—Escucha.— Liam se acercó más a Zayn—. ¿Lo oyes?
En la distancia, al norte, más allá de los robles azotados por el viento, sonaba la sirena de tormentas del pueblo.
Liam palideció.—¡Oh, Dios mío! Brody...
—Tranquilo —le aconsejó Zahir—. De momento es sólo un aviso. Entren de una vez —les sostuvo la puerta abierta.
En el salón sólo quedaba una hilera de personas que cruzaban ordenadamente en dirección a la cocina. El director del club estaba al final de la cola. En el extremo opuesto, encima del escenario, esperaba la tarta de boda de Landon, rodeada del equipo del grupo de música.
— Zahir, por favor, ¿has visto a Brody? —preguntó Liam.
Zahir iba delante de ellos y lo miró por encima del hombro.
—Lo siento, no lo he visto. Pero hemos intentado hacer bajar a los niños primero. Vamos. Ponte a la cola.
—Tenemos que encontrar a Brody —insistió el Omega—. ¡Brody! —se soltó de Zayn y corrió al escenario, como si el niño pudiera estar escondido allí entre el equipo de música. Al no obtener respuestas, enterró el rostro en las manos—.¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío!
Zayn lo alcanzó.—Liam —lo tomó de los hombros y lo volvió hacia él.
—No, no... — Liam lo empujó en el pecho—. Suéltame.
El Alfa no lo soltó.—Vamos, no te pongas histérico. Zahir ha dicho que seguramente esté ya en el sótano — Liam lo miraba aterrorizado, con el cuerpo temblando.
Zayn volvió a tomarle de la mano—Ven. Lo encontraremos.
Liam se dejó llevar. Entraron en la cocina con Zayn disculpándose con la gente que esperaba, a los que aseguraba que no pretendían colarse.
Detrás de las puertas, entre los mostradores de acero y los electrodomésticos de tamaño industrial. Molly, Dirk y Heck se hacían cargo de la multitud.
—Así es, amigo —decía Molly en la cabecera de la cola, cerca de la pared interior donde empezaban los escalones que llevaban al sótano—. Sigan con calma pero no paren.
—Tranquilos —añadió Dirk—. Hay sitio para todos.
—De dos en dos —intervino Heck—. No hay necesidad de empujar.
Uno de los invitados gritó—¡Pero somos cientos de personas!
—¡Eso! —intervino otro—. ¿Cómo pueden decir que hay sitio?
—Lo hay —repuso Zahir, que se había colocado entre Molly y Dirk—. Yo he estado abajo y les aseguro que es tan grande como el salón de baile. Hay varias habitaciones y espacio de sobra para todos.
Zayn calculo que dos tercios de los invitados estaban ya abajo. La cola avanzaba con rapidez. Liam se soltó de Zayn y corrió hasta su padre.
—¿Brody ha bajado ya? —preguntó.
Heck frunció el ceño.—Yo creía que estaba contigo.
—¿Mamá? ¿Landon?
Heck miró adelante.—Ya han bajado.
Liam se volvió a Molly.—¿Has visto bajar a Brody?
Molly, que seguía dirigiendo la cola de gente, negó con la cabeza.—No, creo que no lo he visto. Puede que haya bajado sin que lo vea, pero he estado pendiente de los niños y no...
En ese momento se apagaron las luces y un respingo colectivo brotó de todas las gargantas. Los envolvieron las sombras, aunque todavía entraba algo de luz gris por las puertas abiertas del salón. Alguien soltó un gemido aterrorizado.