4 // Primera Misión

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En la tarde de ese mismo día, se suponía que en dicha academia le enseñarían a Lydia cómo usar y controlar sus poderes.

Luego de almorzar, la pelirroja se dirigió a su habitación. Pero en camino a ella, Allison le dijo que haría una pijamada en su habitación, a las nueve, justo después de cenar.

La numero 7 siguió su rumbo a su cuarto y espero ansiosamente a que llegaran las nueve para que la pijamada empezara.

Cuando las nueve p.m. llegaron, Lydia se dirigió hacia el cuarto de la de rizos y una vez allí, dio un par de golpes a la puerta.

Un par de segundos después, Allison la abrió y al ver a la nueva integrante, una sonrisa de dibujo en su rostro.

— ¡¡Hola!! Ven, pasa — la ojiverde entró a su cuarto y vio a todos excepto número cinco sentados en el piso formando un círculo algo irregular.

— Ven, sientate al lado mío — ofreció Vanya, quien ahora ocupaba el puesto de número 8.

Unos segundos después Allison se sentó y golpearon la puerta nuevamente. Era cinco. Se sentó frente de la pelirroja.

— Bueno, ya estamos todos — anunció agarrando unos bowls llenos de caramelos, poniéndolos en el centro de la ronda — ¿Que quieren jugar?

— Verdad o reto — respondió decidido y seco.

— Bien, ¿quien empieza? — cuestionó la anfitriona, bastante entusiasmada.

— Yo — declaró firmemente, para luego hacer una breve pausa — Bien... Lydia, ¿verdad o reto?

— Reto — respondió decidida.

— Te reto a que nos cuentes tu historia, toda — Escupió con mirada retadora, desafiándola.

— Bien — tomó aire, pensando en todo lo que le había pasado en su corto lapso de vida — Bueno, nací el 31 de julio de 1980, tengo 11 años y un mellizo llamado Harry, nunca conocí a mis padres, vivía con mis tíos hasta hace unos pocos días, ya que el señor Reginald me quiso en su academia. — Cinco la miró, como si estuviera intentando de descifrar algo.

— Bien, ¿quien sigue? — preguntó número cuatro.

— Yo — habló nuevamente, sin necesidad de pensar, ya que tenía claro a quien retaría — Cinco, ¿verdad o reto?

— Verdad.

— ¿Por que no confías en mi? — cuestionó intentando de entender.

Lydia no era la única que se había dado cuenta de que la estuvo tratando con desprecio desde que llegó.

—Simple. No me agradas y tampoco creo que necesitemos a alguien más en la academia — La pelirroja lo miro, incrédula. Aunque la chica no lo admitiera, eso daño levemente su ego, algo que era muy apreciado y característico de ella.

— Bueno... ¿quien sigue? — intento de licitar el incomodo ambiente que se había creado.

La pijamada siguió, con risas, momentos incómodos y más, hasta que la diversión terminó debido a que Pogo los encontró y les ordenó que fueran a dormir.

⎈ ⎈ ⎈

Al día siguiente, a los niños les tocaba entrenar físicamente para unas tales "misiones", que iban a tener.

Los minutos pasaron y lentamente se fueron convirtiendo en horas, luego en días, semanas y hasta el momento en meses.

Alrededor de un mes después de la llegada de Lydia a la academia, su relación con todos iba siendo más cercana. En especial con Klaus, número 4, debido a que estos tenían mucho en común, y tenían un humor bastante parecido. Tampoco podía olvidar a Ben, también conocido cómo número 6, el cuál descubrió detrás de su faceta tímida e introvertida que era gracioso y algo inmaduro, por mucho que no lo pareciera.

Con el paso del tiempo, la Potter fue aprendiendo a controlar sus poderes. Algunos de ellos eran telequinesis (levantar objetos con la mente), telepatía (leer mentes y controlarlas) y de vez en cuando podía distorsionar la realidad y podía crear esferas de energía. La telepatía no la sabía controlar del todo, ya que hay muchas "ramas" de esta.

⎈ ⎈ ⎈

Un día normal, Reginald y sus hijos se encontraban desayunando, cuando de repente, la alarma de misiones sonó.

Ya estaba lista, sería la primera misión de número 7.

Unos segundos más tarde, luego de que todos encontraran sus máscaras, llegaron finalmente al banco, el lugar del robo.

Luther y Lydia bajaron por el techo, mientras que los demás entraban por diferentes partes de dicha construcción.

Cuando la "bruja" bajó, Allison le estaba haciendo un rumor a un hombre, Ben, Klaus y Luther estaban haciendo 3 contra dos con ladrones, y cinco estaba peleando con un hombre en el mostrador del banco.

Una vez que aterrizó, divisó a un hombre que poseía una pistola, y se acercaba lenta y discretamente por detrás de él.

La chica se levanto por los aires con esferas de energía, acercándose lo más rápido que pudo hacia el mostrador. El ladrón disparó y de alguna forma, la chica logró frenar la bala con su magia. Hilos verdes reposaban alrededor de esta.

Una vez que la chica tomó conciencia, movió su mano y la bala fue a parar directo a la pierna del ladrón.

— Nada mal — admitió, en el fondo en forma de agradecimiento.

La chica la devolvió una mirada repleta de orgullo, la cual el le devolvió, para luego volver a la misión.

Quedaba uno, del cuál Ben se encargó. Una vez nuevamente concentrada, la ojiverde liberó a todos las personas que se encontraban atrapadas allí.

Unos minutos más tarde, cientos de reporteros se encontraban en la puerta del banco, intentando de hablar con los integrantes de la famosa academia Umbrella.

⎈ ⎈ ⎈

Cayó la noche y la luna y estrellas brillaban más que nunca, ya que casi no había luces prendidas en la ciudad.

En los últimos meses, Lydia decidió empezar a recorrer la academia, y logró darse cuenta que el tejado era su lugar favorito de todos. Era callado, había buena vista, y la temperatura no era ni demasiada baja ni demasiado alta.

La pelirroja se encontraba tranquila cuando de un momento a otro diviso a número cinco entrar.

— Este es mi lugar, o ¿acaso no lo sabias? — cuestiono acercándose a ella.

Aunque no parezca, la relación entre Cinco y Lydia había mejorado notoriamente.

La chica solo rodó los ojos, restándole importancia.

— Hazme un espacio — ordenó sentándose uno en cada punta de un sillón algo desgastado que se encontraba allí.

— ¿Porque lo hiciste? — Pregunto sinceramente luego de varios minutos de denso silencio, intentando de comprender.

— ¿Que cosa?

— Te arriesgaste a que te disparen por mi. ¿Porque? Te trate como la mierda desde que llegaste, y sin embargo lo hiciste?

Esta levantó los hombros y apartó la mirada, dirigiéndola nuevamente hacia el cielo el cual brillaba gracias a sus estrellas.

— No le tomes tanta importancia, número 5.

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🫶🏼

El hijo de mi enemigo [Matheo Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora