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No podía decir que había sanado por completo, pero se sentía mucho mejor unos días más tarde. Su rodilla estaba bien, casi como nueva y sus costillas seguían un poco magulladas, pero nada más que eso. Y era hora de ponerse serios. 

Se había levantado ese día con buen humor hasta que vio una foto de él y Ryan en la portada de los periódicos locales. Había estado bien si solo fuera una foto de ambos tomados de la mano, pero se veía como si estuviera siendo devorado por el otro hombre. Y él solo estaba sosteniéndose con él como si su vida dependiera de ello. Era tan vergonzoso que tuvo que apartar la vista de la pantalla de su tableta. Su padre debía estar retorciéndose en su tumba al saber que había una foto suya así, corriendo alrededor. Le dio otra mirada y gimió, pasándose una mano por el cabello antes de salir de su habitación.

Se dirigió hacia la cocina, en busca del otro sujeto involucrado en la foto, pero no lo encontró en la biblioteca y tampoco en la cocina, así que se dirigió al gimnasio, escuchando la ruidosa música salir de ahí. Ryan estaba corriendo en una de las caminadoras cuando entró al cuarto. Una ajustada camiseta que se le pegaba al cuerpo y pantalones cortos, realmente cortos de deporte. 

Detuvo el tren de sus pensamientos antes de que comenzara a emocionarse demasiado. No era el momento para babear por el hombre.

"¿Te enseño algo?" Preguntó, caminando directamente hacia él. Ryan frunció el ceño antes de detener la máquina y parar la música. Charlie exhaló, tendiéndole la tableta. "Felicidades."

Los ojos de Ryan se abrieron grandes. "¿Qué demonios?"

"Sí, bueno." Se rascó la cabeza, sus ojos paseándose sobre Ryan sin querer. No estaba seguro de dónde mirar, y no quería que las cosas se pusieran incómodas. "Debí pensarlo mejor. La próxima vez intentaré mantener la cabeza fría."

"Pero somos novios." Ryan levantó la cabeza y lo miró antes de encogerse de hombros y volver a mirar la foto. "Eso se supone, ¿no?" Se cambió de pies sin apartar la mirada de la pantalla. Incluso una pequeña sonrisa se asomó en su boca mientras leía el titular. "Nuevo Romance del Niño Baldwin. Hombre misterioso." Ryan se rió entre dientes antes de mirarlo. "¿Niño Baldwin?"

"Sí. Parece ser que tener veintisiete años todavía me pone en la categoría de niño." Metió las manos en los bolsillos del pantalón, mirando los gruesos hombros redondeados. Se veían como si Ryan los hubiera entrenado hace poco. Duros y abultados, al igual que sus bíceps. Soltó su labio cuando se dio cuenta de que lo había estado mordiendo y se sacudió antes de tomar la tablet otra vez. "Tenemos que salir. Tengo una reunión con un viejo socio de mi padre." 

"De acuerdo. Iré a tomar una ducha rápida." Ryan tomó una toalla que estaba colgando de la caminadora y después caminó a su lado. "Te hice el desayuno. No sabía a qué hora despertarías, pero ahora me alegra haber cocinado algo de carne y papas."

"Um." Sonrió mientras salían del gimnasio. "¿Cómo sabes que me gusta la carne?"

Ryan lo miró a los ojos, algo bajo y tenso en su mirada antes de que levantara una ceja. "Solo pensé que te gustaría un buen pedazo de carne fresca." Cuando llegaron a la escalera, se detuvieron. Ryan ladeó la cabeza. "¿Qué pasa?"

"No es nada." Apoyó la espalda contra el pasamanos de la escalera y no pudo contener la tentación de mirar a Ryan, como realmente mirar y apreciar la vista del duro hombre. Había estado teniendo sueños bastante indecentes donde estaba haciendo cosas con Ryan, que no admitiría frente a él. Pero estaba empezando a sentir el tipo de frustración en el que ya no quería usar su mano. Estaba harto de eso. Incluso se había masturbado mientras se frotaba contra las almohadas como un adolescente hormonal. La vergüenza que había sentido justo después, fue suficiente para saber que estaba llegando a su límite. Se pasó la lengua por los labios y exhaló, intentando mantener su cuerpo bajo control. Era un adulto. No tenía por qué sentirse así solo por tener al hombre de sus sueños húmedos frente a él. Pero, si era completamente honesto, Ryan le estaba dando el mismo tipo de mirada que él sabía que le estaba dando. "¿Quieres salir esta noche?" le preguntó, moviendo los pies ansiosamente.

[GAY] Perfecto CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora