18

1.3K 123 10
                                    

La suave y tensa voz de Charlie se escuchó apenas puso la mano sobre el pomo de la puerta y la abrió sin esperar un permiso. Tenía las cejas duramente fruncidas mirando a Dean antes de verlo a él, incluso así, ellos siguieron hablando en tonos duros y forcejeando sobre algo que Ryan no podía comprender, todos sus sentidos estaban puestos en Charlie, sentado en la camilla con una bata del hospital, la mitad de su rostro era una mancha desagradable de color rojo, la nariz cubierta con una gruesa gasa y un vial conectado a su mano.

Ryan se sentía... golpeado, como cuando peleaba, en una de las pocas ocasiones donde alguien logró conectar un puño en su rostro y lo hizo tambalearse fuera de sí por un momento. Sacudido en un mal sentido, enojado. Tanto que sus manos se cerraron en puños y cerró la puerta detrás de él con más fuerza de la necesaria haciendo que los dos hombres lo miraran en silencio. No era su intención comportarse así, es solo que no podía comprender el ver a Charlie en tal estado.

Los ojos azules lo miraron fijamente, sorprendidos y un poco ansiosos. Ryan le miró las manos cuando Charlie las cerró sobre las sábanas y las apretó con fuerza, en silencio. Se humedeció los labios y apretó los dientes, dándole una mirada que esperaba que brindara seguridad de que él ya estaba aquí. Avanzó a él sin si quiera mirar a Dean, demasiado enfocado en el hombre en la camilla como para importarle lo demás. No estaba seguro de si era algo bueno, pero en este momento estaba tan molesto, con tantas ganas de golpear a alguien que no confiaba en sí mismo para mirar a Dean. Solo Charlie.

"Bien, no voy a obligarte a comer si no quieres. No eres un niño." Dean exhaló con frustración en su voz y dejó caer una bolsa con olor a comida sobre las piernas de Charlie antes de darse la vuelta. "Hablaremos más tarde, en la mansión." No necesitó girarse para saber que esas palabras estaban dirigidas a él. Solo asintió, levantando la mirada para ver a Charlie. "Asegúrate de que coma, los doctores dijeron que debía consumir algo después de vomitar tanto. Y agua, mucha agua."

La puerta se cerró con un suave sonido y el silencio reinó en la habitación. Charlie no apartó los ojos de él en ningún momento, Ryan tampoco. Lo que sea que estaban diciéndose silenciosamente... esperaba que fuera bueno y seguro para ambos. Finalmente, apartó la mirada primero y alcanzó la silla de acolchada de la esquina para sentarse al lado de la camilla. Después tomó la bolsa de comida y puso todo cuidadosamente en el colchón, teniendo mucho cuidado con la sopa que parecía estar un poco caliente. La destapó con cuidado y buscó una cuchara antes de inclinarse sobre él. Charlie no protestó, simplemente abrió la boca y dejó a Ryan alimentarlo en silencio hasta que la última gota de la sopa desapareció. Le pasó una botella de agua y un paquete de galletas de soda antes de limpiar y dejar la bolsa en el piso, reclinándose en la silla.

"¿Todo salió bien con Dylan?"

Ryan apretó los dientes. "No hablé con él, no pude hacerlo."

"Lo siento, ¿te interrumpí?"

"¿Qué?"

Giró al cabeza sin poder creer lo que estaba escuchando. Charlie no lo estaba mirando, metió una galleta en su boca y masticó lentamente con ojos abiertos sin expresión. "Fue inesperado. Estoy bien, Dean me trajo sin problemas. Debí decirle que lo dejara así."

"¿No quieres que esté aquí?"

Los ojos azules lo miraron, muy abiertos. "No es lo que quería decir."

"Dándome el trato que le darías a uno de tus ex, que te pone incómodo..."

"Ryan, no es así."

Sonriendo torcidamente, Ryan se cubrió los ojos con una mano, suprimiendo sus ganas de destrozar algo con sus manos. Sentía que estaba perdiendo la cordura y ni siquiera podía entender por qué. Una mano cálida tomó su brazo con un delicado toque que lo hizo frenarse y todos los pensamientos que corrían descarriados en su cabeza. "¿Quieres algunas galletas?"

[GAY] Perfecto CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora