10 // Boggart

1.2K 76 0
                                    

— ¿Te duele mucho, Mattheo? — preguntó una chica cualquiera qué pasó por al lado del chico, algo preocupada por el.

— Va y viene, Aun así, me considero afortunado. Según madam Pomfrey, un minuto más y podría haber perdido el brazo. No hubiera podido hacer tareas — Lydia puso los ojos en blanco.

— Ahí vuelvo — Avisó la pelirroja. Ella se levantó de su asiento, ya harta del espectáculo que el rubio teñido había montado, y se dirigió hacia el trío de oro.

— Escuchen al idiota — comentó el pelirrojo mientras la chica se sentaba junto a la de rizos — Esta haciéndose la víctima.

— Al menos no echaron a Hagrid.

— El la madre de Matheo está furioso, esto no acaba.

— ¡Lo vieron! ¡Lo vieron! — anunció Seamus con un periódico en las manos.

— ¿A quien?

— ¡Sirius Black! — Explicó aplanando el periódico sobre la mesa.

Los cuatro se acercaron al papel, viendo a el hombre gritando, con un cartel en sus manos.

— ¿Dufftown? Eso es cerca de aquí.

— No creen que venga a Hogwarts, ¿verdad?

— ¿Con dementores en cada entrada?

— Ya se les escabulló una vez, ¿por que no otra?

— Tiene razón, puede estar en cualquier lado. Es como tratar de atrapar humo. Como tratar de hacerlo a mano limpia.

⎈ ⎈ ⎈

La siguiente clase que le tocaba a Lydia era defensa contra las artes oscuras, con el nuevo profesor, Lupin.

Al llegar junto a sus amigos de slytherin, había un armario de madera oscura y algo desgastada, el cuál se movía bruscamente, como si algo estuviera intentando salir, respirar.

— Intrigante, ¿verdad? ¿Alguien quiere adivinar qué hay adentro?

— Es un boggart.

— Muy bien, Sr. Thomas. ¿Alguien me puede decir cómo es un boggart, físicamente?

— Nadie sabe. Los boggarts cambian de forma. Se vuelven lo que una persona teme más que nada. Eso los vuelve tan...

— Tan aterradores, si. Afortunadamente, hay un encantamiento muy fácil para repeler a un boggart. Vamos a practicarlo ahora. Sin varitas, por favor. Repitan ¡Riddíkulus! — todos repitieron lo que el dijo anteriormente — Un poco más fuerte y muy claramente. Escuchen, ¡Riddíkulus!

— Esta clase es ridícula — se escuchó a Mattheo decir y luego los de su grupito se rieron.

— Ridículo es que hayas implicado a tu papi por un accidente en el que tú solito te metiste — Riddle la miró furioso.

— Eso fue fácil, el encantamiento en si no es suficiente. Lo que realmente acaba con el boggart es la risa. Necesitan forzarlo a adoptar una forma que les parezca graciosa. Déjenme explicarles. Neville, ¿Quieres venir, por favor? Ven, no seas tímido. Neville, ¿Que es lo que mas te espanta?

— El profesor Snape — unas risas se escucharon de fondo, incluyendo a la del profesor.

— Si, nos espanta a todos. Y tengo entendido que vives con tu abuela.

— Si, pero tampoco quiero verla.

— No la veras. Quiero que visualices su ropa, solo su ropa, muy claramente en tu mente.

— Siempre trae una bolsa roja.

— No necesitamos oír. Si tu la ves, nosotros la veremos. Cuando abra el armario... Esto es lo que quiero que hagas. Con permiso — El profesor se acercó hacia Neville y le susurró unas cosas — ¿puedes hacer eso? — Neville asintió algo dudoso.

— Varita lista. Uno, dos, tres — la manija de el armario giro, y de este salió Snape, era el profesor el cual Lydia había visto el primer día, con el pelo hasta los hombros, negro, lacio y brilloso.

¡Riddíkulus! — exclamó apuntando hacia el profesor-boggart que estaba frente suyo.

En el momento en el que Neville dijo esa palabra, un saco de piel, un sombrero negro y un bolso rojo aparecieron.

Todos empezaron a reir.

— ¡Maravilloso, Neville! Ahora vete para atrás. ¡todos fórmense! — todos rápido y bruscamente hicieron una fila, dejando a Ron primero.

— Quiero que todos visualicen lo que más temen, y lo conviertan en algo chistoso. ¡El que sigue! ¡Ron!

Ron se puso en frente a Snape, quien pasó a ser una enorme araña.

— ¡Riddíkulus! — a la araña le aparecieron patines en sus patas, causando que se resbalara.

— ¡Maravilloso!

El turno de la gente fue pasando, hasta que el de Lydia llegó.

La verdad, ella no sabía cuál era su mayor miedo, por lo que estaba nerviosa.

— ¡Siguiente! ¡Lydia! Bien, concéntrate.

El payaso en frente suyo, pasó a ser muchas cosas, pero al final se decidió por una; Ella misma.

Su mayor miedo, era ella misma.

Estaba parada con el uniforme de la academia, tenía una mirada fría, sus ojos estaban encendidos gracias a su magia y sus manos estaban rodeadas por hilos de magia del mismo color.

Y su uniforme estaba cubierto de sangre.

Sangre de Ben.

La chica recordó ese día y se paralizó. Segundos después, lágrimas se apoderaron de sus ojos, y otro par después rebalsaron y cayeron por sus mejillas.

De un momento a otro, Lupin se puso en frente suyo y la chica pelirroja con el uniforme de la academia se convirtió en una luna llena.

¡Riddíkulus! — su boggart paso de ser una luna llena, a ser un globo, el cual se desinfló y recorrió toda la habitación. Lupin abrió con su varita el armario y el boggart volvió a su lugar — disculpen, ya fue suficiente por hoy. Agarren sus libros de la parte de atrás. Se acabó la lección. Gracias. Disculpen.

Todos comenzado a irse excepto el trío de oro, Astoria y Pansy que se quedaron preocupadas por su amiga.

Sin embargo, Lydia seguía ahi, congelada.

————————
🫶🏼

El hijo de mi enemigo [Matheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora