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"El alcalde está organizando una fiesta esta noche en el Palacio de Versalles. Todos deben usar antifaces y trajes de gala. Una idea bastante interesante, si me preguntas." Dean movió la cabeza con la vista en la pantalla de la tableta. "Es para un evento de beneficencia y bla bla bla. Lo usual, solo debo conseguir algunos antifaces y los trajes están listos. Pasaré por ellos en un rato."

Charlie asintió mientras tomaba un trago de el té que Ryan le había preparado. El color de su piel estaba más normal de lo que había sido días atrás, y estaba durmiendo mejor desde que empezó a tomar las pastillas que Dean le recomendó porque los últimos días las cosas habían estado un poco sacudidas, para decirlo de una manera suave. Con los rumores de su hermano regresando a la ciudad, los empresarios que tenían negocios con la familia de Charlie comenzaron a ponerse nerviosos y algunos se sentían tan incómodos que estaban dispuestos a romper sus contratos.

Ryan no podía comprender cómo un hombre podía causar tanto alboroto por un simple rumor. Que era cierto, pero para Charlie y los demás, seguía siendo solo eso, un rumor. Pero eso no impidió que las cosas se agitaran.

"Iré contigo," dijo dándole una mirada.

Era algo que se había sentido necesario decir desde que regresaron. Podía sentir la molestia de Charlie todos los días, y ya habían pasado días. Todo había sido muy ético y formal entre los dos. Él acompañaba a Charlie a sus asuntos, pretendían ser una pareja cuando era necesario, cocinaba para él y hacía lo que le decían, como todo debió ser desde el inicio. Charlie no levantó la cabeza de la tableta, solo asintió y tomó otro sorbo del té.

Dean los miró con el ceño fruncido. Ryan estaba seguro de que él había notado que las cosas entre él y Charlie estaban un poco tensas, pero no había preguntado nada. Mejor así. Ryan realmente no tenía la intención de explicarle, y Charlie decía que solo estaba cansado, Dean le creería y le diría que fuera a descansar un poco.

Así habían vivido por casi dos semanas.

"Bien, entonces. Iré a buscar los trajes y antifaces. ¿Algún color en específico?"

Charlie levantó la cabeza. "Quiero dorado." Miró hacia Ryan y levantó una ceja. "¿Tú?"

"Cualquiera está bien."

Dean miró a Charlie, esperando una respuesta. "El que creas que ve sea mejor," dijo y volvió la vista hacia la ventana de la biblioteca, sin decir otra palabra.

Dean se despidió con una confusa expresión y cerró la puerta detrás de él, dejándolos a ambos en un profundo silencio incómodo. Ryan sabía que no podían seguir de esta manera porque de alguna manera estaba afectando su trabajo aquí. Necesitaba la confianza de Charlie, necesitaba que él estuviera otra vez bien con este arreglo. Apretó las manos en puños con la vista fija en la línea de la mandíbula afeitada de Charlie. Necesitaba que él dejara de ignorarlo.

Estos días no habían sido nada más que pesados para él. Ya vivía con un hombre que apenas le dirigía la palabra y evitaba mirarlo como si tuviera algo desagradable en él, y su hermano seguía ignorando sus llamadas. La única manera que tenía para saber de él era Drake, y él tampoco estaba muy contento con Ryan.

Suspiró y miró el reloj en la pared. "¿Quieres que prepare algo ligero antes de comenzar a arreglarnos?" Se frotó las manos ansiosamente, esperando que Charlie volteara a verlo, pero no lo hizo. Tenía los ojos cerrados, cabeza apoyada contra el respaldo de la silla y la taza vacía descansando entre sus piernas. Se veía tranquilo, pero Ryan todavía no conseguía sentirse igual. "La comida podría tener algo. Incluso las bebidas. Creo que deberíamos abstenernos de tocarlos."

"Sí, supongo." Él bostezó antes de ponerse de pie, dejando la taza en la mesita de café. Se pasó una mano por el cabello que caía agraciadamente a los lados de su cabeza en un corte limpio que lo hacía ver más joven. "Está bien. Puedes dejarla en el microondas, voy a tomar una siesta antes."

[GAY] Perfecto CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora