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Zayn tomó a Liam de la mano en cuanto Brody cerró la puerta de su cuarto.

—Vamos.

El Omega lo siguió sin vacilar hasta el hermoso dormitorio de él, con sus paredes marrones y sus luces suaves. El edredón color azul acerado de su cama estaba ya retirado, sin duda por la mano de la señora Haldana. El Alfa no perdió tiempo en desnudarlo y lo besó con fuerza.

Liam se quedó desnudo delante del Alfa. Era extraño lo natural que le resultaba estar desnudo con él. Zayn lo tomó de los hombros con gentileza y le sonrió. El Omega tendió una mano al cinturón de él. Zayn se dejó hacer. Cuando Liam le sacó la camisa por la cabeza, retrocedió y se sentó al borde de la cama y Liam se arrodilló y le quitó los mocasines.

—Por fin —sonrió él.

El Omega asintió con la cabeza. Zayn le ofreció la mano y Liam la tomó. El Alfa lo tumbó en la cama y se sentó a horcajadas sobre el Omega. Le acarició el cuerpo despacio. Y bajó la boca y lo besó... primero en los labios y después empezó a bajar... Y siguió bajando. Hasta que Liam quedó con la cabeza en la almohada y gimiendo de deseo mientras el Alfa lamía y succionaba su pene y el Omega se estremecía y se sumergía por completo en sus sensaciones. Cuando llegó al orgasmo, gritó el nombre del Alfa y Zayn extendió una mano hacia el cajón de la mesilla de noche.

—¡Oh! —gritó Liam—. Déjame... déjame... —le quitó el preservativo y lo abrió. Tomó el miembro del Alfa y lo apretó, acariciándolo desde la cabeza a la base... y de nuevo hacia arriba.

Zayn le agarró la muñeca.
—Pónmelo —dijo entre dientes—. Date prisa.

Liam obedeció y le colocó el preservativo. Zayn lo montó a horcajadas de nuevo y Liam lo guió hacia su interior. Su cuerpo lo recibió con suavidad y el Alfa se acomodó entre sus glúteos, apoyó los antebrazos en la almohada y hundió los dedos en el pelo sedoso del Omega.

—¡Qué bien! —murmuró.

Susurró su nombre con voz ronca y baja y enterró la cabeza en su hombro. Liam lo abrazo por la cintura con sus piernas y se movieron juntos a un ritmo cada vez más intenso hasta que el mundo dejó de existir y sólo quedaron ellos dos, por fin sin rabia, dolor ni mentiras que enmendar. Sólo un Alfa y un Omega que encajaban perfectamente uno en el otro, que compartían un placer caliente y llegaban al clímax juntos en una explosión de luz.

No descansaron mucho tiempo. Zayn no podía dejar de tocarlo, de besarlo, de apretarse contra su cuerpo. Y Liam también lo tocaba y lo besaba por todas partes. La segunda vez el Omega se colocó arriba y lo recibió dentro poco a poco. Cuando estuvo allí del todo, se movieron juntos perezosamente, como olas que lamieran una orilla arenosa. Al final Liam se derrumbó encima del Alfa y Zayn lo abrazó con fuerza. Liam sintió los latidos fuertes del corazón de Zayn en su mejilla. Después de eso, el Alfa los tapó con la sábana gris de raso y lo abrazó de costado. Y Liam apoyó la cabeza en su hombro sintiéndose saciado y a salvo en el círculo de sus brazos.

Zayn le besó el pelo y susurró:
—Deberíamos hacer esto más a menudo. Yo propongo una docena de veces al día.

Liam se acurrucó contra él.
—Una idea excelente, aunque Brody se sentiría un poco solo si nos pasáramos el día encerrados en un cuarto.

—Brody... —sonrió Zayn. Le acarició el hombro y le besó la nariz—. ¿Él cree que eres mi novio?

Liam echó atrás la cabeza para poder mirarlo a los ojos.
—Los niños pueden sorprenderte mucho a veces. Y supongo que ahora soy más o menos tu novio, ¿no?

Esperó la respuesta del Alfa con ansiedad. ¿Y si decía que no, que no quería un embustero por Omega y que haber hecho el amor no implicaba nada más?

El secreto de Liam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora