15 // Buckbeak

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Lydia apago la alarma unos pocos segundos luego de que haya sonado, ya que detesta que esta suene y nadie la apague.

Prendió el grifo de la ducha para darse una y luego de cerrarla se cepilló el cabello, hizo su skincare y colocó un poco de corrector debajo de sus ojeras.

Se puso su uniforme y se dirigió con Astoria y Pansy a su primera clase del día; adivinación.

La joven pelirroja detestaba adivinación. No porque no creyera que el futuro sea indescifrable, si no por el hecho de que le resultaba extraño que una bola de cristal lo pueda predecir.

— ¡Amplíen sus mentes! ¡Deben mirar más allá! — La profesora Treawnley la sacó de su pequeño trance — El arte de mirar la bola de cristal tendrán que abrir el ojo interior. Solo entonces podrán ver. Vuelvan a tratar. — Habló para la clase — ¿Que tenemos aquí? — curioseó acercándose al trío que componían Párkinson, Greengrass y Potter.

— ¿Puedo tratar? — se ofreció Pansy, ya que ni Astoria ni Lydia parecían entender, mucho menos estában interesadas.

— Veo...

En las películas siempre explican lo rápido que el tiempo pasa cuando uno se divierte, o los protagonistas tienen aventuras extraordinarias y extrañas.

Pero, ¿Que hay acerca de cuándo el tiempo transcurre extremadamente lento?

Lydia apoyó su cabeza sobre la palma de su mano para intentar no dormirse allí mismo. No es que "mirar al más allá" no le interese, de hecho, ella tenía sueños premonitorios.

Hubo una vez en la academia.

Una noche de mucho frío, mientras dormía, se le vino a la cabeza una imagen de ella misma en su cama.

A los pocos segundos, 4 hombres vestidos de negro entraron a su habitación y empezaban a atacarla.

Lydia, al soñar tan lucidamente, se despertó algo agitada. Se levantó y se dirigió hacia su baño para lavarse la cara. Cuando se estaba dirigiendo a su cama nuevamente para intentar de conciliar el sueño, escuchó suaves pasos.

Forzó su oído y se dio cuenta que no eran un par de pasos.

Eran cuatro.

Luego de pelear contra ellos y derribarlos en menos de un minuto, Reginald entró y la felicitó.

Se trataba nada más ni nada menos que una prueba.

⎈⎈⎈

Cuando la pelirroja estaba bajando las escaleras con sus dos más recientes amigas, encontró una bola de cristal en el piso, y se dispuso a devolvérsela a "la loca" como ella la había apodado.

La recogió y fue subiendo las escaleras en forma de espiral, hasta llegar a la entrada de la clase que había tenido hace menos de un par de minutos atrás.

Una vez que la colocó sobre una mesa, escuchó unos susurros.

Lydia Potter...

Dio media vuelta y se encontró a la esfera que había devuelto con una cara de un hombre.

Tenía bigote, cabello más largo de lo normal, por los hombros, ojos oscuros como el Grim, del mismo color que su cabellera y piel pálida, algo arrugado y manchada, como si de cenizas se tratara.

Al estar tan concentrada en intentar de reconocer al hombre, se sobresaltó cuando una mano se colocó en su hombro.

— El regresará esta noche. Esta noche, aquel que traicionó a sus amigos, cuyo corazón está podrido, se liberará — Habló la profesora con una voz mucho más grave de lo normal.

Lydia cerró fuertemente sus ojos cuando una fuerte punzada en su cabeza se hizo presente. Una imagen de un hombre gordo, con cara redonda, una verruga en su mejilla izquierdo, ojos claros y pelo rubio con bastante frizz se le dibujó en la mente.

Además de la punzada que amenazaba con partirle la cabeza, un susurro de una mujer se escuchaba débilmente de fondo.

Pe...
...r...
Pett...
...ew...

Eso fue lo que Lydia pudo escuchar y luego de pensar, reconoció aquel nombre.

Peter Pettigrew.

— Se verterá sangre inocente — la punzada se hacía cada vez más insoportable sin importar cuanto presione sus manos sobre sus cienes, el dolor no cedía — y siervo y amo se unirán una vez más — la profesora tosió y miró a la joven de arriba a abajo.

— Perdón, querida ¿Dijiste algo?¿Te encuentras bien?

— No, no, digo, si — negó con la cabeza — Nada — dió unos pasos hasta salir de la habitación.

⎈⎈⎈

Cuervos volaban por el ras de las estructuras de Hogwarts, mientras un hombre afilaba un gran machete con una piedra.

— No puedo creer que vayan a matar a Buckbeak — mencionó Hermione mientras los chicos caminaban.

— ¡Y las cosas se ponen peor! — Dijo cuando sus ojos de toparon con la figura de Mattheo, Draco, Tom, Blaise, Enzo y Theo.

— Papá dijo que me podía quedar con la cabeza. Creo que voy a donarla a la sala común.

Lydia no mentiría. El comentario de Mattheo le pareció levemente gracioso, pero seguía enojada por el hecho de que gracias a una estupidez suya, una vida tendría que ser arrebatada.

La de cabello naranja ondulado se acercó a grandes pasos hacia el idiota que tenía enfrente mientras cerraba con fuerza su puño derecho.

— Ay, no — susurro su hermano mientras exhalaba.

— Mira quienes vinieron. — mencionó el rubio.

— ¿Vienen a ver el espectáculo? — curioseó el de rizos.

— ¡Eres un idiota, Riddle! — Apuntó rápidamente con su varita a la nariz del chico que tenía en frente.

— ¡Lydia, no! — Habló Hermione en un tono más alto de lo normal.

— No vale la pena — mencionó Ron.

Por lo que Lydia pudo percibir, Mattheo no mostraba mucha expresión. Pero si buscabas profundo en sus ojos, había una pizca de miedo que ni su faceta de chico malo podía ocultar.

La pelirroja se dio vuelta intentando de controlar su ira, a la vez que daba un par de pasos.

— No tienes las agallas — escupió el chico con una leve sonrisa pícara, acompañada por susurros provocativos de sus amigos.

Pero en cuanto la chica oyó ese comentario, freno en seco y su puño se cerró automáticamente sin intentar de contener su ira, dió media vuelta y la contactó justo en el medio de su nariz, dejando visible una herida, la cuál ya estaba empezando a desprender sangre.

Los chicos de Slytherin quedaron algo estupefactos, pero unos segundos más tarde reaccionaron y juntos empezaron a huir.

Había que admitir, que luego de aquel golpe, los chicos de Slytherin tenían una pizca de respeto hacia la chica.

— ¡Fue fantástico!

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🫶🏼

El hijo de mi enemigo [Matheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora