CAPÍTULO SIETE: HABITACIÓN

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Un nuevo caso.

Un chico vino a Baker Street hablando sobre un sabueso enorme.

Acabábamos de llegar a Baskerville, y fui a un pequeño hotel a pedir un par de habitaciones para los tres.

-Lo siento, pero no quedan habitaciones para los tres. Tenemos una individual y otra de matrimonio. - comentó el hombre.

Ay dios.

No me quedaba otra opción.

-No pasa nada, nos valen. - contesté. Salí a reunirme con Sherlock y con John. - Oye chicos, tenemos un problema con las habitaciones. Solo queda una individual, la otra es de matri...

-¡Me pido la individual! - dijo John, y salió corriendo hacia las habitaciones.

-Ni de coña duermo yo con Sherlock. - dije en un susurro, para salir corriendo detrás de John.

...

Al final se salió con la suya.

¿¡Voy a tener con dormir con el friki?! Ayuda.

Dejamos las maletas en la habitación. Me iba a sentar en la cama, pero Sherlock me detuvo.

-No. - me dijo.

-¿No, qué? - pregunté extrañada.

-La cama es mía, tu duermes en el sofá.

Me empecé a reír. En ese momento, Sherlock y yo empezamos a batallar para ver quién se quedaba con la cama, hasta que ambos caímos uno encima de otro en el suave colchón. Sherlock se sonrojó como nunca.

-Tú ganas. - dijo con pesar.

...

¿Acabábamos de colarnos en una base militar con la identificación de Mycroft? Sep.

Nos iban a pillar, estaba claro.

Y así fue.

Después de escapar con mucha suerte de aquella base e ir a casa de Henry, fuimos al bosque de noche.

Casi no me dejan ir porque decían que era peligroso, pero por supuesto les acompañé.

De repente, empezamos a escuchar aullidos de perro. En ese momento, Sherlock me cogió del brazo y me pegó contra el de forma protectora. Él miró hacia arriba, y su cara cambió por completo. Su agarre se apretó, y abrió la boca con clara expresión de miedo.

-¿Sherlock? - dije tocándole el brazo. Estaban todos paralizados.

-¿Lo has visto? - dijo Henry.

-¿El qué? - contesté confundida.

...

Estábamos sentados en frente de la chimenea, en silencio. Sherlock estaba muy afectado, consumido por el miedo.

John hablaba sin parar sobre el caso, y Sherlock hiperventilaba con los ojos llorosos. Le miré fijamente, intentando analizar qué le ocurría.

Le di la mano y se tensó por unos segundos, pero después se relajó y agarró mi mano.

-Henry tiene razón. - dijo Sherlock de repente. - Yo también lo vi. También lo vi, John.

-¿Qué viste?

-Un perro, en la hondonada. Un perro gigantesco. - dijo con los ojos rojos.

-Sherlock... -Dije poniendo una mano en su brazo. - Tenemos que ser sensatos. Y tú precisamente no puedes...

-Cuando has descartado lo imposible, lo que queda, aunque improbable tiene que ser cierto.

Sherlock agarró un vaso con Whisky y lo levantó, estaba claramente temblando.

SECRETS - SHERLOCK BBCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora