Hoy era el día. Después de tantos años, la iba a volver a ver.
Tras bajarme del helicóptero, entré a la gran prisión recóndita que habían construido para gente como Eurus. En realidad, me entristecía que estuviera así. Al fin y al cabo, yo había sido la única persona que había logrado entenderla y establecer algo así como una "amistad" con ella. Yo la admiraba y ella me admiraba.
Por eso me dejaron estar allí.
Si hubiera sido cualquier otra persona, no me hubieran dejado entrar.
Algo nerviosa, bajé a donde se encontraba su celda, altamente protegida y custodiada por soldados y guardias.
Mycroft me había avisado de los riesgos que conllevaba y de la capacidad de manipulación de Eurus. Pero sabía que conmigo no podía, era la única persona a la que no iba a ser capaz de manipular.
Cuando entré a la sala, se encontraba de espaldas y de rodillas en el suelo, mirando a la pared. Me había escuchado entrar pero no era capaz de saber si sabía que era yo. Justo cuando iba a dar un paso hacia delante, Eurus se levantó, sin darse la vuelta para mirarme. Ahí es cuando decidí hablar.
-¿Aquel violín es un Stradivarius? Lástima que no me haya traído el piano.
Ella se giró algo sorprendida, no me esperaba allí. A pesar de los años que habíamos estado sin vernos, me había reconocido de inmediato. Debo decir que había cambiado mucho, ahora era una adulta. Pelo rizado, largo y negro, con ojos claros y fríos. Echaba de menos a la Eurus con la que jugaba de pequeña.
-¿Me has echado de menos? - Le volví a preguntar.
-Lyra Stark. Cuánto tiempo, ¿No crees? - Respondió Eurus por fin.
-Demasiado para mi gusto. - hablé con calma, acercándome un poco más.
-¿No te han advertido sobre la distancia?
-Supongo que en el sermón que Mycroft me ha dado antes de entrar lo ha incluido, pero como no he escuchado absolutamente nada, digamos que me da igual. Tú no me intimidas lo más mínimo, Eurus. - Ella sonrío. - Me entristece que estés así. Si fuera por mi no lo estarías, pero supongo que tú tampoco pones mucho de tu parte, ¿No es así?
No me contestó. Yo me seguí acercando, hasta que estuve totalmente pegada al cristal. En ese momento, miré a las cámaras y las apagué con la mente, no sin antes bloquear la puerta con mis poderes. Sabía que Mycroft me mataría por esto.
Entonces hice una locura. Hice desaparecer el cristal que nos separaba y me metí en la celda con ella, mirándonos cara a cara.
-Te he echado de menos. Mucho de menos. Y en el fondo se que tú también porque te recuerdo que leo mentes, idiota.
Ella sonrió de nuevo. Esta vez no era una sonrisa de maldad, era una sincera.
Abrí mis brazos lentamente para invitarle a un abrazo. Tras pensárselo unos segundos, Eurus decidió devolverme el abrazo.
Nos sentamos en su cama y hablamos sobre lo que había pasado durante todo ese tiempo. Como cuando éramos niñas.
Tras un rato, tuve que despedirme. Le prometí que iría todas las semanas a verla y a tocar juntas. Ya me buscaría la manera de traerme mi piano.
Por supuesto, Mycroft me echó la bronca del siglo. Pero aún así, yo estaba muy satisfecha con haber conseguido ver a mi mejor amiga de la forma más sana posible. Y sabía que ella me lo agradecía.
...
Mycroft me había mandado un tiempo a América a hacer un par de misiones, no sin antes recoger algunas cosas de casa de mis padres e informarles de que estaba perfectamente. Había hecho las paces con mi padre sobre lo de los acuerdos, al parecer él había admitido que se equivocó.
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SECRETS - SHERLOCK BBC
FanfictionOlivia se escapa a Londres sola. ¿Qué pasará cuando le toque compartir piso con un viejo amigo de la infancia? A pesar de las dificultades de la vida de Olivia y de todo su pasado, tendrá que aprender a construir su futuro pasando desapercibida, co...