3

2.8K 273 11
                                    

"Por favor, quítese la ropa."

Ryan hizo una mueca mirando a la enfermera salir de la habitación. En la misma habitación, en una esquina, sentado sobre una silla de metal con las piernas cruzadas, Charlie lo miraba fijamente. "¿No piensas salir?" le preguntó.

"Solo quiero asegurarme de que no haya nada fuera de lugar."

Levantó una ceja hacia él mientras comenzaba a quitarse la ropa. "¿Fuera de lugar? Todo está en el lugar donde debe estar aquí." Tiró su camiseta sobre camilla y luego se desabrochó los pantalones, dejándolos sobre su camiseta. Puso las manos sobre sus caderas y lo miró. "¿Ves algo fuera de lugar?"

Charlie sonrió. "Me refería a tu examen. Pero, sí. Veo que todo está... muy bien." Le dio una mirada de pies a cabeza antes de fruncir el ceño. "¿Qué tanto entrenas? Eres bastante grande para un tipo que pelea. ¿No te hace eso lento?"

"Todo está en la técnica y en cuánto practiques." Se frotó un brazo, algo incómodo de pronto. Se sentía como una animal de zoológico. "Mi entrenador sabe lo que hace. Y soy más flexible de lo que parezco."

Charlie sonrió de medio lado y ladeó la cabeza. "Está bien."

Ryan lo miró fijamente mientras Charlie comenzaba a revisar su teléfono. Charlie no era un tipo grande y tampoco parecía ser del tipo violento. Más como desconfiado y con tipo de cuerpo atlético. Estaba todavía intentando procesar todo esto. Pero la imagen de su hermano viviendo felizmente la vida sin preocupaciones en el campus de alguna universidad, era suficiente para recordarle que podía con esto. Presionó los labios con fuerza, sus ojos en las muñecas expuestas de Charlie. No tenía idea de por qué seguían llamando su atención.

Casi quería morderlas.

Frunció el ceño y apartó la vista. ¿Qué clase de pensamientos eran esos? Charlie no era el primer hombre atractivo que había visto. Usualmente, él era un tonto por los rostros bonitos, así que su pene siempre señalaba hacia ese lado sin importar el género. Pero, este era su futuro jefe. No había forma en que pudiera dejar salir sus sucios pensamientos hacia él. 

No importaba lo bonito que se viera. O lo bonitos que eran sus ojos azules o los labios rellenos y rosados

Estuvo casi agradecido cuando la enfermera volvió a entrar con una jeringa en la mano.

Cerró los ojos e hizo todo lo que le fue dicho, respondiendo las miles de preguntas que eran "parte del examen".

"¿Es usted sexualmente activo?"

Abrió los ojos y la miró fijamente, mientras ella esperaba con una sonrisa amable. Escuchó la risilla de Charlie en el fondo de la habitación. Asintió. "Sí."

"Perfecto. Creo que eso será todo, señor Hale. Los exámenes de sangre tardarán un poco."

"Puede enviarlos a mi correo, por favor." Charlie le dio una tarjeta a la enfermera. "No nos será posible venir por él." 

La mujer asintió. "De acuerdo. Ya puede vestirse. Dejaré una receta con medicamentos para sus heridas también."

Después de que la puerta se cerrara, miró a Charlie. "¿Te divertiste?"

Él ni siquiera intentó esconder su sonrisa. "Un poco. En realidad estaba esperando a que ella te preguntara si algo había entrado por tu parte trasera alguna vez." Se rió entre dientes, sus ojos brillando con diversión. "La cara que pusiste fue muy chistosa. ¿Te incomodan ese tipo de preguntas?"

"No." Tomó sus pantalones y los deslizó por sus piernas. "Es solo raro."

Charlie le dio su camiseta, sonriendo traviesamente. Como si todo esto le fuera realmente entretenido para él. "¿Por qué?"

[GAY] Perfecto CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora