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"Te odio por esto." Charlie cerró los ojos con fuerza mientras jadeaba pesadamente. Estaba rojo y sudoroso con el cabello pegado a la frente, pero no se detuvo. Ryan estaba impresionado por su tenacidad. Había corrido por casi una hora antes de comenzar a desmoronarse. "¿Por qué? Dios, no puedo más. No. Suficiente."

Riéndose se acercó para bajar el nivel de la caminadora, poniéndolo a caminar a un ritmo rápido. "Necesitas trabajar en tu resistencia física un poco más.." Tomó una toalla de la silla de metal a su lado y se la tendió. "Después de esto todavía tenemos que entrenar con pesos."

"¿No podrías solo llevarme en brazos si algo pasa?" 

"No. Sería mejor que ambos corramos en dicha situación." Aunque lo haría si Charlie realmente lo quería. Paró la caminadora y fue por una botella de agua para él. Le dio una sonrisa. "Buen trabajo."

"Gracias." Casi se terminó la botella completa antes de darle una sonrisa temblorosa. "Soy bastante bueno en resistencia. ¿Sabías que fui un maratonista cuando estuve en la universidad? Realmente bueno. Tengo algunas medallas."

Podía imaginarlo por su complexión. En cambio él era terrible para deportes rápidos, pero podía intentarlo y dar todo de sí mismo. Pasó un dedo sobre su mejilla, quitando una gota de sudor. "Practiqué lucha en la secundaria. No era tan bueno, pero gané un campeonato antes de la graduación."

"Uh. ¿No tienes algunas fotos?" Sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillantes con travesura. "¿Usabas esos ajustados trajes que no dejan nada a la imaginación?"

Ryan le dio un golpecito en la frente mientras se reía y se daba la vuelta para ir hacia las máquinas y mancuernas. "Tal vez. No lo sé, es algo que Dee podría haber guardado." La verdad era que sus padres habían tomado muchas fotos de ese día, estaban orgullosos e incluso le dieron una cena en un lindo restaurante para celebrar. Podía recordar un cuadro colgando de la pared de ese día, pero después de lo que pasó, perdieron la casa y en el proceso de mudanza muchas cosas se perdieron. Realmente no tenía idea de dónde podría estar si es que los tenían. "Podría buscarlas, pero no prometo encontrar nada."

"Está bien." Charlie se rió. "Debiste lucir adorable. Puedo imaginar a un Ryan de diecisiete años, todavía con sus mejillas regordetas. Lindo."

Ryan arrastró la banca hasta tenerla en una posición recta antes de enderezarse para mirarlo. "Yo no era lindo, probablemente lucía exactamente igual a como me veo ahora." Le indicó que se acostara en la banca antes de tomar dos mancuernas de veinticinco libras sobre sus manos. Su expresión se volvió seria y exhaló lentamente. Ryan asintió. "Muy bien. Hagamos diez y veamos cómo se siente, ¿de acuerdo?"

"Bien."

Mientras corregía su forma, Charlie lo hizo bastante bien. "¿Se sintió bien?"

"Eso creo." Se encogió de hombros mientras se frotaba el pecho por encima de la camiseta. Luego frunció el ceño. "¿Estás haciéndome entrenar mi pecho porque intentas decirme algo?"

"Nop. No hay nada mal con tu pecho, es muy agradable." Lo era. Suave, ligeramente formado, bueno para tomar en sus manos. Se aclaró la garganta y asintió. "Es solo parte de tu entrenamiento. Trabajarás cuerpo completo en intervalos de tiempo, pero tienes que ajustarte a la forma primero. No quiero que te lastimes."

Charlie se sentó en la banca y le indicó con un dedo que se acercara. Ryan se detuvo a unos centímetros de su rostro, mirándolo fijamente. "Si eres gentil conmigo durante esto, te mostraré mis fotos usando los shorts del equipo de atletismo."

"¿Crees que soy tan fácil de convencer?" Presionó sus mejillas juntas, inhalando el aroma de su piel lentamente antes de jadear. Olía muy bien justo ahora. "Seré suave contigo de cualquier manera, bonito. Y sí, quiero ver esas fotos más tarde." Le dio un beso en el cuello antes de moverse hacia arriba y empujarlo de regreso a la banca para darle las mancuernas. "Otra vez. Luego de eso haremos el entrenamiento real."

[GAY] Perfecto CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora