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Cuando Zayn y Brody volvieron de Disneylandia una semana y un día después de que Liam se marchara a San Antonio, se encontraron con que el pueblo era un hervidero de comentarios. Al fin se había corrido la voz de que Zayn Malik era el padre Alfa del hijo de Liam Payne Taylor y en Prime Cut, la peluquería de Molly, no se hablaba de otra cosa. Emmie Lusk estaba sorprendida.

—Por eso se llevó al niño al rancho...Betty Stoops chasqueó la lengua.—Tantos años y no lo sabíamos —comentó con desaprobación.

Emmie movió la cabeza. —Y ahora creo que Liam ha vuelto a San Antonio y ha dejado al niño con Zayn —suspiró—. Ese Zayn es guapísimo, lo admito. ¿Pero que sabe ese Alfa de cuidar niños?

—Bueno —le recordó Betty—. El chico es su hijo...

Hubo murmullos de asentimiento. Donetta Brewer, sentada en la silla de Molly, miró a ésta por el espejo; pero la Omega de Zahir se limitó a sonreír y no dijo nada.

—Volverá —decretó Donetta—. Liam volverá. Y si no, al tiempo.

Zayn quería que Liam volviera. Lo quería con él, a su lado, en el día a día. Quería que llevara su anillo y quería darle su apellido. Lo quería en su cama todas las noches, quería el sabor de su boca y los grititos de placer que emitía cuando le hacía el amor. Quería mirar a través de la mesa y encontrarse con sus ojos miel y su boca sonriente. Y quería también su firmeza con Brody.

En cuanto se quedó a solas con él, se le hizo evidente que alguien tenía que negarle algo de vez en cuando y ahora eso le tocaba a él. Y procuraba negarle al menos tantas cosas como le daba. Brody parecía tomárselo bien. En cierto sentido, parecía más feliz y relajado ahora que comprendía que su padre Alfa era el jefe. Aun así, había sido más divertido inundarlo de regalos, prometerle la luna y ver cómo se iluminaban sus ojos cuando lo veía llegar a casa del trabajo con un juguete caro.

Oh, sí. El Alfa echaba mucho de menos a Liam. Pero para hacer que volviera con él tenía que perdonarlo. Y no lo conseguía.

Un par de veces había pensado en llamarle y fingirlo, decirle que lo quería y que lo había perdonado. Pero habría sido mentira y el Omega habría acabado por descubrirlo. No había perdonado los años que le había privado de su hijo y no creía que los perdonara nunca. Siempre que miraba a Brody, sentía un vacío por los años perdidos, los años que él no había estado a su lado... por culpa de Liam. Lo quería, sí. Eso no podía evitarlo. Pero había mucha rabia en su modo de amarlo y mucha amargura en su anhelo por él.

La semana transcurría lentamente. Enid cuidaba de Brody de lunes a viernes. Era amable con Zayn, lo invitaba a entrar y le ofrecía café o un refresco, pero él siempre rehusaba con educación. Lo peor eran las noches. Cuando Brody se acostaba, el Alfa se quedaba solo y entonces lo echaba de menos y deseaba llamarlo y exigirle que volviera con él.

El viernes por la noche tomó un whisky con su hermano en el estudio de éste, lo cual resultó ser un gran error.

—Pensaba que querías casarte con ese Omega —dijo Zahir en cuanto terminó de servir la bebida—. ¿Qué salió mal?

Para entonces, Zayn se sentía lo bastante desgraciado para contárselo todo a su hermano... que no podía perdonarlo por lo que había hecho, que le había propuesto matrimonio y Liam lo había rechazado, que Liam tenía la ridícula idea de que no podrían ser felices hasta que Zayn superara su resentimiento hacia él.

—Mira atrás, hermanito —le dijo Zahir cuando terminó —. Cuando te fuiste de este pueblo estabas deseando largarte. ¿Y ahora dices que te hubieras quedado por Liam... si te hubiera dicho la verdad? De acuerdo, puede que sí. Y en dos meses habrías sido desgraciado. Estabas decidido a largarte y ver el mundo fuera de Texas. Y no habrías tardado en sentirte furioso con él por retenerte aquí.

Zayn intentó hacer vez la luz a su hermano. —No se trata tanto de que no me lo dijera al principio, pero cuando tuvo a mi hijo y no hizo ningún esfuerzo por...

Zahir no le dejó terminar.
—Está bien. Supón que él se hubiera esforzado más por localizarte. ¿Qué habría pasado?

Zahir se enderezó en su sillón.
—Habría vuelto a casa.

—¿Sí? Sí, claro que sí,  sé que habrías vuelto y habrías cumplido con tu deber aunque entonces no estuvieras preparado para un Omega joven y montañas de pañales. ¿Cuánto tiempo crees que habría durado ese matrimonio?

—Yo habría...

Zahir volvió a interrumpirlo.

—No, hermanito. Las cosas son como son. Y si miras al pasado con sinceridad, verás que te habrías enfurecido de igual modo con Liam por cargarte con una familia para la que no estabas preparado.

—¡Maldita sea! Yo...

—No he terminado. ¿Se puede saber qué te pasa?

—Eso era entonces y lo que tiene que preocuparte es el ahora .

Zahir movió la cabeza.
—Yo pensaba que eras más listo, pensaba que sabías que un Alfa no debe nunca decir no al amor del Omega idóneo. ¿Quieres un consejo?

Zayn dejó su vaso en la mesa y se levantó.—No.

—Pues te lo voy a dar igual.

—Buenas noches, Zahir.

—Vete a San Antonio —le gritó éste cuando ya salía por la puerta—. Dile a ese Omega que le quieres y suplícale que vuelva contigo.

¿Y él había intentado hablar con Zahir? Zayn no volvería a cometer ese error en el futuro inmediato. Pero no podía olvidar las cosas que le había dicho su hermano. ¿Y si tenía razón? ¿Y si en todo aquello había bastante más de lo que él veía?

Cuando se marchó del pueblo para ver mundo, sentía cierta tristeza por haber perdido al Omega que deseaba, pero también huía de su mezquino abuelo y del pueblo que lo llamaba bastardo a sus espaldas.

El sábado después de comer fue a su estudio y siguió pensando en lo que le había dicho su hermano. Llevaba unos veinte minutos mirando sin ver la pantalla del ordenador cuando Brody apareció en la puerta con el casco de la bici en la mano.

—Voy a salir un rato a montar en bici, papá.

Zayn asintió con la cabeza. —Que te diviertas.

—Lo intentaré.

Brody se marchó y Zayn siguió pensando en las palabras de su hermano. No sabía cuánto tiempo llevaba allí, recordando el pasado, cuando sonó el teléfono.

—¿Diga?

—¡Oh, Dios mío! —dijo una voz de femenina que no reconoció—. ¡Oh, señor Malik...!

—¿Quién habla?

—Aileen Martino.

—Lo siento. El nombre no me suena.

—Vivo en el pueblo, pero eso no importa. Señor Malik, estoy en la carretera estatal, donde empieza el camino que va a su casa. Su hijo está aquí conmigo. He pedido una ambulancia.

El Alfa sintió que el suelo se hundía bajo sus pies.
—Una ambulancia... —repitió como un estúpido.

—Sí. Oh, lo siento mucho, señor Malik. Ha habido un accidente.

El secreto de Liam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora