CAPÍTULO UNO: LONDRES

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¿Estaba haciendo lo correcto?

Probablemente no.

Empecemos por el principio.

Hola, me llamo Lyra Stark y tengo 25 años. Vivo en Nueva York, América. Más bien, vivía.

He decidido irme a vivir a Londres, para despejarme un poco y buscar nuevas oportunidades de trabajo.

No es que haya tenido una vida fácil, por eso estoy tratando de renovarme y empezar de cero.

¿A que chica de 25 años se le ocurre escaparse sola? A mí.

Al bajar del avión, decidí hablar con Mycroft.

Ya estoy aquí, ¿Qué hago?
OS

Un coche negro te espera en la puerta
MH

Caminé para recoger mis cosas sumida en mis pensamientos.

*FLASHBACK*

-¡Hey! ¿Dónde están los demás? - le pregunté a mi compañero con angustia.

-Se ha complicado la cosa, tenemos que salir de aquí ya, ¡Sabes que vienen a por ti!

-¡Pero no los podemos dejar! - Ahora sí que tenía miedo.

-¡Sabes perfectamente que pasa si te pillan! ¡Tienes que huir!

*FIN DEL FLASHBACK*

Los años siguientes fueron muy duros.

Perdí el contacto con todos, no supe más de ellos. Y ahora, Mycroft me ha dejado vivir en Londres.

Todo comenzó cuando mi padre (un ingeniero muy importante) se metió en unos líos raros con el gobierno, provocando la separación de su grupo de "¿Compañeros de trabajo?" Es una historia un poco larga. ¿Cuál fue el problema?

Que yo estaba en el bando contrario. En contra de mi padre. Por eso tuve que huir.

*FLASHBACK*

-¡No puedo ser controlada por el gobierno! ¡Sabes perfectamente que pasaría si firmo esos acuerdos! - Le gritaba a mi padre.

-Olivia por favor...

-Me niego. Y lo sabes. - salí disparada de la habitación.

*FIN DEL FLASHBACK*

Decidí contactar con un viejo amigo de la infancia, el actual "gobierno británico". Sabía que él me entendería y me daría una solución , después de haber trabajado tantos años para él. Su madre era una gran matemática e ingeniera que solía quedar con mi padre para proyectos, eran muy buenos amigos. Cómo era de esperar, sus hijos y yo nos convertimos en grandes amigos.

Mycroft era el mayor. Recuerdo que siempre me cuidaba, jugábamos juntos a pesar de la diferencia de edad. Su hermana, Eurus. Me acuerdo de ella. Era una chica especial, algo "rara", muy inteligente y curiosa. A veces jugaba con ella, en el fondo era maja. Siempre me decía que se sentía bien conmigo porque no era aburrida, y decía que la entendía. En el fondo la echo de menos. Y Sherlock, el pequeño. Solía jugar con él a los piratas, parecía ser el más normal, solo que todos los hermanos compartían una habilidad deductiva impresionante, la cual yo también poseía (por otros motivos).  Sherlock se solía enfadar cuando veía que era mejor que él, era gracioso.

Todo pasó rápido, me distancie de Eurus y de Mycroft cuando la internaron.

El problema es que después me internaron a mi.

Estaba sumida en mis pensamientos, cuando sentí a alguien chocar conmigo.

-¡Perdón! ¿Estás bien? - pregunté, mirando a la persona con la que me había chocado. Sorprendentemente, era una cara conocida.

-Tranquila, estoy bi... ¿Liv? - Reconocía ese acento irlandés.

-¡James! ¡Has crecido! Ya no eres tan bajito. - dije envolviendo mis brazos en su cuello. - ¿Qué tal te va? ¿Terminaste los estudios?

Os pongo en situación.

Resulta que cuando tenía unos 12 años, mi padre me envió a estudiar a Irlanda. Estuve en un prestigioso internado durante cinco años, para ver si conseguían controlar... Mis ¿habilidades? Sí, dejémoslo en habilidades.

Allí fue donde conocí a Jim. Nos hicimos amigos muy rápido, ambos éramos rechazados por los demás niños debido a nuestra inteligencia y nuestras malas ideas.

Desde luego, santos no éramos. El solía ser más imprudente que yo, pero aún así éramos especiales. A Jim le fascinaban mis "poderes" , mientras que la gente se asustaba de ellos. Por eso, entablamos una amistad preciosa, hasta que un día mi padre dijo que para protegerme, debía llevarme a América de nuevo. Tampoco le volví a ver.

Mis amistades nunca acaban bien, aunque creo que estoy empezando a recuperarlas.

-¡Tu siempre serás la bajita! - me dijo en burla. - ¿Dónde has estado? Te he echado demasiado de menos, ¡Aún no me creo que estés aquí!  - Me preguntó.

-Mi padre me llevo a América, pero ahora ha tenido algunos líos con el gobierno y he decidido pirarme para vivir en Londres.

-¿Vas a vivir aquí? - parecía sorprendido. - Después de tantos años... - tenía un brillo melancólico en sus ojos, no muy habitual en él. - Te echaba de menos. ¿Dónde piensas vivir?

-Un amigo me ha buscado un buen piso en el centro de Londres, en la Calle Baker. - La cara de James palideció. - El 221B.

-Ah... - Estaba raro. - Debo irme, tengo que coger un vuelo. Toma mi teléfono, llámame pronto está semana y salimos a tomar algo. Cuando te instales y llegues, escríbeme para saber que estás bien. Si necesitas algo, ya sabes. - Me dio su número en un papel, y me abrazó. - Adiós, Liv.

Se despidió con la mano y siguió su camino hasta que lo perdí de vista. Siempre había sido un hombre frío, demasiado que me ha dado un abrazo.

Salí del aeropuerto tras coger mis maletas. Ahí vi un gran y lujoso coche negro, que supuse que era mio.

Un hombre bien vestido se bajó del coche, y me abrió la puerta invitándome a pasar. Me monté en silencio, hasta que llegamos a la Calle Baker. Mycroft me esperaba en la puerta.

Me bajé del coche, ayudé al chófer a bajar mis maletas y me acerqué a Mycroft.

-Bienvenida a Londres. - Me dijo él. Le sonreí, y él me devolvió la sonrisa.

A pesar de ser el gobierno británico en persona y la persona más fría de Inglaterra, debía admitir que tenía bastante confianza con él. Había trabajado muchos años en el gobierno de una forma u otra, era su mejor agente (a pesar de mi corta edad) y le conocía desde pequeño. Siempre me protegió de todo, y le estoy muy agradecida.

-Me alegra verte de nuevo. - Le dije sonriente. En el fondo le había echado de menos, y él lo sabía.

-Lo mismo digo. He hablado con Lestrade, trabajarás con ellos durante un tiempo, y cuando pases desapercibida podrás incorporarte al gobierno. - dijo un poco más serio.

-¿Y Sherlock? ¿Eurus? - pregunté.

-Se me olvidó decirte que vivirás con él, espero que no te importe. Puede ser un poco irritante, pero sé que podrás controlarle. - Me cogió de los hombros. - Y no digas ni una palabra de Eurus, nunca.

-Ok... Pero, ¿Está bien? - Llevaba mucho sin verla, la echaba de menos.

-Suele preguntar mucho por ti, al parecer eres la única persona que ha conseguido su cariño. Te dejaré verla pronto. - Se separó de mi y llamó a la puerta.

...

SECRETS - SHERLOCK BBCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora