CAPÍTULO DOS: DEDUCCIONES

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Una señora mayor abrió la puerta, al parecer era la casera. Tenía pinta de ser muy simpática.

-¡Oh! ¿Ella es la chica nueva? - Mycroft asintió con la cabeza. - ¡Bienvenida! Tenía ganas de conocerte. - Me dio un cálido abrazo, por fin alguien en Londres que no era de carácter frío.

Le correspondí el abrazo con gusto, y tras presentarme, subimos a ver mi habitación. Empecé a escuchar gritos.

-¡Pero cómo vais a meter a alguien en mi piso!¡Es mi piso, no quiero a alguien ordinario en el!

-¡Sherlock! ¡No es tu piso! - dijo otra voz - ¡Venga ya! ¡Deja de ser cabezota! -

Cuando subí, pude ver un pequeño saloncito con dos personas. Una de ellas, era un hombre rubio y algo bajito, que no conocía. Después, estaba Sherlock hecho una bola en el sofá, parecía un niño pequeño (aunque había crecido bastante desde que le vi)

-Ella es vuestra nueva compañera. Se llama Olivia. - Relataba la Señora Hudson feliz.

-Hola, me llamo John Watson. Un placer. - Le estreché la mano con una sonrisa, era simpático.

-El placer es mío. Olivia Prince. - dije con una sonrisa. Me cambié el nombre para no levantar sospechas. Miré a Sherlock, hecho una bolita en el sofá. - Y tú, tan infantil como siempre. ¿Me has echado de menos?

Sherlock me reconoció y me miró. No se lo esperaba. John no entendía nada.

Sus ojos me miraban de arriba a abajo, como si me estuviera analizando. Había escuchado la fama de Sherlock, su capacidad de deducción y lo pesado e insoportable que podía llegar a ser. Conmigo no iba a poder, te lo aseguro.

-¿Vas a vivir aquí? - Me dijo serio.

-¡Wow! ¡Eres tan bueno como dicen! ¿No es obvio? Vas a tener que soportarme. - hubo silencio, y Sherlock empezó a hablar.

-Mujer joven de unos 25 años, americana, con problemas de alimentación y bastantes traumas de tu infancia, tu padre nunca te presto mucha atención. Tienes dos perros y vienes de una familia muy adinerada, probablemente has venido sola, incluso podría arriesgarme a decir que te has escapado. Has tenido un par de novios, uno de ellos era alcohólico y...

-¡Sherlock! - dijeron Mycroft, John y la Señora Hudson a coro.

-No os preocupéis, me toca a mí. - Era mi momento. - Hombre adulto, de 27 años aproximadamente. Arrogante, egocéntrico, amas que te reconozcan por tu inteligencia porque es lo único que te hace sentir seguro. Probablemente llevas solo toda tu vida y te sientes inseguro y a veces triste, aunque digas que no tienes sentimientos. La realidad es que te da miedo mostrarlos porque nunca supiste como interpretarlos y piensas que te hacen débil. Nunca tuviste ningún amigo, excepto... ¿Un perro? Barbarroja, bonito nombre. Además, eres drogadicto y aunque te hagas el duro adoras a tu hermano y sueles echar de menos a tus padres. ¿Sigo?

Me había pasado. Sherlock estaba rojo como un tomate, no sabía si de vergüenza o de ira. Mycroft estaba boquiabierto, John estaban en una esquina en silencio y la Señora Hudson estaba en la cocina.

-Siento si me he pasado, pero conmigo vas a tener que aprender que soltar la vida de la gente así como así duele, Sherlock. - Hice una pausa y me acerqué a él, dándole una palmadita en el hombro. - Señora Hudson, ¿Me podría enseñar mi habitación?

-Por supuesto querida. - Comencé a seguirla.

-¡No! ¡Este es mi piso! - Estaba cabreado.

-¿Tienes miedo Sherly? ¿Ves competencia? - Le dije con una sonrisa antes de subir las escaleras.

-Me cae genial. - Susurró John.

-¿Cómo narices sabía todo eso? ¡Contesta, Mycroft! - Sherlock estaba histérico y Mycroft no sabía que decir.

-Soy como tú. -Dije bajando las escaleras con la Señora Hudson detrás. - Te he leído la mente. En el fondo se que me echabas de menos, ¿Verdad Sherly? - volví a hablar, dándole un golpecito en el hombro. Estaba furioso y eso me hacía gracia. Al parecer a los demás también les parecía gracioso que hubiera podido dejar a Sherlock en su lugar. - Tengo que ir a Scotland Yard para hablar con Lestrade.

-No me digas que vas a entrar a ese grupo de idiotas. - dijo Sherlock. - Pensaba que te valorabas más.

Me despedí de los demás y salí de allí, ignorando a Sherlock por completo.

En el fondo siempre le había adorado. Desde pequeña quise estar con él, yo solo quería jugar a los piratas y ser su amiga, pero siempre me ignoró. A lo mejor la vida nos ha puesto juntos por algo, ¿No?

Salí del piso y pedí un taxi a Scotland Yard. Estaba nerviosa, no sabía cómo iba a ser el trabajo allí y no sabía siquiera a donde tenía que ir.

Al bajar del taxi, entre al edificio. Era bastante grande, lleno de oficinas y de gente que iba de un lado para otro. Me sentía bastante vulnerable y pérdida, no sabía dónde ir. De repente, una voz habló a mis espaldas.

-Hola, ¿Necesitas algo? - Me di la vuelta, y una mujer alta de pelo rizado y oscuro me miraba.

-Si, venía a hablar con el Inspector Lestrade, para el puesto como detective.

-¿Tú eres la nueva? - asentí con la cabeza. - Bien, sígueme.

Caminamos por las oficinas hasta que llegamos a un gran despacho. Dentro, un hombre canoso esperaba sentado en su mesa.

-Lestrade, tienes visita. - dijo la mujer.

-Gracias. - agradecí a la chica con una sonrisa, y ella me sonrió de vuelta.

Entre al despacho y el hombre me invitó a sentarme.

-Buenos días, soy el Inspector Greg Lestrade, un placer. - Le sonreí y le di la mano. - ¿Vienes por el puesto de trabajo, verdad? - Asentí. - Me han hablado muy bien de ti, tienes buena capacidad física, sé que tienes experiencia en el gobierno y al parecer tienes buena habilidad de deducción. Me recuerdas a alguien...

-¿Sherlock? Nah, yo soy más simpática. - dije riendo.

-¿Le conoces? - me preguntó asombrado.

-Vivo con él, me acabo de mudar. - Se quedó flipando.

-Pues buena suerte, es una persona difícil. Mañana empezamos, ¿Aquí a las 9:00?

-Perfecto, muchas gracias Inspector. - Le dije amablemente.

-Llámame Greg. Espero mucho de ti, me caes bien. - Me caía bien este hombre.

...

SECRETS - SHERLOCK BBCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora