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Después de despertar y encontrar la cama vacía, Ryan se levantó. Rodando lentamente de la cama hasta el borde, puso los pies en la fría madera y decidió ir al baño antes de buscar a Charlie. Revisó su herida y se hizo cargo de sus necesidades antes de salir a la habitación nuevamente. Vio que en la pequeña cocina de la esquina, en una cafetera encendida, el café estaba listo y esperando solo ser servido. Podía ver que la puerta trasera estaba ligeramente abierta.

Se preparó una taza antes de seguir hacia la puerta. Había un par de sillas de madera acolchonadas con una enorme sombrilla en medio, y en una de esas, estaba Charlie. Usando sus shorts amarillos y una camisa blanca que le quedaba grande. También tenía los ojos cerrados, pero el movimiento inquieto de sus pies le decía que no estaba dormido.

Se acercó silenciosamente, suspirando mientras se sentaba en la silla adjunta. Con la vista en el suave oleaje que golpeaba contra la arena, Ryan sintió una enorme cantidad de paz. El sonido del mar también era relajante.

"Pensé que dormirías por más tiempo." Giró la cabeza hacia él, solo para verlo mirándolo con ojos pequeños y un poco hinchados. El parche de su nariz ahora era solo una suave gaza blanca, y el color alrededor de ella era más humano. Ryan asintió, tomando otro sorbo de café. "¿Hambriento?"

"No. Estoy bien así." Se humedeció los labios sin dejar de mirarlo. "¿Qué tal tú?"

Charlie sacudió la cabeza. "No tengo apetito."

"¿Pudiste dormir?" 

"Apenas un poco, estaba demasiado ocupado pensando."

Ryan dejó un taza en la pequeña mesa a su lado. "Incluso si es así, necesitas descansar. Tu cuerpo todavía está en proceso de sanar. También comer." Charlie había perdido peso notablemente en los últimos días, con apenas las suficientes ganas de terminar medio plato en cada comida. Incluso por las noches, Ryan lo había encontrado revisando su teléfono a altas horas de la madrugada. Y estaba comenzando a preocuparse profundamente porque sentía que había algo mal, pero Charlie no le decía nada y él no estaba seguro de si debía saber.

"¿John ha dicho algo sobre la investigación?"

"Solo que sigue en proceso. Dice que no tienen mucho con lo que trabajar, pero están haciendo preguntas por ahí." Se encogió de hombros y volvió a cerrar los ojos. "Nada más. Ni siquiera quiero hablar de eso."

El tono amargo al final fue suficiente para que Ryan se lo tomara en serio. Y Charlie estaba de un increíble mal humor esta mañana. Habían estado tres noches aquí, solos y las emociones de Charlie eran tan sensibles como una granada sin su gancho de seguridad que podría explotar en cualquier momento. A parte de dormir y pasar el tiempo juntos, apenas hablando un poco, habían estado así. Y era incómodo como el infierno. Pero quería comprender que Charlie todavía estaba en shock por lo que había sucedido. Solo era difícil.

Apretó los labios juntos y se frotó las manos, inhalando profundamente antes de preguntar, a pesar de saber la respuesta. "¿Qué quieres hacer hoy?"

"Nada."

"Charlie, entiendo que estés todavía sensible por lo que pasó, pero enterrarte en la depresión no te ayudará a sentirte mejor ni a que esto termine." Se frotó el rostro con las manos, exhalando lentamente. "No quiero ser un imbécil y hacerte sentir que no debes preocuparte ni sentirte mal, es solo que... es difícil verte a así. Me siento inútil y siento que estarías mejor si yo no estuviera aquí."

"¿Te hice sentir así?" Una suave mano se envolvió en su muñeca, sacándole una mano del rostro. Charlie lo miró con ojos pequeños. "No es lo que quería hacer. Soy una terrible compañía, yo fui quien te pidió que viniéramos aquí." Le dio una sonrisa cansada, ojos pesados y oscuros. Ryan estaba harto de verlos. "Si quieres puedes regresar. No es necesario que estés conmigo."

[GAY] Perfecto CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora