer mentes y controlarlas.

Distorsión de la realidad: Capacidad de cambiar o manipular la realidad y el mundo. Para una persona que posee este poder, casi todo es posible y casi todo lo que quiera se puede lograr.

Esferas de energía

Escudos

A medida que el tiempo pasaba, la unión entre Lydia y la academia era cada vez más fuerte.

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Luego de un desayuno normal, Reginald pidió a todos que formaran frente a él, ya que les tenía que dar una gran noticia.

— Niños, debo decirles algo. La mafia Rusa me han robado un artefacto de miles de millones de dólares — hizo una pequeña pausa y siguió — Como consecuencia a eso, necesito que ustedes me ayuden a recuperarlo. — Luego de una segunda pausa, siguió — Pero, no todos ustedes irán. Solo dos lo harán. Lo estuve pensando y creo que los mejores para este trabajo serán número 7 y 5 — al articular esas palabras, los recién mencionados compartieron una mirada.

— Número 1,2,3,4 y 8 se pueden retirar — luego de que el resto hiciera lo que se les ordenó, el viejo siguió — Esta será una misión complicada.

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Los días pasaron y el día de irse a Rusia llegó.

Lydia empacó sus cosas (las cuales no eran muchas) en una sola valija, y se puso su MP3 para escuchar música en un bolso de mano con algunas otras cosas.

Una vez que se despidieron de todos, lo cuales Lydia admitió que extrañaría mucho, Cinco, Reginald y Lydia se subieron al jet privado del segundo y el vuelo empezó.

Lydia, al nunca haber viajado en avión, estaba algo nerviosa. Cinco lo notó y se sentó a su lado, sujeto fuertemente su mano y el avión empezó a tener un ritmo fijo.

Al aterrizar, los tres bajaron y un señor saludó a Reginald.

— Estos son número cinco y siete.

— Un placer, yo soy Alexis, Alexis Braknok — Se presentó el hombre alto, de ojos azules intensos, piel blanca como la nieve y cabello azabache mientras extendía su mano hacia la pelirroja y luego hacia Cinco.