—Creo que ha ido muy bien —dijo Zayn esa tarde. Estaban sentados en el borde de la piscina en bañador y con los pies en el agua. Brody había ido ya a casa de Peter.
Liam se dejó caer en el agua, se giró y apoyó la barbilla en las manos cruzadas en el borde.
—Sí, ha ido bien. Pero ya te lo había dicho yo. Tendrás que admitir que sé de lo que hablo.El Alfa inclinó la cabeza a un lado y lo miró con aire perezoso.—A veces.
—¿A veces? ¡Ja! —se agarró al borde con una mano y salpicó todo lo que pudo con la otra.
—¡Eh!
—A veces, no. Casi siempre. Y te sale agua de la nariz.
—Te la has ganado.
—Ni se te ocurra — Liam se hundió en el agua para alejarse del Alfa. Pero no fue lo bastante rápido. Zayn saltó a la piscina, le puso una mano en la cabeza y empujó. Liam lanzó un grito espeluznante, pero tuvo que interrumpirlo para tomar aire antes de hundir la cabeza.
Cuando salió a la superficie, riendo y chapoteando, Zayn se lanzó por Liam y el Omega volvió a gritar.
—Suéltame —dijo Liam.
—De eso nada — Zayn tiró de la muñeca del Omega y echó a andar hacia la parte más superficial.
Liam hizo pie. —Está bien, está bien. Tú ganas. Suéltame ya.
—No —lo abrazó y bajó su boca a pocos centímetros de la del Omega.
—¡Bésame!
Liam lo empujó en el pecho, aunque no con mucha fuerza.
—¿Y por qué debo besarte?—¿Porque te gusta? —sonrió el Alfa.
Liam dejó de fingir que se debatía y simuló pensar en ello.—Bueno, eso es posible, sí.
—¿Porque tu corazón late con más fuerza y te cuesta respirar?
—¿Y tú cómo sabes eso?
Zayn le tomó la mano derecha y colocó la palma abierta encima de su corazón.
—Muy fácil. ¿Sientes eso? —y Liam lo sintió—. Bésame.El joven Omega le echó los brazos al cuello y se entregó a la gloria del beso... hasta que la mano del Alfa se acercó al borde de su bañador...
Entonces lo apartó.
—No pienso quedarme desnudo en la piscina de tu rancho.—¿Y en mi dormitorio?
Liam apoyó el dedo índice en la barbilla e hizo una mueca.
—Déjame pensaren eso.Zayn lanzó un juramento. Lo agarró por la mano y tiró de él fuera de la piscina.
—¿Adonde me llevas? —preguntó Liam, fingiendo inocencia.
—Adivínalo.
Liam no tenía que adivinar mucho. Se dejó arrastrar riendo y Fargo, que estaba tumbado debajo de una sombrilla, se levantó y corrió tras ellos.
Los días del verano pasaban con lentitud. Días felices, en opinión de Liam, seguidos de noches llenas de sexo en la cama de Zayn. Brody cumplió su promesa de llamar papá a Zayn y se metió en su vida como su hijo sin necesitar un periodo de transición y sin el menor asomo de timidez o incomodidad. Zayn declaró que eso le parecía asombroso, pero a Liam no le sorprendió nada. Su hijo tenía una vena muy pragmática. El padre Alfa que había conocido y querido había muerto y no le preocupaba descubrir que tenía otro, un padre Alfa que estaba loco por él, un padre divertido que a veces casi podía ganarlo en el juego de Agresión Alienígena. Un padre que estaba pendiente de todas sus palabras y le había dicho que Fargo ahora también era suyo. Y eso sin contar los regalos. Ahora que ya era de dominio público que Brody era su hijo, Zayn parecía decidido a comprarle todos los videojuegos y aparatos electrónicos del mercado.